Robert Lewandowski despierta al Barça y le da, con suspense, un triunfo vital ante el Celta en Balaídos

Si no fuera por Robert Lewandowski, el Barça de Xavi no conseguiría ni la mitad de los triunfos que consigue normalmente. Y este sábado, el delantero polaco ha vuelto a aparecer para salvar al Barça de un nuevo pinchazo en Vigo. En resumen, nuevo triunfo del equipo de Xavi y tres puntos más para seguir luchando por la segunda plaza (1-2).

El ambiente en Balaídos era sensacional. Siempre que visita Vigo uno de los grandes equipos españoles, el celtismo se vuelca con su equipo y, cuando pasan cosas así, la entrada que presenta el estadio vigués suele ser magnífica. Y así sucedió este sábado con la visita del Barça de Xavi.

El inicio de partido por parte de ambos equipos fue vibrante. Tanto Celta como Barcelona se jugaban mucho. El conjunto de Rafa Benítez buscaba alejarse de los puestos de descenso y los de Xavi sabían que no podían seguir dejándose puntos en su lucha por atar los puestos Champions.

Las primeras ocasiones fueron barcelonistas. En el 8', Lamine Yamal estuvo a punto de hacer el 0-1, pero Guaita se estiró como un gato para evitar el tanto del internacional español. Dos minutos después fue Cancelo el que envió el balón alto. Y viendo que el Barça estaba perdonando más de la cuenta, el Celta se vino arriba, empezó a generar peligro y puso en apuros a Ter Stegen.

Con el paso de los minutos, el partido se abrió y podía pasar cualquier cosa. Llegadas del Barça por un lado, ocasiones del Celta por el otro. Y Balaídos empezó a jugar su particular partido. La afición celtista se vino arriba y llevó en volandas a su equipo.

Parecía que el duelo se iba a ir al descanso 0-0, pero un minuto antes del 45', entró en escena Lewandowski para poner el 0-1 en el marcador y dar la primera alegría de la tarde a los culés. El polaco remató preciso al primer toque y metió el balón por la parte izquierda de la portería de Vicente Guaita.

El gol barcelonista bajó los ánimos de Balaídos y los de Rafa Benítez llegaron al tiempo de descanso perdiendo. Viendo cómo se había desarrollado la primera mitad, el castigo que recibieron los gallegos con el gol de Lewandowski se consideró como algo injusto visto lo visto.

Tras el paso por vestuarios, la película cambió por completa y fue el Celta el que golpeó primero para bajar al Barça de la nube. Los de Rafa Benítez se acercaron con mucho peligro en la primera jugada del segundo tiempo y, tras un pase acrobático del exbarcelonista Óscar Mingueza, Iago Aspas, el eterno capitán celtista, cargó la pierna y, por suerte, el balón rebotó en Jules Koundé y la jugada acabó de manera favorable para los locales. 1-1 y partido abierto (una vez más).

Con el empate de Aspas, el Celta se vino arriba. Con 1-1 en el electrónico, podía pasar cualquier cosa. El Barça tuvo las suyas; el Celta respondía. El equipo local buscaba los huecos y el Barça contraatacaba. Así se desarrolló gran parte del segundo acto.

El resultado no le valía a ninguno. Y llegó el momento del carrusel de cambios. Xavi puso toda la carne en el asador y Rafa Benítez hizo exactamente lo mismo. Los minutos pasaron y ninguno conseguía romper la igualada. Y fue ahí cuando Balaídos volvió a creer.

Parecía que el duelo iba a acabar en empate, pero pasado el minuto 90, Fran Beltrán entró a destiempo y se llevó por delante a Lamine Yamal. Pulido Santana señaló penalti. La decisión era irrevocable. La pena máxima tuvo de todo. Robert Lewandowski falló, pero el VAR vio que Guaita estaba adelantado en el penalti. Se tenía que repetir. Y el polaco (esta vez sí) acertó desde los once metros y le dio un triunfo vital al Barça en Vigo.