El Madrid desconecta en la segunda parte de manera inexplicable y sufre un pinchazo doloroso en La Cerámica

Con la Liga ya ganada, se supone que este tipo de partidos deben de ser un mero trámite para el Real Madrid que le pueden servir para coger confianza de cara a la final de la Champions. Pero lo que nadie se hubiera imaginado es que después de ir ganando 1-4 en la primera mitad el partido acabara en empate. Eso es exactamente lo que le ha sucedido al Real Madrid en Villarreal. Primer tiempo magnífica del conjunto de Ancelotti y segunda mitad tirada a la basura. ¿Resultado final? 4-4 y un punto que no sabe nada bien.

El de este domingo era un partido en el que el Villarreal se jugaba bastante más que el Real Madrid. Los de Carlo Ancelotti ya ganaron la Liga hace dos jornadas y el conjunto groguet necesitaba la victoria para meter presión a sus rivales y seguir soñando con los puestos europeos, algo impensable hace no mucho teniendo en cuenta dónde estaba el Villarreal a inicios de 2024. Pero Marcelino García-Toral le ha cambiado la cara al submarino amarillo y ha vuelto a ser ese equipo reconocible que puede ganar a cualquiera.

Por eso, el Villarreal saltó al césped de La Cerámica presionando al Real Madrid desde el principio y no tardó nada en poner en apuros a Andriy Lunin, titular esta vez tras haber descansado ante el Alavés en el Bernabéu. La ocasión más clara del conjunto amarillo la tuvo Sorloth. El ariete noruego se sacó un latigazo desde su casa que se estrelló en el palo derecho de la portería de Lunin. El Villarreal empezó mandando.

Al Madrid se le veía algo dormido, errático, le costaba un mundo ganar los duelos y la defensa madridista temblaba cada vez que el equipo de Marcelino se acercaba al área. Pero eso le dio igual al Real Madrid. Ancelotti tiene la suerte de contar con mucha calidad en todas sus filas y en el 14' de partido, en su primera llegada al área groguet consiguió ponerse por delante en el marcador. Brahim recibió al borde del área y rompió la línea de presión para regalarle el gol a Arda Güler. El turco solo tuvo que sacarse un disparo cruzado para batir a Jörgensen. El chico está tocado por una varita mágica. Todo lo que toca acaba en gol.

El 0-1 le sentó bastante bien al Real Madrid. El conjunto blanco dejó atrás ese periodo de dudas y empezó a jugar con algo más de sentido. El líder del Madrid en este tramo de partido fue el incombustible Luka Modric. Cuando el croata está en el campo, el Madrid juega con mucha más lucidez. Y quince minutos después del 0-1, apareció Joselu como un auténtico killer para rematar de cabeza un centro preciso de Lucas Vázquez y poner el 0-2.

Cuando parecía que el Villarreal había bajado los brazos, Sorloth decidió que su equipo todavía tenía mucho que decir en el encuentro y copió a Joselu. Es decir, cabezazo tremendo y para dentro. El submarino amarillo recortaba diferencias en el 39'. No obstante, cuando La Cerámica se encontraba celebrando el 1-2, Lucas Vázquez se encargó de silenciarla un minuto después. El lateral gallego recibió el balón tras una mala acción defensiva del Villarreal y remató solo ante Jörgensen para poner el 1-3.

Todavía hubo tiempo para un gol más antes del descanso. Y otra vez apareció Arda Güler para marcar el 1-4 y dejar el encuentro sentenciado. Sexto disparo del otomano en Liga y sexto gol en su cuenta particular. El chico de 18 años tiene mucha magia en sus botas. Rendimiento espectacular del Madrid en Villarreal.

El primer tiempo del Villarreal no había sido nada bueno. Era algo evidente. Que te marquen cuatro goles en tan solo 45 minutos es preocupante. Y para tratar de mejorar, Marcelino llevó a cabo un triple cambio al descanso para darle otra cara al Villarreal. La jugada le salió de maravilla al técnico asturiano. En tan solo dos minutos, Sorloth le ganó un duelo por alto a Militao y puso el 2-4 y así darle una ligera esperanza a su equipo. Estaba difícil, pero no imposible.

El Madrid salió dormido a la segunda parte. Ancelotti no estaba nada contento con lo que estaba viendo por parte de su equipo. Solo había que ver su expresión facial. Sentado en el banquillo con los brazos cruzados y completamente perdido. Y la peor noticia para el equipo blanco es que Sorloth marcó un hat-trick y puso el 3-4 en el marcador. El Villarreal estaba a tan solo un gol de empatar un encuentro que hace poco más de veinte minutos (descanso entre medias) tenía perdido.

Y el 4-4 llegó cuatro minutos después. Adivinen quién lo marcó. Sí. Alexander Sorloth. El noruego le volvió a hacer el lío a un paupérrimo Militao, que no las veía venir, y desató la locura en La Cerámica. El Real Madrid tiró a la basura un partido que tenía ganado. Increíble, pero cierto. Para tratar de frenar esa sangría, Ancelotti decidió intervenir con un doble cambio. Camavinga y Nacho Fernández por Valverde y Militao.

Con el 4-4 en el marcador, el partido bajó ligeramente sus revoluciones y el Madrid decidió sacar su orgullo para evitar la remontada definitiva del Villarreal. El problema es que cada vez que pasaba el balón atrás, la zaga del Madrid daba una sensación de inseguridad tremenda. El conjunto groguet presionaba absolutamente todo y lo único que le salvaba al conjunto blanco eran las posesiones largas.

El Villarreal trató de apretar hasta el final. Querían esa victoria como el comer después del tremendo esfuerzo que habían hecho remontando un partido que tenían perdido. Pero no hubo tiempo para más y ambos equipos se tienen que conformar con un punto que no les deja muy contentos.