El Barça se da un homenaje en La Cerámica y disipa las dudas con un recital futbolístico

El Barcelona sigue intratable en Liga. No hay quien les pare y este domingo ha vuelto a demostrar que, a pesar del pinchazo del jueves en la Champions, esta temporada va en serio a por el título doméstico. Los de Hansi Flick firmaron un partido perfecto y asaltaron el estadio del Villarreal para sumar su sexta victoria de la temporada. O lo que es lo mismo: 18 puntos de 18 posibles. Líder indiscutible (1-5).

Visitar un estadio de las características La Cerámica exige salir concentrado desde el principio. El Villarreal es un equipo que cuenta con una capacidad asombrosa para competir de tú a tú contra los grandes y nunca suelen ponerle las cosas fáciles al Barcelona.

Los primeros minutos confirmaron que el Barcelona iba a tener que sufrir para sacar algo positivo de Villarreal. Los de Marcelino García Toral salieron con la motivación por las nubes y pusieron en aprietos a los azulgrana desde el primer segundo. Se vio un duelo de ida y vuelta. Nadie quería perder y eso se pudo comprobar perfectamente.

El Villarreal gozó de dos buenas oportunidades para golpear primero en el marcador, pero el conjunto amarillo se chocó con un espectacular Ter Stegen. El alemán salvó al Barça de empezar el partido a remolque y le dijo a los futbolistas del Villarreal que para superarle tenían que hacer algo más o buscar tiros más complicados.

Y como era de esperar, el Villarreal acabó pagando esa falta de efectividad. Porque el que golpeó primero fue el Barça con un buen gol de Robert Lewandowski. El polaco recibió un pase perfecto de Pablo Torre, que en su primera titularidad demostró una gran calidad, y la mandó a la cazuela. Primer golpe para el Villarreal a los 20 minutos de partido.

El ritmo de partido estaba siendo eléctrico. Pero el resultado seguía reflejando ese 0-1 a favor del Barça. El Villarreal buscó empatar lo antes posible, pero se volvieron a topar con Ter Stegen. Y en esas, llegó el doblete de Lewandowski. El polaco estuvo atento y volvió a superar a Diego Conde con uno de esos remates característicos que suele hacer un delantero. 0-2.

Con el segundo gol de Lewandowski, el Villarreal se fue a por todas para intentar recortar diferencias antes del descanso. Ese plan le funcionó. Porque tres minutos después del doblete de Lewandowski, apareció Ayoze para rematar un pase de la muerte de Nicolas Pepé. La Cerámica volvió a creer. La diferencia era de un solo gol. Sin embargo, el estadio groguet se quedó helado unos minutos después por una escalofriante lesión de Marc-André Ter Stegen. El alemán abandonó llorando desconsoladamente y en camilla. Pintaba a cruzado. Y en su lugar entró Iñaki Peña.

El Barça vuelve a golpear

El 1-2 en el marcador le dio ciertas esperanzas al Villarreal. Sabían que podían rascar algo, pero al mismo tenían muy claro que debían de mejorar la efectividad de cara a puerta. No se podían volver a repetir los fallos del primer tiempo. Porque el Barça no perdona.

Y no perdonó. El Villarreal gozó de un par de llegadas para poner el 2-2 y el Barça le volvió a golpear con el 1-3 y con el gol de Pablo Torre. El centrocampista cántabro aprovechó de maravilla su primera titularidad con el conjunto azulgrana y marcó un señor gol desde fuera del área.

Después del tercer gol del Barça, el partido se volvió loco. El Villarreal se fue a por todas y eso hizo que la defensa quedara algo descubierta. Era esperable. El equipo de Hansi Flick intentó aprovechar esos espacios para marcar el 1-4 y tuvo la oportunidad de hacerlo desde el punto de penalti. Pero, curiosamente, Robert Lewandowski erró la pena máxima y el Villarreal se salvó de ese cuarto gol que hubiera sido demoledor.

Barry volvió a recortar diferencias. Y cuando parecía que el 2-3 iba a subir al marcador, Iglesias Villanueva desde el VAR advirtió a Busquets Ferrer que el delantero francés estaba adelantado y el tanto fue, lógicamente, anulado. El partido estaba roto y el Barça marcó (ahora sí) el cuarto tanto del encuentro. Raphinha fue el encargado de marcar el gol de la sentencia.

Con el cuarto gol, el Villarreal bajó definitivamente los brazos y el Barça jugó a su antojo. Tuvo tiempo hasta para seguir haciendo sangre con el 1-5. Raphinha anotó su doblete particular. Fue entonces cuando el equipo groguet pidió la hora y el duelo se calentó con faltas innecesarias y alguna que otra tangana entre los futbolistas del Villarreal y del Barça. Victoria incontestable del equipo de Hansi Flick. De momento, no hay quien pueda con ellos.