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Qatarí que te viTomás Guasch

Ganó la vergüenza, perdió el Madrid

El derbi tuvo el triunfador temido, la vergüenza. No cuajó lo de las mascarillas, pero era inevitable que el Frente Atlético se dejara ver, esta vez vía mecheros

Un gol de Correa igualó el de Militao casi al final. Lo suyo hubiera sido que los jugadores del Atleti abrazaran a los del Madrid tras el gol y al final. ¡Gracias, troncos!

Sólo la inexplicable dejación de funciones de los blancos hizo posible el resultado: somos el Madrid, te hemos metido uno, vamos a por el segundo. El Madrid no supo ganar lo que tuvo tan de cara. El Madrid sigue metido en si nube.

El derbi tuvo el triunfador temido, la vergüenza. No cuajó lo de las mascarillas, pero era inevitable que el Frente Atlético se dejara ver, esta vez vía mecheros. El mundo habla de eso: felicidades. Máscara llevaban varios de sus miembros. Iba a haber vergüenza. El interrogante era cómo. El bochornazo de siempre en este estadio. Y en el anterior. No merece la afición rojiblanca compartir escenario y pasión con semejante personal.

No hay nada que hacer. Lo sabemos. El club no tiene valor para plantarse. Laporta y Florentino lo hicieron. Entre otros. No se suspendió el partido, que era el gran temor. Sólo se paró un rato. Es tremendo conformarse con eso.

Al final, ciertos jugadores locales aplaudieron a los del fondo. El capitán Koke caviló que los futbolistas deben ser más inteligentes. Fue por Courtois, por denunciar que le estaban tirando de todo. Quizá también porque celebró el gol de su equipo: caramba. No, no hay nada que hacer. Esperar la próxima. Y la siguiente. Y la de después.

El empate puede darse por justo. Por justo castigo al Madrid, digo. Necesario para el Atleti, que menuda cornada se hubiera llevado en caso de perder. El eterno le ayudó, muy generoso. Hizo lo complicado, adelantarse, pero luego su entrenador decidió no achuchar a un rival que se pasó la semana lamentando que tenía dos días menos de descanso. Lo leyeron, imagino. Cambió mal Carletto, cada relevo descolocó más a los suyos. Prefirió defender cuando el Madrid defender no sabe. O es lo que peor se le da.

Apostó por el 0-1, no creyó en el 0-2. Casi le salió, pero no fue la primera vez ni será la última que a quien así se comporta se le acaba colando el agua. Por la puerta, una ventana mal cerrada, el agujero de la chimenea. No acaba el Madrid de sacar un sobresaliente, tampoco en el primer partido de verdadero compromiso en esta Liga.

No pierde, poco consuelo, hablamos del Madrid. Controlaba al mando de Modric, tela, pero le dio por recular hasta terminar con ocho defensas para que un lateral acierte en un pase y el último de los ocho no salga a tiempo. Mucho mérito.

Dejó de aparecer y agigantó a un rival al que aguantaba sólo su vergüenza torera. Mereció el Atleti el punto por su esfuerzo. El Madrid hizo todo lo posible para perder dos. Lo más parecido a una derrota visto lo visto. No, lo suyo no acaba de arrancar.