El Real Madrid se queda sonado en Cornellá y deja la liga abierta a las puertas del derbi

Si en diciembre y enero fue el Leganés el que noqueó a Barcelona y Atlético de Madrid, en febrero le ha tocado al Espanyol llevarse el premio gordo venciendo al Real Madrid. El equipo de Ancelotti no estuvo fino de cara a puerta y acabó cediendo una derrota dolorosa ante un conjunto perico que creyó en sus posibilidades hasta el final (1-0).

El Real Madrid saltó al terreno de juego del RCDE Stadium sabiendo que el Atlético había hecho los deberes y que les tocaba cumplir con su cometido si quería mantener la renta de cuatro puntos que separaba a ambos equipos. Ahora bien, no lo iba a tener nada fácil. Los blancos sabían que el Espanyol era un rival que concedía muy poco en su estadio y que les iba a tocar sufrir.

El encuentro arrancó tal y como estaba previsto. El Espanyol salió extramotivado, apretó al Real Madrid desde el pitido inicial, presionó la salida de balón de los de Ancelotti y necesitó relativamente poco para llegar con peligro a la portería de Courtois. Se notaba que los pericos habían preparado el duelo contra el Madrid a conciencia.

Los primeros minutos fueron eléctricos y cada vez que el conjunto blanco perdía el balón en el centro del campo, los de Manolo González salían en estampida para tratar de aprovechar los huecos que dejaba el conjunto blanco cerca del área. En ese sentido, Javi Puado y Jofre Carreras estaban campando a sus anchas por las dos bandas con su velocidad endiablada.

El Madrid se fue activando poco a poco y cuando recuperaba el balón se dedicaba, única y exclusivamente, a enfriar el dinamismo del cuadro perico con su fútbol de posesión característico. Sin embargo, en el minuto 15 de partido, el conjunto blanco se quedó congelado cuando vio cómo Antonio Rüdiger tuvo que pedir el cambio. El alemán hizo saltar las alarmas, se llevó la mano atrás y Raúl Asencio entró en su lugar.

A partir de ahí, todo se calmó un poco más. El Espanyol lo siguió intentando. Era el equipo local y sabía que tenía que llevar la voz cantante. El problema es que el equipo de Manolo González no estaba siendo capaz de generar grandes ocasiones de peligro.

A los pericos se les nublaba la vista cada vez que llegaban al área de Courtois. Y así iba a ser francamente complicado sacar algo positivo, ya que ante equipos como el Real Madrid no se puede perdonar. Así se llegó al descanso.

Monólogo blanco y varapalo final

Tras el paso por vestuarios, la actitud del Madrid mejoró notablemente. Los pupilos de Ancelotti eran conscientes de que el 0-0 no les servía y con muy pocos toques se plantaron en el área del Espanyol. Pero había un problema. Cada vez que llegaban a la zona de peligro, allí había una muralla de defensas que iba a ser difícil de derribar.

El encuentro se iba a decidir por detalles. Ninguno de los dos equipos iba a dar su brazo a torcer. El Espanyol iba a apurar sus opciones y el Madrid iba a seguir intentándolo hasta encontrar el espacio que le abriera el camino hacia el 0-1. Eso es lo que iban a intentar tanto pericos como madridistas.

El tiempo se consumía y el encuentro se convirtió en una especie de monólogo del Madrid. Los de Ancelotti tenían el control del balón, llegaban con claridad, pero a la hora de la verdad se estrellaban contra un Joan García estratosférico. Si el partido seguía 0-0 era, en parte, gracias al buen hacer del guardameta espanyolista. Partidazo el suyo.

Y cuando parecía que iba a ser el Madrid el que iba a acabar marcando el gol de la victoria, el Espanyol decidió poner patas arriba la parte alta de la Liga. El equipo de Ancelotti perdió uno de esos balones que no se pueden regalar en el centro del campo y esa pérdida acabó en el 1-0 de los pericos. Antoniu Roca inició el contraataque, se la dio a El Hilali en banda derecha, el lateral levantó la cabeza y Carlos Romero remató libre de marca en el segundo palo para desatar la locura en Cornellá.

El gol dejó noqueado al Madrid. No contaba con perder un partido así y cuando intentó reaccionar en el tramo final del encuentro ya fue demasiado tarde. Derrota inesperada del Madrid, que seguirá líder una semana más, pero que ve cómo el Atlético le recorta tres puntos. El Barça tratará de aprovechar el pinchazo blanco este domingo ante el Alavés.