El Barça firma una remontada imposible y echa al Atlético de la pelea por la Liga

Así de duro es a veces el fútbol y al Atlético de Madrid esta semana se le ha abierto una herida que tardará en cicatrizar. Tuvieron en su mano eliminar al Real Madrid en Champions, pero cayeron en la tanda de penaltis y este domingo acariciaron la victoria ante el FC Barcelona tras ir 2-0, pero los de Flick le dieron la vuelta en 20 minutos (2-4) para volver al liderato y echar a los colchoneros de la pelea.

Firmó más de una hora de juego perfecta el Atlético de Madrid, pero se notó físicamente la prórroga del pasado miércoles y el equipo del Cholo se cayó en el peor momento ante un Barça que nunca le perdió la fe al encuentro y que se lleva del Metropolitano un importante trozo de Liga, empatado a puntos con el Real Madrid, pero con un partido menos.

Se notó durante la previa que la cabeza de muchos hinchas rojiblancos seguía todavía en el miércoles, en la tanda de penaltis donde cayeron en los octavos de la Champions ante el Real Madrid, el eterno rival. Aun así la afición respondió e hizo su trabajo para abarrotar el Metropolitano y llevar en volandas a los hombres de Simeone, que solo introdujo dos cambios en el once: Le Normand y Samuel Lino.

No acusaron el cansancio los colchoneros durante la primera mitad, aunque al inicio el fútbol lo ponía el Barça. La tuvo muy clara Lamine Yamal en una jugada con Dani Olmo. Tuya, mía entre los dos internacionales españoles hasta que el joven de 17 años logró colarse entre los zagueros del Atlético para soltar un disparo con rosca que rozó el palo izquierdo de la portería de Jan Oblak.

El Atlético fue creciendo

Fue el primer aviso del Barcelona y uno de los pocos de la primera mitad. El conjunto de Hansi Flick se fue deshinchando mientras el Atlético iba cogiendo la batuta del juego con De Paul como director de orquesta. Aun así, no había demasiado peligro y los únicos rojiblancos con algo de mordiente eran Giuliano y Julián en aventuras en solitario intentando aprovechar la defensa tan adelantada del equipo culé.

Así pasaron los minutos y todo iba encaminado para irse 0-0 al descanso, aunque no era la idea de ninguno de los equipos. Lewandowski la tuvo clarísima tras un pase filtrado en el área que le dejó mano a mano con el portero esloveno, pero su disparo se estrelló en el larguero. Sin tiempo que perder, Oblak sacó de portería, Lino peinó el balón para que Griezmann pusiera un pase perfecto a Giuliano, que pisó área y en vez de definir dio el pase de la muerte a Julián Álvarez para que este rematara a placer e hiciese el primero. La Araña que pica.

No hubo cambios tras la reanudación y el segundo acto comenzó muy parecido al primero. Lamine Yamal hizo una nueva combinación con Dani Olmo para hacerse hueco y probar suerte desde el balcón del área con otro golpeo con rosca que se marchó cerca del palo derecho. Replicó el Atlético con Julián buscando un gol olímpico que solo evitó el larguero.

Logró de esta manera el equipo de Simeone contener los arreones iniciales del Barça y fue durmiendo el partido, aprovechando la espesura de Raphinha, que no estaba entrando apenas en contacto con el balón al estar siempre vigilado por Marcos Llorente. Aun así, quedaba mucho partido y un Atlético - Barcelona es sinónimo de goles.

Golpe y respuesta

Los minutos pasaban, el Atlético no sufría y Simeone se animó a quitar a Julián y dar entrada a Sorloth, que llevaba cinco partidos seguidos haciendo gol al Barça. No falló a su cita con su víctima favorita y en un contragolpe que inició Griezmann con un robo en campo propio, para que De Paul pusiese a correr al francés y este se adentrase en el área azulgrana y encontrase al noruego, con la caña preparada para hacer el segundo.

Parecía el tanto de la sentencia, pero ya se sabe que con el Barça de Flick los carruseles de goles son el pan de cada día. Así pues, si durante 70 minutos la pólvora había estado mojada, Lewandowski se inventó de la nada un gol al alcance de muy pocos para meter a los suyos en el partido. Y vaya si lo hizo porque a los pocos minutos un centro tenso de Raphinha encontró la cabeza de Ferran para poner unas tablas que parecían imposibles.

Con ese resultado se llegó al descuento y cuando el Real Madrid ya se relamía con el empate, apareció Lamine Yamal, que se animó con un disparo lejano con la fortuna de que tocó en Reinildo y desvió la pelota hacia donde no estaba Oblak. Fiesta azulgrana a la que se volvió a apuntar Ferran para sentenciar. Fue el cambio que lo cambió todo, valga la redundancia. El Barça quiere la Liga y al Atlético solo le queda la Copa del Rey.