La semana negra del Atlético de Madrid ante su gente que le ha dejado sin dos títulos

el Atlético de Madrid ha vivido una de esas semanas que se le van a tardar de borrar de la retina. Nunca es agradable ver cómo en cuestión de días se te esfuman dos títulos de la magnitud de la Liga y la Champions, pero aún peor es hacerlo contra tu eterno rival en la Copa de Europa y contra el Barça en un partido que ibas ganando 2-0 cuando faltaban 20 minutos para el final.

La derrota contra el Real Madrid en la tanda de penaltis dolió (y mucho) a la parroquia colchonera, sobre todo si se tiene en cuenta la forma en la que se anuló el gol de penalti a Julián Álvarez tras una revisión de VAR que duró apenas 45 segundos. Los aficionados rojiblancos creían que este iba a ser el año en el que iban a celebrar la primera Champions, pero a la hora de la verdad su eterno rival le borró esa ilusión de un plumazo.

A pesar de todo, la afición del Atleti se marchó orgullosa del Metropolitano. El equipo se dejó todo lo que tenían en el campo y sólo la lotería de los penaltis les dejó sin la posibilidad de llegar más lejos en la Champions, un torneo que se le sigue resistiendo a Simeone y compañía.

Como decíamos, la derrota en los penaltis frente al Madrid fue un varapalo moral. Sin embargo, lo que nadie se llegó a imaginar es que tan solo unos días después, en el mismo escenario y a la misma hora que el partido del miércoles, iban a decir adiós a la Liga, una competición en la que estaban bien posicionados y en la que estaban demostrando que podían pelear de tú a tú con Barça y Madrid, los dos grandes transatlánticos del balompié nacional.

El partido frente al Barça de Hansi Flick se vio como una nueva oportunidad para reivindicarse ante su gente. El duelo estaba marcado en rojo en el calendario y una victoria colchonera hubiera servido para mantener la ilusión en el campeonato liguero.

Y lo cierto es que el encuentro empezó francamente bien para el Atlético. Los pupilos del Cholo Simeone se fueron ganando al descanso por 1-0 y en el 70' ampliaron la renta con un gol de Sorloth que desató la ilusión en las gradas del templo colchonero.

Sin embargo, esa alegría se diluyó rápidamente y en tan solo ocho minutos el Barça consiguió igualar el encuentro (2-2), lo que le dio alas para afrontar una recta final en la que los culés anotaron dos goles más para ganar un partido que tenían perdido a 20 minutos del final, para dar un golpe a la Liga y para borrar (prácticamente) de la ecuación al Atlético de Madrid a falta de diez jornadas para el desenlace.

Aun así, el Cholo Simeone va a seguir manteniendo su filosofía intacta y, mientras haya opciones, el preparador argentino va a seguir incidiendo en su lema: «Al Barça le falta un partido, que no se sabe qué puede pasar. Tiene una ventaja importante, somos conscientes de la realidad. Trabajaremos partido a partido, pensando en el Espanyol y siguiendo en esa línea hasta el final».