Qatarí que te viTomás Guasch

Llegan los Juegos, ¡a por las 22 de Barcelona!

Pues sí, ya están aquí los Juegos, lo más grande. Un porrón de campeonatos del mundo en poco más de quince días, el delirio. La competición más brutal. Si lo será que si se repitiera quince días después de su final, el podio sería distinto en un 80 por ciento de especialidades. O más

Pues sí, ya están aquí los Juegos, lo más grande. Un porrón de campeonatos del mundo en poco más de quince días, el delirio. La competición más brutal. Si lo será que si se repitiera quince días después de su final, el podio sería distinto en un 80 por ciento de especialidades. O más. El primero acabaría cuarto; el quinto, segundo; el tercero, sexto y así. Compiten los Mejores con mayúscula. Nada supera el oro olímpico y cuando digo nada es eso: nada.

España arranca este miércoles 24 de julio, primera jornada que como es habitual se reserva al fútbol. La extraña relación entre este deporte y el olimpismo lo confirma que aparece antes de la ceremonia inaugural. No hay futbolistas desfilando. Son un cuerpo extraño. Balón y aros nunca casaron. 'Aquel entonces' hace tanto, los equipos de los países del Este mandaban a sus profesionales por su condición de militares y similares en la URSS de la época y sus satélites. Y se ponían las botas. La cosa cambió fuimos derivando hacia lo de ahora, equipos sub´23, ni una gran figura. Los Juegos del fútbol son el Mundial.

Eso sí, la final de México'68 nos dejó algo que ni había sucedido ni se repitió: el árbitro local Diego de Leo expulsó a tres futbolistas búlgaros, tres. Entre que estos se tomaron muy a mal el segundo gol húngaro, de Dunai, que pasó después por España, y que el trencilla era de gatillo fácil, la cosa acabó con 8 búlgaros contra once magyares, al final diez. ¿Se lo imaginan ahora? La cosa acabó 4-1 para los paisanos del gran Pancho Puskas.

España abre, tres de la tarde, contra Uzbekistán que viene a ser como si en la Eurocopa triunfal lo hubiéramos hecho con Albania. Tenemos un muy buen equipo que subirá al podio, normalmente. Defendemos la plata de Tokio pensando en el oro. Aquel nos lo quitó Brasil en la final. 2-1 perdimos. El gol que nos llevó a la prórroga fue... ¡de Oyarzabal! Y en el banquillo estaba De la Fuente.

Esta selección, también la femenina, huele a medalla lo que me anima a coincidir con Alejandro Blanco, presidente del COE: podemos superar las 22 de Barcelona'92. Nuestros favoritos lo son en serio, en equipo o individual. El sueño, ver ganar juntos a Rafa y Alcaraz, ese sería el fotón de estos Juegos. Y está Rafa. Y es París. No tendremos mucho margen de error para superar aquella marca mágica, pero sí creo que podemos dejar en la historia a los dos patitos. Ya toca.