Inicio pavoroso. Y un abrazo a Jesús Rollán
El inicio español en París fue pavoroso. Pavor: temor con espanto o sobresalto. Miedo gordo, horror, grima... Noventa y pico minutos. Le ganamos a Uzbekistán porque Dios quiso. Entre lo mal que lo hicimos nosotros y lo que acucharon ellos, que la cosa no acabara en empate, y si nos llegan a empatar no sé qué hubiera pasado, hay que cargárselo al Altísimo
Les sorprenderá el título. Es que he decidido acabar estos escritos con un recuerdo a deportistas que me alegraron unos Juegos Olímpicos. Actualidad, el fútbol esta vez, y guiño a aquellos grandes que nos emocionaron tantas veces. No habrá días para todos, claro. No importa. Se representan a ellos y a todos. Empezaremos con Jesús Rollán.
El fútbol. El inicio español en París fue pavoroso. Pavor: temor con espanto o sobresalto. Miedo gordo, horror, grima... Noventa y pico minutos. Le ganamos a Uzbekistán porque Dios quiso. Entre lo mal que lo hicimos nosotros y lo que acucharon ellos, que la cosa no acabara en empate, y si nos llegan a empatar no sé qué hubiera pasado, hay que cargárselo al Altísimo. O a que últimamente España gana al fútbol haga lo que haga. Convendría no insistir, no exponerse...
Esta vez España lo hizo todo entre mal y fatal. El primer tiempo fue infumable. Del segundo rescatemos 17 minutos, hasta el 62 cuando Sergio Gómez vio por fin puerta. De entonces al final, eso: pavor. ¿Estreno? ¿Horario? ¿Piernas de pretemporada? Todo eso se comentó durante y después del partido. Esperemos que la cosa vaya a mejor, pero fue sorprendente el bajísimo nivel en todos los conceptos, todas las zonas del campo, todas las esperadas individualidades excepción de los laterales Pubill y Miranda. Ni piernas ni ideas.
No, no señalemos a este o a aquel. Dejémoslo en que un equipo que lo recitas y lo imaginas peleando la Europa League en nuestra Liga dio estampa de luchador por el descenso. No, nada que ver con la absoluta ni se pretende. Empezando porque aquí no hay extremos-puñales. Y otras lindezas. Pero 'esto'... La España joven pareció un equipo viejo. Esperemos, en fin, una mejoría el sábado ante la República Dominicana nada menos. ¿Koldo irá con ellos, por cierto? Sí, tomémoslo a coña de momento. Anima. Lo mejor, los tres puntos. Viejo resumen cuando no se ha jugado bien.
Jesús Rollán, el Zamora del agua. Me acompaña siempre, mucho más cuando llegan los Juegos. El porterazo de nuestro waterpolazo, una de las estrellas de nuestro deporte por los siglos de los siglos. Sus logros los tienen a mano. Les contaré un episodio íntimo con él y con los que irán viniendo, uno de esos momentos que me hacen bendecir el Periodismo cada día, pues me permitió vivirlos también para siempre.
Atenas'2004. Lesionado, jugó sólo unos minutos en el último partido, frente a Alemania juraría. Dejaba la selección. Le pedí una foto, la entrevista estaba hecha. Era un momento complicado. Apareció con su hija Asia en brazos. Nos abrazamos. Y lloramos tres minutos seguidos. O veinte. La niña nos miraba sorprendida. Poco después nos dejó Jesús. Querido, ya ves: otros Juegos. ¿Sabes? Seguro que también influiste tú en que España ganara su primer partido de fútbol. Un beso gordo. Otro más.