Apoteosis del madridismo, Zidane-Nadal. Y de la vergüenza: ¡esa drag queen!
¿Larga? Sí, le sobró una hora. Como todas. ¿Liosa a veces? Como la mayoría. ¿Deslavazada a ratos? Cuatro horas son muchas
Un español, imagen de París. El enmascarado le dio la antorcha a Zidane y él, a Rafa, todo en el corazón de la noche. Apoteosis del madridismo. Y Rafa se subió a una barca. Y se la dio a Serena Williams y esta a otros fenómenos, Carl Lewis, la Comaneci...
El que más tiempo la portó, el primero, Rafa. Le han premiado a él, a España. Esto no había pasado jamás en la historia de los Juegos, un deportista extranjero, súper protagonista. París, a los pies de un español. El español, en realidad. Más parisino que el Moulin Rouge, eso también. Pues lo de siempre otra vez: ¡gracias, Rafa!
Tampoco habíamos visto una ceremonia como esta. Me gustó hasta que después, en directo no me fijé, apareció una imagen lamentable. La simulación de La Última cena de Da Vinci con una drag queen en el lugar de Cristo. No, sobre Mahoma nada. Me cuesta, pero meto eso en un paréntesis y sigo. Barcelona, Londres y Pekín fueron la pera. Pero no podemos compararlas con esta. Fue otra cosa. Estadio vs río. Un paseo por París, una película perfecta.
¿Larga? Sí, le sobró una hora. Como todas. ¿Liosa a veces? Como la mayoría. ¿Deslavazada a ratos? Cuatro horas son muchas. Pero el invento me pareció notable, con esa terrible excepción. ¿Volverá Los Ángeles'28 a lo de antes, inventará otra cosa? La recta final fue inolvidable. Deportistas míticos, el globo, Céline Dion ante la Torre Eiffel y los cinco aros... ¡Olé!
El pinchazo fue el tiempo, corrieron ese riesgo y les atropelló. No es raro que en París llueva en julio. El aguacero provocó lo peor: apenas hubo deportistas presentes en el tramo final, en el corazón de todo. El riesgo de constipados y similares era y es enorme. Fue la apuesta más arriesgada, París la perdió. Propongo al COI que adelante la jornada inaugural, dos días antes de que arranque la competición. Así podrían asistir todos, este es el punto negro de estas y todas las ceremonias. Y bien fácil de resolver.
Pues hala, a competir. Y viendo a Nadal me acordé de su tronco Pau Gasol, no podía faltar en mi homenaje a aquellos héroes. Atenas'2004. Nos acababa de echar Estados Unidos del torneo de baloncesto. Pau atendía a la prensa internacional, a su espalda apareció Carmelo Antonhy, en buen español. Le miraba. Le pregunté por el partido y me contestó señalándole: «Tenéis un grande, este ganará un anillo. O más» . El nuestro jugaba en Memphis. El anillo llegó. Dos. Titulé con Carmelo, claro. Días después se lo comenté a Pau. Se rio. ¡Cómo te echamos de menos!