Cristiano y su quinto Mundial: la leyenda que no cesa y que podría ser única

Cristiano Ronaldo consiguió el martes con Portugal, ante Macedonia del Norte, verdugo de Italia, la clasificación para la fase final de su quinto mundial consecutivo. Solo ocho jugadores, Messi entre ellos, han alcanzado esta cifra: el mexicano Antonio Carbajal, Lothar Matthaus, Rafael Márquez, Gianluigi Buffon, Guillermo Ochoa y Andrés Guardado. De todos ellos solo el alemán ha conseguido levantar la Copa.

El portugués está recogiendo la cosecha (ya lleva muchos años así, pero continúa) de muchos años de siembra. Hace unos meses recogía el premio The Best al mejor goleador de la historia. Cinco veces campeón de Europa, campeón de Liga en Inglaterra, en España y en Italia. Campeón de Europa con su país. Balón de Oro, Bota de Oro, entre innumerables récords por temporada y totales, premios, grandes actuaciones, demostraciones de longevidad nunca antes vistas en un atacante. Casi medio gol por partido a sus treinta y siete años en la Premier League en un Manchester en horas regulares.

Con el hambre intacta

Cristiano Ronaldo sigue y va a estar en el Mundial con Portugal y con opciones de triunfo a pesar de haber llegado hasta él al límite. El equipo luso es, hombre por hombre, uno de los mejores conjuntos de la cita en Qatar. La madurez y la compañía de la estrella de Madeira ante la última oportunidad de su vida en la Copa del Mundo puede hacer historia, más aún, con un futbolista con el hambre intacta, acaso más voraz y más letal ante la urgencia: un depredador que maximiza sus cualidades y recursos ante el descenso de su todavía decisiva capacidad física.

No parece el caso de Messi, el otro que podría hacer historia, también ganador de casi todo, incluida una Copa América, ante su también última oportunidad. El argentino aun es diferencial, pero a fogonazos cada vez más espaciados. En su último reto internacional, en octavos de la Liga de Campeones contra el Real Madrid, fue una sombra de su figura, mientras el portugués aún marca de tres en tres y se lamenta como un niño cuando no lo hace.

Ese lamento de Cristiano es la gasolina del portugués insaciable, al que sus compañeros, como Bruno Fernandes, se encomiendan y elogian hasta la saciedad. La leyenda que va a prepararse para la cita del verano arábigo con más voluntad que nadie, porque probablemente ningún otro futbolista haya tenido nunca más voluntad que él.