Qatar detiene a 60 trabajadores del Mundial por quejarse de no cobrar sus salarios
Los expulsa también del país argumentando que fueron manifestantes no pacíficos que habían «infringido las leyes»
Qatar ha detenido, y después expulsado, a decenas de trabajadores extranjeros que participaron en una protesta hace unos días para reclamar salarios que no habían recibido después de trabajar en la organización del Mundial de fútbol que arrancará el 20 de noviembre.
Según informa AFP, las autoridades de Qatar, criticadas regularmente por organizaciones internacionales por el trato a cientos de miles de trabajadores que acudieron al país para levantar las infraestructuras del Mundial 2022, confirmaron las detenciones, pero se negaron a decir si había expulsado a todos estos trabajadores.
En una manifestación el 14 de agosto, al menos 60 trabajadores -algunos de los cuales llevaban hasta siete meses sin recibir su salario- bloquearon la circulación ante la empresa Al Bandary en Doha, ha dicho en un comunicado Equidem, una consultoría de derechos humanos y derechos laborales con sede en Londres. «Hemos hablado con trabajadores que se manifestaron y con uno de ellos que fue expulsado a Nepal. Hemos confirmado que había regresado a su país y que otros de Nepal, Bangladesh, India, Egipto y Filipinas también habían sido expulsados», ha explicado el director ejecutivo de Equidem, Mustafa Qadri.
El gobierno de Qatar admitió el domingo que «una minoría» de manifestantes no pacíficos que había «infringido las leyes» se arriesgaban a la «expulsión» del país. El ministerio de Trabajo, por su parte, ha asegurado que pagaba los salarios de los trabajadores de Al Bandary, sin dar más precisiones, y que se habían tomado «medidas» contra la empresa, que ya estaba siendo investigada por impago de salarios.
Doha asegura que ha tomado medidas para mejorar las condiciones de los trabajadores extranjeros, como un salario mínimo y la prohibición a los empleadores de impedir a sus empleados abandonar el país o cambiar de trabajo. Por su parte, algunos grupos de defensa de los derechos humanos han pedido a la FIFA que indemnice a los trabajadores.