Qatar ya tiene todo preparado para un polémico Mundial que trae conflictos diplomáticosAFP

Qatar 2022: doce años de preparativos y polémicas

Desde su adjudicación en 2010 la sospecha y la controversia han sido la nota predominante alrededor de este Mundial

Un Mundial tocado por la controversia: desde la designación de Qatar como país anfitrión en 2010, las polémicas en torno a este Mundial no han cesado, y toman mayor vigor según se acerca el inicio de la competición, cuyo pitido inicial será el 20 de noviembre

2010: una atribución sorprendente

Desde su atribución para sorpresa general el 2 de diciembre de 2010 en Zúrich, el Mundial qatarí ha hecho correr ríos de tinta. Después del anuncio de la FIFA, que optó por Qatar antes que por Estados Unidos, Barack Obama, entonces presidente estadounidense, exclamó: «Es una mala decisión».

En aquel momento solo existía uno de los ocho estadios programados para el Mundial, y la afluencia de millones de aficionados planteaba interrogantes, sobre todo por la capacidad de acogida, especialmente hotelera, del pequeño emirato.

El 3 de diciembre de 2010, el gobierno alemán dio muestra de su extrañeza: «Puede calificarse la decisión que ha tomado la FIFA de parcialmente sorprendente», dijo el portavoz del gobierno alemán Steffen Seibert, aunque, en sentido contrario, el que fuera presidente brasileño Lula felicitó a la FIFA por su «sensatez».

2012: sospechas de corrupción

En agosto de 2012, la cámara de instrucción del comité de ética de la FIFA inicia una investigación sobre la atribución de los Mundiales de 2018 a Rusia y de 2022 a Qatar, dirigida por el exfiscal estadounidense Michael Garcia.

Hans-Joachim Eckert, presidente de la cámara de enjuiciamiento del comité de Ética de la FIFA, señala en el informe Garcia «comportamientos dudosos», pero sin poner en tela de juicio el proceso de atribución. Garcia denuncia una presentación «errónea e incompleta» de su investigación, y anuncia un recurso.

El 27 de junio de 2017, el informe Garcia, sin su principal instigador, es publicado por la FIFA, después de filtraciones en la prensa. Pone de manifiesto una serie de transacciones económicas potencialmente sospechosas, pero no presenta pruebas suficientes para retirar a Qatar la organización del Mundial.

En Francia, la justicia investiga desde 2019 por «corrupción activa y pasiva» en torno a un almuerzo el 23 de noviembre de 2010 entre Nicolas Sarkozy, entonces presidente de francés, dos altos dirigentes qataríes y Michel Platini, que era en aquel momento presidente de la UEFA, y que otorgó los cuatro votos de la confederación europea al emirato.

El 13 de octubre de 2022, una investigación conjunta de France Télévisions y Radio France revela una nota de la célula diplomática del Elíseo sobre ese almuerzo en la que se prevé abordar, además del Mundial, asuntos como «aviones de combate» y «defensa global antimisiles».

El exsecretario general del Elíseo, Claude Guéant, confirma «conversaciones con Qatar» sobre la venta de aviones Rafale finalmente cerrada en 2015, pero rechaza cualquier vínculo con la atribución del Mundial.

2014: el cambio de calendario

El 8 de enero de 2014, Jérôme Valcke, el entonces secretario general de la FIFA, declara que el Mundial «no tendrá lugar en junio-julio» pero «entre el 15 de noviembre y el 15 de enero como muy tarde».

Es la confirmación de una opción ya avanzada por Blatter, entonces presidente de la FIFA, debido a los «problemas ligados al calor». En pleno verano en Qatar, las temperaturas pueden ascender hasta los 45 grados, o incluso 50 grados.

El comité ejecutivo de la FIFA decide el 25 de septiembre de 2015 a favor de una competición que tendrá lugar del 21 de noviembre al 18 de diciembre de 2022. Al final, el partido inaugural es adelantado un día, al 20, para permitir que sea Qatar quien levante el telón.

Por primera vez, un Mundial de fútbol tendrá lugar a final del año civil, interrumpiendo los campeonatos europeos de clubes, lo que no agrada a estos últimos, quienes pagan el salario a las estrellas del balón.

2021: la huella medioambiental

«Impacto carbono nulo» contra «aberración ecológica»: los organizadores y detractores tienen análisis opuestos en lo referente a la huella medioambiental de este Mundial.

Según un informe publicado por la FIFA en junio de 2021, más de 3,6 millones de toneladas de CO2 serán emitidas con motivo del Mundial. Fueron 2,1 millones de toneladas en la anterior edición, la de Rusia-2018.

Pero ese balance de emisiones es incompleto, considera Carbon Market Watch, que estima que la huella de carbono de la construcción de los estadios podría estar subestimada: habría que contabilizar 1,6 millones de toneladas de CO2 y no 0,2 millones.

Desde los organizadores se subraya la cercanía de los ocho estadios, en un radio de 75 kilómetros, lo que reducirá el tráfico aéreo en los desplazamientos y dará relevancia al metro y los autocares eléctricos. Pero voces críticas alertan de un aumento de las emisiones debido a los numerosos enlaces aéreos previstos para la llegada de hinchas alojados en países vecinos, ante la falta de oferta hotelera suficiente en el emirato catarí.

La climatización de los estadios, a menudo subrayada como un símbolo del despilfarro energético y medioambiental, no tiene un gran peso en los datos del balance. Sin embargo, figuras como la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, han subrayado que la climatización de instalaciones no cubiertas «no es una buena señal» en un momento en el que se requiere sobriedad energética.

2022: los derechos humanos

Desde la concesión del Mundial a Qatar son numerosas las voces que critican al pequeño emirato rico en gas en lo referente a los derechos humanos.

El total de 6.500 trabajadores inmigrantes muertos avanzado a principios de 2021 por el diario británico The Guardian es un dato a tomar con cautela. Corresponde al total de muertes censadas en la población inmigrante procedente del Sur de Asia entre 2010 y 2020, incluyendo todas las causas.

Oficialmente ha habido tres muertes en la construcción de los ocho estadios del Mundial. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tiene una oficina en Doha, ha concluido que 50 trabajadores murieron en accidentes de trabajo en Catar en 200 y que otros 500 resultaron heridos de gravedad. La OIT señala sin embargo que existen lagunas en el sistema de investigación y de registro de los fallecidos y admite que sus cifras podrían ser más elevadas.

Ante la presión de numerosas ONG, patrocinadores y de varias federaciones, la FIFA dijo el 17 de octubre «dialogar» sobre «iniciativas» en favor de los trabajadores accidentados en las obras del Mundial, con la posibilidad de un fondo de indemnización.

La acogida en Qatar a miembros de la comunidad LGBT+ será también escrutada en un estado ultraconservador, donde la legislación criminaliza las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Los organizadores cataríes prometen acoger a «todos» los visitantes sin discriminación.