España-Marruecos, calienta Marlaska
Lo primero es ser agradecidos. ¡Vivan Einstein, Kant, Beethoven, Boris Becker, el Torpedo Müller, Claudia Schiffer, la Merkel, Schuster, Goethe, Beckenbauer, Matthaus e incluso Podolski. ¡Viva Alemania, que nos metió en el Mundial! Unos tíos honraos: remontaron sabiendo que no les valía para nada. Mil veces danke.
Sobre todo a Kai Havertz, que hizo dos goles y remontó el 1-2 de Costa Rica que nos mandaba de vuelta: hay que ponerle un piso. O diez. Estuvimos tres minutos fuera del Mundial. Tuvo mérito. Japón ha ganado el grupo, Japón. España, segunda. ¡Qué tembleque!
Escribo emocionado, pues la verdad es que ha sido memorable. Así, por resumir, están el gol de Zarra, el de Iniesta y esto. Un partido espantoso nos premia evitando a Croacia –el rival teóricamente más peligroso en octavos– y a Brasil, suponemos. Ahora Marruecos y luego puede que Portugal. Partido horrible, cruce estupendo. Bueno, parece.
Voy a animarles. Agarrémonos a lo vivido, o sea, la última Eurocopa. La primera fase la pasamos ganando solo a Eslovaquia. Fuimos una lágrima. Y luego, semifinalistas. Y por un pelo se nos fue la final. Y está la flor. Nuestro streamer la tiene. Sí, sí. Agarrémonos a ella.
Total, que lo que iba a ser una noche de risas acabó con todos despeinados debajo de la mesa. ¡Qué bárbaro! Y eso: un España-Modric se convierte en un España-Marruecos: calienta Marlaska.