Qatarí que te viTomás Guasch

¡Por fin hubo fútbol!

Inglaterra no jugaba así desde Bobby Charlton. Se fue el día que mejor jugó en años. Francia brilló menos, pero buscó y encontró

Francia e Inglaterra se pusieron de acuerdo y pactaron jugar un partido de fútbol. Como se conocen todos, quizá se llamaron. ¿Lo hacemos? Y se pusieron. Del minuto uno al noventa. Lo nunca visto. Sin tregua. Ahora tú, ahora yo. Ni un pase de más ni una carrera de menos. El partido del Mundial y de muchos Mundiales.

Inglaterra no jugaba así desde Bobby Charlton. Se fue el día que mejor jugó en años. Francia brilló menos, pero buscó y encontró. Gran torneo de Griezmann, por cierto. Resumiendo: esto es fútbol. Lo demás, sucedáneos.

En el apartado 'lo demás' está Marruecos, que ha hecho un arte del defender al mando del caudillo Amrabat, Abd el-Krim con botas. Esta vez mostraron cintura técnico-estratégica. El seleccionador Regragui –tres años jugó en el Racing– les permitió salir del área un ratito y acabando el primer tiempo cazaron un gol.

A partir de entonces fue mi Marruecos. Pies, cabezas, rodillas y con las manos Bono, trofeo Zamora en nuestra Liga. Cualquier parte del cuerpo al servicio de que la pelota no pase. Y no pasa. Cinco partidos, un gol encajado. Y se lo metieron ellos. El Sevilla metido en problemas y su portero y el goleador, en semifinales. Tras vérselas con estrellas del City, PSG, Real Madrid, Barça, Atleti, Bayern, Inter…

Marruecos. Es el fútbol, bendito sea. Permite ganar al pobre alguna vez y que triunfe en 2022 lo que inventó sobre los años 30 el gran Benito Díaz en la Real Sociedad. El cerrojo. No pasaba ni el viento. Casi cien años después. Todo vale. A ver si lo acabamos entendiendo.