Francia impone la ley del mínimo esfuerzo para plantarse en la final

Francia se deshizo de Marruecos gracias a dos pinceladas de Mbappé que participó en lo goles de su equipo. En el primero, un rechace suyo fue cazado por Theo Hernández y el segundo se lo regaló a Kuolo Mani. El partido lo ganaron las pinceladas de los jugones de los bleus’ que defenderán el título en su cuarta final de los últimos siete mundiales y tienen ante sí romper el gafe del campeón que nadie, desde Brasil en 1962, ha sido capaz de hacer.

Francia y Marruecos se disputaban un hueco en la final del Mundial. La actual campeona del mundo y una de las favoritas, contra la revelación del torneo. Marruecos quería seguir escribiendo con letras de oro su nombre en este Mundial. Sin embargo, lo que se encontró fue un gol en contra a los cuatro minutos. Theo envió a la red un disparo espectacular que sorprendió a Bono. Era el primer gol que le hacían a Marruecos en el Mundial. El equipo que nunca había encajado un gol en el Mundial concedía un gol impropio tras un fallo garrafal.

Ounahy, el ‘8’ cuyo nombre no se acordaba Luis Enrique, intentó que Marruecos se sobrepusiera del empate con un disparo desde fuera del área que Lloris evitó que fuera gol.

Giroud tuvo en sus botas el segundo, pero el palo salvó a Bono y a todo Marruecos. Francia, con el marcador a favor, se permitió el lujo de levantar el pie del acelerador. Sin embargo, cuando decidía pisarlo, el peligro invadía todo el Al Bayt Stadium . El Yamiq sacó bajo palos un remate forzado de Mbappé

El propio El Yamiq corrió al área contraria para dejar una chilena espectacular que solo el palo evitó el gol del empate y uno de los goles del Mundial. Una Marruecos a la que se le había atragantado la primera parte no quería que llegara el descanso por los buenos momentos que estaban sumando en el campo.

Marruecos despertó antes del descanso y continuó con esa senda en el inicio de la segunda parte.

Francia buscaba la velocidad de un Mbappé que demostró por qué es el jugador más determinante del Mundial. Corría el minuto 52 cuando cogió el balón en la izquierda y en dos zancadas dejó atrás a toda la defensa marroquí. No contaba con Amrabat que lo arroyó rozando el límite de la falta y que le dejó las botas rotas.

Los 30.000 marroquíes en las gradas intentaban empujar a su selección que, lejos de perder la cara al partido, se permitió el lujo de arrinconar al equipo francés. Francia sufría o se permitía sufrir y Marruecos merecía el empate. Lo hacía todo bien, menos el remate.

Quien perdona, lo paga

En el fútbol, está la ley de quien perdona lo acaba pagando. Y eso fue lo que le pasó a Marruecos. Mbappé creó una jugada individual para enmarcar y tuvo la generosidad de regalarle el gol a Kuolo Mani, que llevaba pocos segundos sobre el césped, que remató a placer para acercar a Francia, de nuevo, a una final con la que poder revalidar el título de campeona del mundo. Enfrente espera la Argentina de Messi. Leo contra Kylian. El duelo de los dos jugadores más determinantes de este Mundial. La camiseta de uno de los dos cambiará de dos a tres estrellas.