¿Están beneficiando los árbitros a Argentina y a Messi en el Mundial?

Cuatro penaltis en seis partidos, tres de ellos con 0-0 en el resultado, y los cuatro muy dudosos. Ese es el principal bagaje de Argentina en este Mundial si al aspecto arbitral nos atenemos. Es este un dato clave para entender el paso de la selección argentina por Qatar.

Hacía 46 años que a una selección no le pitaban cuatro penaltis a favor en un Mundial. Hay que irse a 1978 para recordar algo igual, cuando a Países Bajos también le pitaron cuatro penas máximas durante el torneo que acabó perdiendo en la final. Fue precisamente Argentina, bajo la dictadura de Videla, quien ganó ese Mundial.

De penalti en penalti

Tras ver el penalti pitado a favor de los argentinos en la semifinal ante Croacia una duda sobrevoló sobre este Mundial de Qatar. Más allá del debate de si es o no, que como todo en el fútbol cada aficionado tendrá su opinión, la pregunta era si a esta Argentina, liderada por Messi, la están beneficiando los árbitros en Qatar. Hasta Modric cargó contra el árbitro Orsato, el colegiado de esta semifinal, por un penalti dudoso que pitó.

Y es que con 0-0 en esa primera semifinal, y tras 30 minutos muy igualados, a Argentina le pitaron un penalti a favor en una acción en la que el portero Livakovic chocó con el delantero Julián Álvarez. El croata se quedó quieto, el argentino llegó en carrera y una vez que ya había rematado se produjo ese choque. El árbitro no lo dudo: penalti. Era la tercera vez en este Mundial que con 0-0 a Argentina le daban una pena máxima a favor, siempre un momento importante para desatascar los encuentros.

En el primer partido del Mundial, también con 0-0, a Argentina le señalaron a favor un penalti ante Arabia Saudí por un leve agarrón, a la salida de un córner, sobre Paredes. Fue el típico agarrón en el área que nunca se pita, pero que el arbitraje decidió en aquel momento señalarlo para dar avisos al resto de jugadores. Lo marcó Messi, aunque en la segunda parte los saudíes firmaron una remontada que, a larga, de poco le valió a los que ganaron y de mucho a los que perdieron.

Dos encuentros después, y tras ganar a México, Argentina necesitaba vencer a Polonia para pasar a octavos. Sin ser capaz de desatascar el encuentro, el colegiado neerlandés Makkelie se inventó un penalti en el minuto 39 al interpretar que una salida del portero Szczesny había golpeado a Messi en la cara pese a que el crack argentino ya había rematado. Ese fue uno de los grandes fallos arbitrales de este Mundial. El penalti lo falló Leo.

La polémica de Mateu

Tras pasar con más problemas de los esperados ante Australia en octavos, llegó el partido más polémico del Mundial, el que más cartulinas amarillas ha dejado en la historia del torneo. Argentina convirtió el duelo ante Países Bajos en un encuentro trabado, con agresividad y por el que Mateu Lahoz perdió las posibilidades de dirigir la final del torneo. Messi le criticó y la FIFA le apartó.

En ese encuentro Argentina fue beneficiada toda vez que el árbitro español le perdonó la expulsión a Paredes, que hizo una falta muy dura y después lanzó un balonazo (ambas eran tarjeta amarilla), también pudo expulsar al propio Messi por dos acciones y pitó a la albiceleste otro penalti más, en este caso con 0-1 ganando, que buscó muy bien Acuña y que igual que se pitó bien no se podía haber pitado. Estaba esa acción en la delgada línea que da la subjetividad de cualquier persona.

Es muy posible, visto el juego y la consistencia de Argentina, que la selección hispanoamericana hubiera llegado a la final del Mundial sin este tipo de decisiones arbitrales a su favor. Pero la realidad es que las tuvo y que llegaron en momentos muy relevantes. Un penalti a favor con 0-0 siempre es una ayuda considerable que se nota en todo encuentro importante.

Dicho todo esto, no se puede decir que Argentina ha llegado a la final por los beneficios arbitrales, si bien ha sido ayudada por acciones concretas en las que la decisión del colegiado les benefició. Eso sí, la duda en este aspecto de ayudas a Argentina no la dejan los aficionados ni los periodistas, sino el propio Mundial de Qatar. El secretario general del Comité de Organización, Hassan Al Thawadi, no dudó en decir antes de que comenzara el torneo que sería «muy especial para nosotros» ver ganar a Messi el título. Lo tienen ya muy cerca.