Insultos, amenazas y golpes: la mala educación se apodera del tenis

Son jugadores que atesoran gran talento, pero sus comportamientos en determinadas ocasiones dejan mucho que desear. La nueva generación de estrellas del tenis mundial está compuesta por una grupo de jóvenes muy propenso a los insultos, las reacciones violentas y las declaraciones polémicas. Jugadores como Nick Kyrgios, Daniil Medvedev, Alexander Zverev y Stéfanos Tsitsipás, jóvenes que tienen entre 21 a 24 años, han mostrado su peor cara y el futuro del tenis es una incógnita.

En un deporte siempre caracterizado por las excelentes formas y la caballerosidad, donde leyendas como Roger Federer y Rafael Nadal han triunfado gracias a conductas ejemplares dentro y fuera de la pista, asoma un grupo de rebeldes, afines a las actitudes viscerales, que pone en riesgo el tradicional respeto que siempre gobernó en este deporte.

El último acto de indisciplina y totalmente alejado de lo que son los valores del deporte lo protagonizó Zverev cuando, tras caer en el partido de dobles, pagó su ira con el árbitro y destrozó su raqueta contra la silla del colegiado.

Una acción completamente fuera de lugar y antideportiva que se ha saldado con la expulsión del tenista. Sin embargo, en otras ocasiones las salidas de tono de estos jóvenes sobre las pistas ha quedado en multas ridículas.

La bronca de la madre de Tsitsipas

Stefanos Tsitsipas, número seis del mundo, protagonizó en Australia un impulso violento que acabó con su padre herido, de forma accidental, y provocó que hasta su madre bajara de las gradas para increpar la actitud de su hijo.

La principal raqueta griega, ofuscado por su flojo nivel en la pista, comenzó a desquitarse destrozando todo lo que estaba a su paso. Golpeó un cartel publicitario, destrozó una silla y terminó alcanzando de manera accidental a su padre.

Medvedev al árbitro: «¿Eres tonto?»

Precisamente en un partido contra Tsitsipas durante el Open de Australia, el tenista ruso enloqueció contra el juez de silla del partido, el español Jaume Campistol. El actual número dos del mundo,, llegó a llamar «tonto» al árbitro, recriminándole que el padre del jugador griego estaba haciendo coaching. «Hermano, ¿Qué haces? ¿Su padre puede hablar en todos los puntos? ¿Eres tonto? ¡Su padre puede hablar en todos los puntos! ¿Responderás a mi pregunta?», se llegó a escuchar.

Un acto totalmente injustificado que recibió una sanción irrisoria: una multa de 12.000 dólares

Kyrgios y la botella que se resbaló

Nick Kyrgios superó al japonés Nishioka en el Torneo de Washington, durante el año 2019, y dejó detalles de su naturaleza habitual: tenis de quilates y comportamientos fuera de tono.

Kyrgios lanzó una botella a la silla del árbitro y luego se excusó asegurando que se le había resbalado.

El árbitro lo cuestionó por el botellazo ya que podía tirar lo que tenía junto a él, pero el tenista se justificó con un supuesto resbalón cuando las imágenes muestran lo contrario.

La peineta a Nadal

No solo los tenistas protagonizan actos fuera de tono, sino que a veces es el público el que protagoniza el hecho censurable. Rafa Nadal se enfrentó en tercera del Open de Australia al estadounidense Michael Mmoh y vivió una surrealista escena cuando, en pleno partido, recibió una peineta por parte de una aficionada que acabó siendo expulsada del recinto.

Pocos días después, la protagonista de tan bochornoso incidente reconoció haber ingerido alcohol y afirmó que reaccionó así porque «Es increíblemente aburrido con todos esos rituales antes de sacar».