Fundado en 1910

Carlos Alcaraz celebra uno de los puntos ante CilicAFP

US Open

Alcaraz se impone en un partido agónico a Cilic y se mete en cuartos de final

El murciano venció en cuatro horas al croata (6-4, 3-6, 6-4, 4-6, 6-3)

Carlos Alcaraz ya está en cuartos de final y es el único representante español que queda vivo en el US Open. El murciano se ha impuesto en octavos al que fuera campeón en 2014, el croata Marin Cilic, en un agónico partido de cinco sets y casi cuatro horas.

Ganó los sets impares y cedió los pares. 6-4, 3-6, 6-4, 4-6 y 6-3 para mantenerse en el torneo y seguir soñando con levantar el primer Grand Slam de su carrera. Para ello tendrá que verse las caras con el italiano Jannik Sinner, número 13 del ranking ATP.

Con la eliminación de Rafael Nadal en octavos, Alcaraz tiene al alcance de la mano convertirse en el nuevo número uno de la ATP. Para ello debería ganar la final si la jugara contra Casper Ruud (séptimo del mundo) o quedar subcampeón siempre que el noruego no se llevara el título. Alcaraz sería en ese caso el más joven en la historia en ponerse al frente de la clasificación.

El murciano afrontó una muy exigente dura prueba ante Cilic, número 17 del mundo. Alcaraz le había ganado este año en los Masters 1000 de Cincinnati y Miami, pero tuvo que apretar los dientes como no había hecho hasta ahora en Flushing Meadows para cantar victoria.

Empezó enchufado Cilic, que consiguió su primer break gracias a una doble falta de Alcaraz. Ese susto temprano pareció espabilar a Alcaraz, que a continuación soltó varios latigazos de derecha para llevarse el break con un juego en blanco al resto (1-2).

Acostumbrado a dominar con la potencia de sus golpes, el joven se encontró en Cilic a un contrincante con derechas tan duras como las suyas. Entonces empezó a hacer correr a su rival presumiendo de un amplio repertorio y de puntos espectaculares: derechas afiladas, dejadas sutiles y hasta un fantástico resto ganador con el que sumó otro break (3-2). Alcaraz puso la directa para sellar el primer set en una manga en la que Cilic se estrelló con su primer saque (2 de 17).

Aun así, la anécdota del primer parcial fueron las faltas de pie que le pitaron a Cilic, que motivaron las protestas del croata y que llevaron a todos los espectadores a escrutar al milímetro si pisaba o no la línea durante sus saques.

El segundo set continuó de maravilla para Alcaraz con una rotura de servicio en el primer juego, pero Cilic respondió con otro break tras varios errores del español (1-1).

Ahí llegó el primer bache gordo de Alcaraz en todo el torneo. Con problemas para asegurar su saque, Cilic se vino arriba y rompió el servicio de Alcaraz elevando la presión con su derecha y subiendo con arrojo a la red.

El gigantón (1,98 metros) mostró ahora sí una enorme confianza en su juego y una evidente mejoría con su servicio hasta llevarse el set, la primera manga que Alcaraz concedía en este US Open.

Alcaraz había perdido electricidad y empezó a recuperarla en el tercer parcial con una preciosa dejada a bote pronto. Con las fuerzas igualadas, Alcaraz tiró de paciencia y capacidad de sufrimiento en busca de su momento.

Haciendo gala de una enorme resistencia atlética y una movilidad extraordinarias, Alcaraz se puso 0-40 y 5-4 a su favor después de que Cilic sacara por debajo -sin éxito- para penalizar la lejanísima posición al resto del español.

Alcaraz concretó uno de esos puntos de set y tomó la delantera del duelo. Pero el partido no parecía decidido ni mucho menos. Tras serias encerronas para ambos jugadores, que supieron salir vivos de varias amenazas de «break» en contra, el momento clave llegó cuando Cilic rompió el saque de Alcaraz para ponerse 4-5. El croata conservó su servicio -no sin dificultad- y forzó el quinto set. A esas alturas del partido, la cabeza era tan importante como las piernas.

Alcaraz perdió el servicio nada más empezar, pero reaccionó perfectamente con un impresionante golpe cruzado a la línea para empatar el marcador (1-1). Se reactivó el español a partir de entonces –levantaba el puño, gritaba, tiraba de rabia– mientras que Cilic daba señales de cansancio.

Un juego en blanco al resto le dio el 3-1 a su favor y Alcaraz ya no miró atrás: aseguró su servicio, selló el punto definitivo con una bola que golpeó en la red y se quedó en el lado de su rival y se ganó así el derecho a continuar soñando en Nueva York.