Fundado en 1910

Carlos Alcaraz levanta el trofeo de campeón del Mutua Madrid OpenAFP

Carlos Alcaraz tira de garra y de paciencia para revalidar su corona en el Mutua Madrid Open

Gran nivel de juego del murciano, que encontró la solución al poco ritmo que le dio el alemán y conquista por segundo año consecutivo el Masters 1000 de la capital española

Jugar una final de Masters 1000 nunca es fácil y menos aún si tienes la obligación de ganarla. Ese era el deber de Carlos Alcaraz o al menos esa era la sensación que había en la Caja Mágica antes de que empezase el último partido de este Mutua Madrid Open. El murciano se presentaba al encuentro con el cartel de muy favorito frente a un Jan-Lennard Struff que llegaba aquí sin nada que perder.

Tan poco tenía que perder que estuvo muy cerca de dar la campanada. Sin embargo, el español aguantó los cañonazos del alemán, que jugó cada punto al todo o nada siendo fiel al estilo tradicional del tenis de saque y volea. Una táctica que le sirvió para tener a Carlitos contra las cuerdas, aunque finalmente encontró la solución gracias a ser paciente y revalidó su corona tras imponerse por 6-4, 3-6 y 6-3.

El comienzo del encuentro fue extraño, con ambos muy imprecisos por los nervios, sobre todo Struff, que empezó regalando su servicio con dos dobles faltas haciendo un favor a un Alcaraz que cerca estuvo de solidarizarse con su rival y hacer lo mismo en su turno de saque.

En cambio, salvó la opción que le concedió al germano y en apenas 10 minutos de encuentro ya mandaba por 2-0. Poco le duraría la alegría ya que las imprecisiones seguirían ahí y con igual rapidez que se puso en ventaja se vio 3-2 abajo para sorpresa de la Manolo Santana.

Supo dejar atrás esas dudas y aceptó el reto que le propuso Struff, que afrontó el partido como si estuviese sobre la hierba de Wimbledon aprovechando sus cañonazos de servicio para subir a la red y ser fiel al estilo más tradicional del tenis. No obstante, el murciano tenía claro que iba a llegar su momento y en el octavo juego del set aprovechó los segundos saques del alemán para hacerse con un break que resultaría definitivo.

Struff fiel a su táctica

Si algo tenía claro el alemán es que la única forma de ganarle el partido al murciano era evitando los intercambios de fondo y rompiendo la pelota en cada segundo saque del de su rival. Es decir, lo mismo que le había terminado condenando en el primer set. En cambio, ese todo o nada le puso rápidamente 3-0 arriba en el segundo set después de firmar varios restos directos aprovechando las dudas de Alcaraz.

Trató de reaccionar el pupilo de Juan Carlos Ferrero (que intentaba animarle desde el box), pero el alemán levantó las cinco pelotas de rotura de las que dispuso el joven español. Es más, tras ese juego se quedó muy cerca de lograr un nuevo quiebre, que finalmente evitó el murciano a pesar de que no serviría para nada, ya que el encuentro estaba condenado a irse a la manga definitiva. 6-3 y el miedo hacía acto de presencia en la Caja Mágica.

Carlos Alcaraz se lleva las manos a la cabeza desesperadoAFP

Saltó Carlitos con el susto todavía en el cuerpo a esta tercera manga y cerca estuvo de ser mayor. Con el viento en contra, el murciano tuvo que enfrentar una pelota de rotura que podría haber sido definitiva y que se le escapó al alemán por medio centímetro, algo que sirvió para que despertara el murciano, que ya no le iba a dar más opciones a su rival.

Tras salir de esa situación espinosa, el español conectó de nuevo a los aficionados, que se temían lo peor, y se lanzó con todo a por una rotura que sirvió para devolver el ambiente de fiesta al público y para que se terminase de soltar Carlitos, que tras más de dos horas de sufrimiento, empezó a disfrutar del partido y a dejar las mejores jugadas frente a un Struff que nunca dio su brazo a torcer.

Esto sirvió para darle al español todo lo que necesitaba y ya nadie le quitó la victoria. Además hay que destacar que se convierte en el primer jugador de la historia en ganar dos veces seguidas tanto el Conde de Godó como el Mutua Madrid Open, una hazaña que deja claro que ganarle en España es casi misión imposible.