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Rafa Nadal vuelve a las pistas en el ATP 250 de BrisbaneEFE

La «merecida despedida» de Rafa Nadal empieza ya: ilusión e incógnitas en el regreso más esperado

Rafa Nadal está de vuelta. No hay mejor afirmación en el mundo del tenis que esta. Y es la que cualquier aficionado a este deporte, español o no, quería escuchar. Mucho tiempo ha pasado desde aquel 18 de enero de 2023. 349 días para ser más exactos. Este martes 2 de enero de 2024 (hora por confirmar, aunque será de madrugada en España, máximo primera hora de la mañana de ese martes) nunca se le olvidará al tenista balear porque, para llegar hasta aquí, ha sufrido mucho y, tal y como dijo en mayo de 2023, «creo no me merezco despedirme en una sala de prensa».

Y lo hace en el ATP 250 de Brisbane, torneo al que Nadal ha accedido a través de una wildcard (una invitación). Porque cabe recordar que el estar un año parado le ha perjudicado, y no sólo físicamente. Actualmente, el tenista mallorquín figura en el puesto 672 de la ATP y, en estos casos, o accedes al torneo a través del ranking protegido o esperas a que la organización del torneo te otorgue una invitación para poder jugar.

Nadie sabe cómo rendirá Rafa Nadal en la pista. Y él mismo tampoco lo sabe. La preparación ha sido buena. Empezó a entrenar en octubre de 2023 y, con el paso de los meses, ha ido incrementado la intensidad en sus entrenamientos. Los que han compartido pista con él dicen que está más que preparado, pero una cosa es entrenar y otra es jugar un partido oficial.

Eso sí, un duelo ya ha disputado en Brisbane, el pasado domingo de dobles junto a su amigo Marc López. Ese fue el primer oficial, perdido ante los australianos Purcell y Thompson, pero realmente su competición, su regreso, es este martes 2 de enero en el torneo individual. Su primer partido es ante el austriaco Thiem.

La ilusión del regreso

Si hubiera que describir con una palabra cómo afronta Nadal su vuelta a las pistas... esa es ilusión. El de Manacor es un competidor nato y sabe que si vuelve es que está en condiciones de hacerlo por muchas incógnitas que haya. Sus rivales ya le empiezan a temer (y eso que aún no han empezado los grandes torneos).

Aún así, Nadal ha optado por ser prudente: «No hay nada imposible, pero estar aquí ya es una victoria. No puedo fijarme objetivos a muy largo plazo, porque no me veo jugando durante mucho tiempo. No sé cómo irán las cosas, pero en mi mente está ser cada vez más competitivo según vaya avanzando la temporada».

Un cuadro favorable

Se podría decir que Rafa Nadal ha tenido bastante suerte en el sorteo del torneo de Brisbane. De primeras, el balear ha evitado a los grandes cocos, es decir los Holger Rune, Ben Shelton o Grigor Dimitrov. Nadal se medirá a Thiem en primera ronda, que viene procedente de la fase previa. Tampoco se le puede pedir al español que vaya a ganar torneos cuando viene de un año sin jugar.

Si todo va más o menos bien y Nadal sigue avanzando rondas (sería algo positivo y esperanzador) podría enfrentarse, a partir de semifinales, contra el búlgaro Grigor Dimitrov, un rival al que Nadal conoce más que de sobra.

Y si las sensaciones en el ATP 250 de Brisbane son buenas, la siguiente estación de Rafa Nadal será el Open de Australia, el primer grande de la temporada. Del 14 al 28 de enero, las pistas del Melbourne Park acogerán a las mejores raquetas del mundo y allí Nadal intentará, si acaba jugando, ser lo más competitivo posible y coger confianza para la gira de tierra, su gran objetivo para este 2024.