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Rafa Nadal ha arrasado a Dominic Thiem en su regreso al tenisEFE

Puño cerrado y gritos de rabia: Rafa Nadal vuelve con sus señas de identidad intactas

Aclamado por el público australiano, sabedores de que eran testigos de un momento único en el deporte, Rafa Nadal ha dado las «gracias por el apoyo» y ha celebrado su convincente y brillante victoria a Dominic Thiem en su regreso al tenis en Brisbane.

Nadal ha regresado a lo grande, arrollando a su rival y sobre todo con unas sensaciones muy buenas. Segurísimo a su saque (todos los servicios los ganó), aguantando los puntos largos y con otros de gran juego, Rafa ha vuelto al tenis mucho mejor de lo que se esperaba.

Con una cinta verde en la frente como símbolo de resistencia, Nadal ha reconocido que el de este martes ha sido «un día emocionante para mí» porque viene «de uno de los años más duros». Y a partir de ahí refleja su «orgullo» por este regreso: «He tenido miles de mensajes de apoyo estos meses. He echado de menos ser competitivo y jugar».

Sin que tampoco se puedan sacar muchísimas conclusiones porque este es un torneo ATP 250 y sirve más de preparación para el Open de Australia, sí que Nadal ha dejado escenas que recuerdan a su mejore etapa. Ha habido puntos en los que se vio a ese Rafa combativo y brillante con sus señas de identidad.

El Rafa de siempre

Es como si el tiempo no hubiera pasado para el mejor deportista español de la historia. La celebración con el puño cerrado y el grito de rabia, los puntos a veces imposible, dominar la escena (y la pista).... Sus señas de identidad, todo ello como símbolo de resistencia. El Nadal que ha vuelto un año después de no jugar ni un solo partido era el Nadal de 2006. Y de 2008. Y de 2011. Y de 2015. Y de 2018. Y de 2022. Si es que Nadal es el español que nos ha acompañado durante varios lustros, un deportista eterno.

La mañana (en España) de este 2 de enero ha sido especial para el tenista balear pero también para tantos compatriotas suyos que le han seguido durante los últimos 20 años y que estaban necesitados de verle jugar. El regreso además no ha sido solo ver, también ha sido disfrutar. Nadal está de vuelta, vuelve a rugir como siempre y ha completado un gran partido con sus señas de identidad, que es lo importante.