Rafa Nadal brilla en su regreso al tenis con una victoria como en sus mejores tiempos

A las 10:08 –hora peninsular española– Rafa Nadal sacó por primera vez en un año. Cogió su raqueta, falló el primer servicio pero ganó el primer punto. El juego, a su saque, se lo llevó en blanco. Puede parecer anecdótico, pero no lo es: es el regreso de Rafa Nadal a la competición oficial, la vuelta del mejor deportista español de la historia.

Y por lo visto parece que Nadal no paró. El nivel que ha mostrado en su partido en Brisbane ante Thiem (7-5 y 6-1) ha sido impresionante. Seguro en todo momento, especialmente con su saque, con muchos puntos ganadores, dominador en todo el duelo... el regreso de Nadal ha sido perfecto. Ha sido el Rafa de siempre. No hay mejor forma de volver.

El primer set fue un ejemplo de tranquilidad y seguridad de un Nadal que no dio ni un solo síntoma de molestia física o preocupación. No solo eso sino que no parecía que haya estado todo un año fuera. Fue el Rafa de siempre, con puntos ganadores, dominador, segurísimo en los peloteos, muy bien en los puntos largos. En resumen, con muy buenas sensaciones.

De sus seis juegos al servicio ganó cuatro en blanco. Fue un ciclón a su saque haciendo disfrutar al público australiano, a los que que cada vez que enfocaba la realización de televisión se les veía sonreír. Eran conscientes del lujo que suponía ver otra vez a Nadal y más además a un buen nivel.

Le costó más al resto al español, que no llegó a tener un punto de break hasta el final de la manga. Realmente ninguno lo tuvo, porque Thiem estaba muy seguro a su saque y Nadal al suyo. Fue un duelo entre dos grandes del tenis, ambos en horas bajas por circunstancias diferentes.

El golpe le dio Rafa en el momento oportuno, cuando más decisivo es y dónde ya no hay opción a la revancha. Con 6-5 Nadal aceleró y acumuló cuatro bolas de set que eran cuatro bolas de break. Desarmó Rafa a Thiem en el último juego del set. Perdonó Nadal las tres primeras opciones de llevarse su primer set en casi un año de parón (349 días, para ser exactos), pero a la cuarta y tras aguantar los ataques de Thiem se llevó el set (7-5).

Más allá del resultado lo importante eran las sensaciones. Y fueron inmejorables. Nadal dominó, jugó bien, disfrutó y ganó con comodidad. El segundo set fue hasta un disfrute porque Rafa arrolló a Thiem, que ya desde el inicio de esta manga se dio cuenta de que este martes era el día de la leyenda de este deporte. La atención mediática era para el manacorí. Nunca en Brisbane se habían visto en otra igual.

Arrasa Nadal

Otra vez estuvo comodísimo Nadal a su servicio, con los dos primeros saques ganándoles en blanco y con una seguridad aplastante. Pero es que además le hizo un break al austriaco a la primera oportunidad y se colocó con un 3-0 ya determinante para el resto del set.

Incluso cuando las cosas se complicaron un poco –en el quinto juego Thiem se puso 15-30– Nadal se revolvió para ganar otra vez su servicio, ese que no cedió ni una sola vez durante todo el encuentro. Y además le volvió a romper el saque al austriaco, que ya cedió para un 6-1 final imponente, reflejo del gran partido de Rafa.

Rafa Nadal avanza en este torneo de Brisbane que no es que sea una gran competición (es un ATP 250) pero que sirve de preparación para el Open de Australia que arranca en dos semanas. Y sobre todo sirve para ver al tenista español, que eligió Brisbane como lugar en el que reaparecer. Eso ha sido este martes y no ha podido ser de la mejor forma.