Rafa Nadal impresiona en su segundo partido en Brisbane y arrolla a Kubler en un recital de tenis

Si nos lo cuentan hace dos días no nos lo hubiéramos creído. Rafa Nadal está en un momento de forma espectacular. Y eso que llevaba ¡un año! sin competir. El tenista español ha arrollado este jueves al australiano Jason Kubler (6-1 y 6-1) y avanza a cuartos en Brisbane, el torneo de su regreso y el primero del año.

Pero aquí lo importante no es tanto el resultado y la competición sino la forma en la que juega Rafa. Juega como siempre, es decir, brillante. Es un ciclón en la pista y rememora sus mejores momentos. El asunto no es que gane –su rival, para ser realistas, es el 102 del mundo (aunque Nadal es el 672)– sino cómo lo hace.

Seguro de sí mismo, con puntos ganadores que levantan al espectador, salvando bolas de break, llevándose juegos en blanco... Rafa ha arrollado en este segundo partido en Brisbane a su rival y hace ilusionar a los amantes al deporte, sean de donde sean, porque Nadal es patrimonio universal.

Nadal inició este segundo partido oficial tras su regreso de una forma perfecta. Solo cedió un punto en los tres primeros juegos, en los que rompió el servicio de Kubler en blanco y después ganó el suyo de la misma forma. Lo importante en el regreso de Rafa –ya lo dijimos en su primer partido– son más las sensaciones que el resultado. Y las sensaciones, en la que entra su juego, son inmejorables.

Y es que a Nadal se le ve seguro de sí mismo, jugando a lo de siempre, atacando cuando hay que hacerlo y en pie en todo momento. Y todo ello sin ninguna muesca de dolor físico.

Se vio todo eso muy bien en el cuarto juego del partido. A saque de Kubler Nadal tuvo dos bolas de break, las desperdició, pero cuando era el australiano el que estaba por delante Rafa se defendió de manera brillante, no tuvo miedo al fallo y salvó hasta cuatro bolas de juego de su rival, tres de ellas con puntos ganadores. Fue un juego interminable, larguísimo, que también nos hizo ver que el español lo aguanta sin problema. Es, en resumen, como si no hubiera estado lesionado nunca. En la quinta vez que se puso el deuce Nadal se inventó un golpe perfecto, se puso en ventaja e hizo el break con un precioso punto en una volea de espalda.

Era el 4-0 y el primer set ya estaba ganado. Nadal puso el quinto a su servicio entre dolencias físicas de Kubler, que recibió atención médica en su codo derecho, que se lo tocaba ya mucho. Al menos pudo ganar un juego para no irse en blanco en el set, cerrado por Nadal de una forma tremenda: estaba 0-40 abajo, salvó esas tres bolas de break y se llevó el juego y la manga (6-1).

Segundo set

El segundo set tuvo un arranque curioso. Nadal se fue a vestuarios y llegó cuatro segundos más tarde de lo que marca el reglamento. El juez de silla le avisó: a la próxima es punto de penalización. ¿Cómo reaccionó Rafa? Con juego en blanco al servicio de Kubler. Primer break.

Con esa ventaja ya gestionó bien Nadal lo que vino después, algo más difícil (era lo lógico) que la anterior manga. Peleó más el australiano, empujado a veces por el público de su país. Se defendió con su servicio, aunque Rafa tiene ese componente de lucha y resistencia que le hace que aunque vaya perdiendo por 40-0 pelea todo, no deja pasar ni una. Así llegó el séptimo juego de este segundo set en el que el español hizo el segundo break y se puso con un 5-2 ya determinante. Cerró el partido Nadal a su saque (6-2) y a pensar en el duelo de cuartos, que será este viernes ante Thompson, otro australiano.