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Nadal durante el encuentro ante Cobolli en el GodóAFP

Nadal ilusiona en su regreso a las pistas y vence fácil a Cobolli

682 días. Esos son los que habían pasado desde la última vez que Rafa Nadal disputó un partido en tierra batida, la superficie en donde se hizo mito. En medio, un calvario de lesiones y un empeño en regresar que solo se entiende desde quien considera la competición y el tenis más grandes que su propia salud, que su propia vida.

De entrada, a Rafa le costó. Falló primeros servicios y perdió los dos primeros puntos, temiendo un temprano break. Se le veía lento y pesado. Pero logró rehacerse y, en un suspiro, venció el juego.

Los dos siguientes juegos transcurrieron con normalidad, con ambos tenistas venciendo aquellos en los que sacaban sin aparentes dificultades. Sin embargo, sí sirvieron a Nadal para entrar en ritmo. Se le vio más suelto, subiendo a la red, con remates contundentes desde atrás y más rápido en sus intervenciones. Al cuarto juego, y tras muchas bolas para ello, le rompió el servicio a Flavio Cobolli.

El italiano entró entonces en un estado de nervios fruto de su joven edad. Apenas presentó batalla en el siguiente juego, donde servía Rafa, y estuvo a centímetros de sufrir un nuevo break en el sexto juego. Nadal tuvo múltiples bolas de rotura, pero le faltó concretar.

Donde no titubeaba el español era sacando. Juego en blanco en el séptimo para mostrar sus buenas sensaciones, como si el tiempo no hubiese pasado. A la siguiente culminó la faena, dejando el set en un rotundo 6-2 que nos transportaba a una década atrás. Esto es lo que hacen los grandes deportistas. Te hacen viajar en el tiempo.

Segundo set

Tras el breve descanso, nada cambió. Cobolli no hacía acto de presencia y estaba siendo borrado de la pista por un Nadal que en cada golpe se encontraba más cómodo. Venció sin problemas el balear su juego y, a la primera oportunidad, también le rompió el servicio al italiano, encarrilando la victoria.

Nadal en un punto del partido ante CobolliAFP

Sin embargo, cuando todo parecía un camino de rosas y que la victoria sería un mero trámite, Cobolli resurgió. Break a Nadal para amenazar con meterse en el partido. Fue un simple susto. El balear estaba muy enchufado y devolvió la rotura de primeras, culminada con una doble falta en el saque del italiano que reflejaba a la perfección su nerviosismo. No hubo mucha más historia.

Rafa defendió su saque y conservó su ventaja, labrando una victoria rápida (el partido estuvo por debajo de los 90 minutos) pero contundente y convincente. Los siguientes pasos serán más exigentes. El australiano Álex de Miñaur, un buen tenista, será su próximo rival en el Godó. Lo que ocurra allí será otra historia, pero al menos Rafa nos ha dado este halo de esperanza. Su regreso ha ilusionado.