Las ATP Finals empiezan con polémica: entradas caras, baños estropeados y un jugador que desea eliminarse

Las ATP Finals –antes Copa de Maestros– es uno de los grandes eventos del tenis. Las ocho mejores raquetas del mundo se enfrentan entre ellas en el que para muchos es el evento más duro de todo el año. Las fuerzas flaquean y no hay un solo partido sencillo. Son los mejores jugadores del año y todos buscan la gloria y los casi 4,5 millones de euros que se embolsa el campeón, más que en ningún otro torneo oficial.

Esta temporada Jannik Sinner, Alexander Zverev, Carlos Alcaraz, Daniil Medvedev, Taylor Fritz, Alex de Miñaur, Casper Ruud y Andrey Rublev se han dado cita en Turín para pelear por el último torneo del curso. Un evento que este año está algo descafeinado por el bajo nivel al que llegan algunos de los mejores del mundo y que tras la primera jornada se ha cargado de polémica.

El partido que abrió el telón fue el que enfrentó a Daniil Medvedev y Taylor Fritz, un duelo que hizo explotar a muchos de los aficionados que acudieron al Inalpi Arena. Cada sesión tiene un partido de individuales y uno de dobles y el precio de las entradas va desde los 200€ a los 450€ mientras que la media es de 280€. Unos precios elevadísimos y por los que uno espera ver un gran espectáculo.

Nada de eso pasó en la primera jornada, donde Taylor Fritz despachó en solo una hora y veintiún minutos al tenista ruso. Sin embargo, no fue la duración del partido lo que enfadó a la afición italiana sino la actitud del exnúmero 1, que perdió el primer set con tres dobles faltas seguidas y a mediados del segundo empezó a pasar por completo del choque. Restos con el mango, fallos absurdos y la demostración constante de que le daba igual el partido.

Rajada en rueda de prensa

A su lamentable actitud en la pista se le unen sus palabras en rueda de prensa, donde dejó claro que deseaba caer eliminado cuanto antes. «Si me eliminan estaré feliz. 100 % que quiero caer eliminado. Es la primera vez que lo digo. Normalmente, las ATP Finals no son sencillas para mí. La única vez que gané fue cuando empecé el año en el US Open, así que era diferente. Siempre peleo, soy un buen luchador», aseguró tras perder ante Fritz.

Estas palabras han traído mucha cola y gran parte del mundo del tenis considera que para tener esta actitud habría sido mejor que se quedara en su casa y empezara las vacaciones. Ha faltado al respeto al torneo, a sus rivales y a los aficionados que se han dejado un dinero para ver los partidos. Así pues, lo lógico habría sido que le dejara su lugar a otro compañero como hizo Novak Djokovic.

Por si esto fuese poco, las instalaciones del Inalpi Arena de Turín están dejando que desear. Jannik Sinner se quejó por la velocidad de la pista, que es lo que más ha dado que hablar, pero no lo único. Los servicios que ofrecen a los aficionados dejan mucho que desear. Hay varios baños estropeados y el precio de la comida es altísimo y de muy baja calidad, lo que no se puede tolerar y menos después del dinero que cuesta una sola entrada.

Y es que además los precios de las entradas se han disparado. Bien es cierto que esto ha ocurrido en todos los torneos que se disputan en Italia, pero lo de la Copa de Maestros ha sido exagerado. En 2018, cuando se jugaba en Londres, se encontraban entradas por alrededor de 60 libras, mientras que en 2022, ya en Turín, estaban desde 75€.

Un modelo que ya no funciona

Además, el resfriado de Carlos Alcaraz y el bajo nivel al que llegan Ruud o Rublev hacen que el gran torneo del año haya empezado sin apenas emoción. Es por ello que se ha abierto el debate sobre si este modelo de competición está ya caduco y deben plantearse uno nuevo. La Round Robin (fase de grupos) no llama la atención y ver solo un partido –más otro de dobles– por sesión a esos precios resulta demasiado caro.