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La lavandería de Mari Luz en ChamberíEl Debate

Factura eléctrica

«Vamos a cerrar, no puedo más», la luz se lleva por delante nuestros negocios

La imparable escalada de los precios de la electricidad está enterrando en facturas imposibles a miles de empresas que no ven el final del túnel, tras el parón de la pandemia. Muchos de ellos están condenados a cerrar. Nos cuentan como están viviendo esta «pesadilla»

El constante repunte del precio de la electricidad no sólo está golpeando con fuerza a aquellos hogares que están en el mercado libre. El pasado lunes, una de las grandes de la siderurgia, Sidenor, anunció que paralizaba su producción durante 20 días al cuadriplicarse los gastos derivados del precio del recibo. Sin embargo, el «desbocado» coste de la luz lleva meses golpeando con fuerza a la mayor parte de nuestro tejido empresarial: la pequeña y mediana empresa.

Mari Luz tiene una lavandería en pleno barrio de Chamberí, en Madrid. En su negocio, abierto prácticamente todo el día, las maquinas nunca paran, ni siquiera los fines de semana. «Todas nuestras lavadoras y secadoras funcionan con electricidad», afirma Mari Luz que confirma que para un negocio como el suyo «la subida ha sido impresionante, la facturación se ha ido por los suelos». 

Hemos tenido que empezar de ceroMari Luz, dueña de una lavandería

Esta empresaria narra el drama que la pandemia ha supuesto para todos los negocios. «Hemos tenido que volver a empezar de cero», aun así, no se plantea cerrar. «Después de lo que hemos aguantado con la covid, no puedo plantearme cerrar, tenemos que aguantar». 

Mari Luz confirma lo que otros muchos han adelantado, «si los recibos siguen igual, no tendremos más remedio que trasladar parte del coste al servicio».

Junto a ella, muchos otros pequeños empresarios agonizan sepultados por facturas imposibles de pagar. 

Alessandro tiene una pizzería en Granada. Hace unos meses publicó por Twitter su última factura de la luz: 3.730 euros. «Nunca habíamos pagado más de 2.000 euros», cuenta Alessandro, que ahora debe hacer frente a una factura de casi el doble.

«Desde que publiqué el tweet, Endesa no me ha vuelto a enviar otro recibo, imagino que dentro de unos meses me cobrará todo de golpe», declara a El Debate.

Si esto sigue, tendremos que cerrarAlessandro, dueño de un restaurante en Granada

Este hostelero italiano llegado desde Nápoles hace 14 años, tiene diez empleados a su cargo. «No me planteo despedir a ninguno, cada uno cumple su función y sin ellos el negocio no funcionaría», asegura. Sin embargo, el miedo a que esta situación continúe le ha hecho pensar en echar el cierre. «Si tengo que seguir pagando facturas así, tendré que cerrar, no puedo más», lamenta.

Con él, muchos negocios sufren las consecuencias de una escala imparable de los precios de la luz. Cada día, todos ellos son testigos de los máximos que siguen alcanzándose, sin que parezca que haya un final. 

Mientras, el Congreso de los Diputados se prepara para votar el plan de choque presentado por el Gobierno. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, defenderá el recorte a los beneficios de las eléctricas este jueves en la Cámara Baja. No obstante, desde el Ejecutivo abren la puerta a descafeinar el plan y firmar la paz con las compañías, con las que Ribera se ha ido reuniendo durante los últimos días.

Pizzametro, el restaurante de AlessandroEl Debate

Varios expertos consultados por El Debate insisten en que el Gobierno «se equivocó en su planteamiento inicial». Ahora, la vicepresidenta tercera se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado, trata de calmar el enfado de las eléctricas tras su órdago, por otro se encuentra Unidas Podemos. Su socio de coalición ha criticado que «solo plantear la posibilidad» de retirar el recorte a las eléctricas «deslegitima al Gobierno». 

Preguntamos a Mari Luz si espera soluciones por parte del Ejecutivo. «Yo, personalmente no, si quisieran hacer algo habrían rebajado el IVA a los que utilizamos una potencia mayor». 

Esta noche, entre las 20h y las 21h, el precio de la luz marcará los 226,74 euros. A esa hora, la lavandería de Mari, estará a pleno rendimiento.