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La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y la ministra de Trabajo, Yolanda DíazEFE

Batalla por la política económica

La reforma laboral agudiza la fractura en el Gobierno de coalición

El pulso por la reforma laboral es tan sólo la última de las batallas que los socios de Gobierno han librado por la política económica. La ley de vivienda, la reforma fiscal o los Presupuestos para 2022 han desgastado la relación entre los miembros de la coalición

El camino que PSOE y Unidas Podemos emprendieron juntos en 2019 ha empezado a empedrarse más de la cuenta. Con un ojo puesto en las próximas elecciones y finalizada la tregua post pandemia, ambos socios de Gobierno trabajan para marcar el legado económico propio con el que competirán –si no hay sobresaltos– en mayo de 2023. 

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, reconocía ayer, desde Santiago de Compostela que la coalición atraviesa un momento «delicado». Ella y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, mantienen un encarnizado pulso a costa de la reforma laboral.

La reforma laboral

Unidas Podemos está empeñado en derogar la normativa que en 2012 aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy. Es una de las principales banderas con las que pretenden presentarse a las próximas elecciones generales, y no están dispuestos a renunciar a ella.

El departamento que dirige Díaz, envió la pasada semana un documento a sindicatos y empresarios con el que pretende tantear las bases de una futura reforma que sustituya a la actual. Es sólo uno de los múltiples contactos que la ministra ha mantenido desde verano para diseñar una nueva normativa, que no cuenta con el respaldo del ala socialista del Gobierno.

Calviño frenó en seco el avance de los trabajos

Los de Sánchez le han recordado a Yolanda Díaz que una hipotética modificación de la reforma implica a varios ministerios dentro del Gobierno, y que por tanto, Trabajo no puede ir por libre. Es más, la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha frenado en seco los trabajos, consciente de que Bruselas apuesta por una opción más moderada y de que las relaciones con la Comisión Europea serán clave en 2022.

Todo ello, neutraliza –de momento– las aspiraciones de Unidas Podemos de presentarse a una futura cita electoral con la derogación de la reforma laboral de Rajoy bajo el brazo.

La ley de vivienda

No es la primera vez que Unidas Podemos y PSOE chocan. La reforma laboral es tan sólo la última de las medidas descafeinadas por la negociación entre los socios del Gobierno.

La ley de vivienda que hoy aprobará el Consejo de Ministros ha sufrido varios cambios durante su proceso interno. Aun así, desde el ala socialista del Ejecutivo han presentado la norma como una condición de Podemos para aprobar los Presupuestos de 2022. Es decir, los socialistas han extraído del texto las medidas de mayor calado, y han dejando la ley en manos de los de Belarra.

Sánchez se quedó el bono joven y dejó la ley de vivienda a Podemos

De esta manera, la maquinaria de comunicación de Sánchez se ha apoderado de las medidas más populares, como el bono joven o el incremento del parque público de vivienda destinado a aumentar la oferta del alquiler. Dejando a Podemos una ley de vivienda llamada a tener un escaso impacto real, ya que la aplicación de las principales medidas corresponden a las comunidades autónomas o entidades locales, lo que podría hacerla naufragar.

El ‘cheque bebé’ de Ione Belarra

Otra de las líneas rojas a las que Unidas Podemos ha tenido que renunciar es el cheque bebé, un empeño personal de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.

La negociación de los Presupuestos 2022, liderada por los equipos del secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez y por el de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dejó varias propuestas en ‘vía muerta’.

Es difícil convencer al Partido SocialistaIone Belarra (RNE) 

Una de ellas, era una partida con la que la formación morada pretendía dedicar 400 millones de euros a conceder a todas las madres una prestación por hijo hasta cumplir los tres años. Una ayuda, que actualmente sólo reciben las mujeres trabajadoras, y que se percibe –normalmente– en forma de deducción fiscal.

Desde el Gobierno, no descartan reactivar la medida, pero no será antes de 2023.

El 'dumping fiscal' de Madrid

Por último, el PSOE consiguió pulir otra de las exigencias que desde Podemos se han puesto sobre la mesa a lo largo de los últimos meses. 

La formación no ha dejado de exigir una reforma fiscal que, entre otros, regule la fiscalidad de las diferentes autonomías. En especial, pretendían hacer diana con el dumping fiscal de Madrid, al que culpan de centralizar la mayoría de los grandes patrimonios en la autonomía que preside Isabel Díaz Ayuso.

La solución la encontró Ferraz en el grupo de expertos al que ha encargado un estudio sobre el que basar la futura reforma fiscal. 17 catedráticos y profesores de las principales universidades españolas que deberán presentar sus conclusiones antes del 28 de febrero de 2022. 

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