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Pedro Sánchez reunido con Yolanda Díaz y Nadia Calviño

Pedro Sánchez reunido con Yolanda Díaz y Nadia CalviñoEFE/Chema Moya

Sánchez da otro bandazo y PSOE y Podemos acuerdan «derogar» la reforma laboral

El presidente de los empresarios, Antonio Garamendi, defiende su derecho a hablar en Bruselas

Pedro Sánchez sigue dando patadas hacia adelante al balón de la reforma laboral sin tirar a puerta. El presidente ha mantenido este martes una reunión con Nadia Calviño, Yolanda Díaz así como los ministros de Hacienda y de Inclusión y Seguridad Social para consensuar una postura común.

No habían pasado ni 40 minutos cuando la Secretaría de Estado de Comunicación ha enviado un comunicado que no sale de la retórica empleada estos días. Aunque sí recupera el término «derogar».Éste se limita a insistir en que el Gobierno está «comprometido con la derogación de la reforma laboral de 2012 en los términos que establece el acuerdo de coalición y el Plan de Recuperación enviado a la Comisión Europea». El problema es que ambos no coinciden.

Y continúa: «La temporalidad y la precariedad son, junto al desempleo, las principales anomalías del mercado laboral español y estamos decididos a dejarlas atrás. Es imprescindible disponer de herramientas equilibradas en la negociación colectiva y al mismo tiempo, establecer condiciones claras para la subcontratación».

Según La Moncloa, el encuentro se ha producido en un «clima positivo» y con una «actitud constructiva». En el comunicado se insiste en la tesis que vienen defendiendo tanto Sánchez como Calviño: el acuerdo debe incluir a los empresarios.

«El Gobierno busca, a través del diálogo social, un acuerdo con todas las partes justo y equilibrado. Esta voluntad es la mejor garantía de obtener una reforma duradera dentro del acuerdo establecido con la Comisión Europea en el Componente 23 del Plan de Recuperación», reitera.

El plazo que se marca el Ejecutivo es antes de fin de año: «Se trata de aprobar, antes de que acabe 2021, una legislación laboral moderna que revise los desequilibrios de la reforma de 2012 y deje atrás los problemas estructurales de nuestro mercado de trabajo, continuando con la senda que ya hemos iniciado con la derogación del artículo 52.d que permitía el despido por baja médica, los reglamentos de igualdad, los ERTE, la Ley Rider o el Trabajo a distancia».

Este miércoles ha de celebrarse la primera reunión semanal de la mesa del diálogo social con presencia de los ministerios del ala socialista, tras el pacto alcanzado la semana pasada. Hasta ahora esos encuentros, que vienen realizándose desde marzo, se circunscribían al Ministerio de Trabajo, la patronal y los sindicatos.

Garamendi se mueve en Bruselas

Antes de la reunión entre Sánchez, Díaz y Calviño, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, reclamaba esta mañana una «interlocución seria» con el Gobierno en materia laboral y ha pedido que se «aclaren» para sentarse a la mesa con «un interlocutor».

«Que se aclaren, que se sienten, que decidan, pero yo quiero sentarme con un interlocutor que es el Gobierno», ha subrayado Garamendi en Onda Cero cuestionado por la reunión convocada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con las vicepresidentas de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y Trabajo, Yolanda Díaz, con el objetivo de encarrilar la reforma laboral tras los desencuentros de las últimas semanas.

Garamendi ha señalado que los cambios en materia laboral no son «un trofeo político», sino «una cosa muy seria» con la que «nos jugamos la cosas de comer» en una situación «muy delicada» de la economía.

Al detalle de los temas que se negocian, Garamendi ha insistido en que la patronal «no tiene derecho de veto», pero sí la libertad de decir lo que no les gusta, y ha rechazado de plano el planteamiento del Ministerio de Trabajo de limitar al 15 % la temporalidad en las empresas.

«Es un tema ideológico, nada práctico (...), de gente que no está en la vida real», ha zanjado Garamendi, que sí ve más cercanas las posturas en el tema de la subcontratación.

Cuestionado por si se ha intensificado su diálogo directo con Europa sobre los fondos o las reformas pendientes, según publica El Mundo, Garamendi ha rechazado estar «puenteando a nadie», y ha defendido el derecho de las empresas «a hablar en Bruselas».

«Lo que no puede pensar nadie es que tiene derecho en exclusiva a ir a Europa y decir esto han dicho porque los demás también vamos», ha advertido.

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