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Entrevista

José Luis Bonet, presidente de la Cámara de España: «Los independentistas ya saben que no es su momento»

Esta eminente figura de la economía española habla de Cataluña, la reforma laboral, los fondos europeos, la aún necesaria internacionalización de las compañías de nuestro país, la Monarquía y otros muchos aspectos

José Luis Bonet (Barcelona, 1941) sigue llevando con fuerza el timón de la Cámara de Comercio de España. Cuando tiene lugar la entrevista, acaba de estar en Almería la noche anterior, y durante el día se enfrenta a una agenda intensa de actos. Es lo que lleva haciendo toda la vida, ya fuera director comercial o presidente de Freixenet, profesor titular de Economía y Hacienda Pública en la Universidad de Barcelona o presidente de la Asociación de Marcas Renombradas Españolas. Siempre ha sido un trabajador infatigable, y su amplia experiencia hace que tenga una visión muy reveladora sobre todo lo que está pasando en España y, en particular, en Cataluña.

–¿Tiene arreglo lo de su tierra?

–Claro que tiene arreglo, pero hay que trabajar en líneas distintas de las que hay ahora. Digamos que el problema es menor de lo que era, porque el Procés fue tremendo. Ahora quedan los hilachos, que son muy importantes, porque el poder sigue estando en manos independentistas, pero creo que ahora hay un punto de inflexión: todo el mundo ve que el proceso de independencia es imposible a corto-medio plazo. Esto lleva a dos posturas: una es más radical y excluyente, de decir que lo volverán a hacer, aunque luego en su fuero interno a lo mejor piensan otra cosa. Eso ya no lo sé. Hay que preguntárselo a ellos. Luego hay otra línea que es la que ahora está siguiendo Esquerra, que es decir: bueno, ya hablaremos de esto más adelante; ahora vamos a ver si recuperamos la economía. No sé si de este modo se arreglará la situación. Hay que intentarlo, pero hay que ser un poco escépticos: con división es muy difícil avanzar, y en Cataluña hay una gran cantidad de personas que están a favor del Procés. Se imponen a los que no están a favor porque tienen los mecanismos de poder.

El juego Madrid-Barcelona va a dar lugar a otro en el que van a emerger otras ciudades

José Luis Bonet en el DebatePaula Argüelles

–La situación está haciendo un gran daño a la región.

–Barcelona tiene problemas importantes. Es una gran ciudad, con una potencia extraordinaria y un atractivo fenomenal. Esto no va a cambiar. No va a caer, pero se está deteriorando. El Procés le ha perjudicado. Hay un mundo extrametropolitano que controla la política catalana. Y también le ha perjudicado la pandemia. Barcelona está estructurada en función del turismo extranjero, y la pandemia ha sido nefasta en este terreno. Ahora empieza a recuperarse. El turismo de sol y playa ha levantado zonas de España, pero Barcelona vive mucho de las ferias y congresos. He presidido catorce años la Feria de Barcelona y lo sé. Dicho esto, el proceso independentista está produciendo la expulsión de empresas clave de Barcelona. Han salido más de 5.000. Mientras la situación siga así en Barcelona, están bien donde están. Cuando volvamos a la normalidad, ya hablaremos. Mientras tanto, van emergiendo otras ciudades. Cinco o diez de ellas van a consolidarse en los diez próximos años: Málaga, Zaragoza, Valencia, Bilbao, Coruña... El juego Madrid-Barcelona va a dar paso a un juego distinto. Con el proceso independentista se ha visto que el criterio europeo es fundamental. Cuando Europa ha dicho esto no, se ha acabado el asunto. Desde ese momento, quien quiera progresar, tendrá que apuntalar la idea de España, y ese juego hará que la vertebración de España mejore.

–¿Y cómo ve España?

–En España ahora mismo hay una primera nota negativa, que es el reto demográfico. Estamos fallando en una cuestión esencial, que es la creación de vida. La segunda gran nota negativa es la falta de atención al proyecto español. España es un país con enormes atractivos y posibilidades, pero esta cuestión se trabaja menos de lo que se debería, también entre los propios españoles. Está muy bien que un catalán defienda lo catalán y un vasco lo vasco, pero un español tiene que defender lo español, y un europeo, lo europeo. En la Cámara tenemos un servicio de estudios en el que hemos comprobado que Cataluña ha perdido el liderazgo económico. Ha pasado a ser una más dentro del conjunto, y ve cómo hay otras regiones que se han colocado por delante. Esto no quiere decir que Cataluña vaya a colapsar de ninguna manera, porque tiene una potencia extraordinaria, pero debería centrarse en recuperar su liderazgo económico.

Felipe VI es un Rey excelente. No ha cometido ni un error en el tiempo que lleva como Rey

–En medio de este panorama, los grupos independentistas han propuesto eliminar la figura del Rey dentro de la Ley de Memoria Democrática. Usted siempre ha sido un gran defensor de la Monarquía. ¿Qué le parece este debate?

–No entiendo cómo se cuestiona. Es evidente que la Monarquía está prestando un servicio a nuestro sistema. Hay que recordar que la Transición fue impulsada por el Rey con la ayuda inestimable de Suárez, Fernández-Miranda y los demás políticos que estaban: Felipe González y el mismo Carrillo. La pieza clave, el motor, fue el Rey. Más allá de otras consideraciones personales que puedan hacerse, Juan Carlos ha sido un gran Rey para España, y Felipe VI es un Rey excelente. A ver quién puede decir un solo error que haya cometido Felipe VI en el tiempo que lleva como Rey. Ni uno. Los antisistemas pueden inventarse lo que quieran, pero Felipe VI es un Rey absolutamente idóneo. Su figura permite estabilizar el sistema, que es algo clave para que las cosas avancen. Por tanto, tengamos criterio. Respeto al que piensa otra cosa sobre esto, pero está equivocado. Hay quien hace desplantes, pero está cayendo en un error.

–En la actualidad se habla mucho de dos reformas de las que Europa está especialmente pendiente: pensiones y mercado laboral. ¿Qué opina sobre ellas?

–Creo que ahora lo importante es la transformación, y sobre todo, que no cunda el desánimo. Me parece que no debe introducirse ahora una reforma laboral en el sentido contrario a la consolidación de la recuperación. Repito muchas veces la consigna ignaciana: en tiempos de turbulencias, no hacer mudanza. Ahora estamos aquí para consolidar la recuperación, no para imponer cuestiones ideológicas que son muy respetables. 

José Luis Bonet en el DebatePaula Argüelles

No hay que desanimar a los empresarios en un momento en el que son absolutamente claves

–Los empresarios se han quejado de que las nuevas medidas incrementan sus costes.

–Cuando tienes una economía que cuenta con las empresas como motores y ya se ha visto que ha dado un buen resultado, no hay que gripar esos motores. Lo que no hay que hacer es desanimar a los empresarios en un momento en el que son absolutamente claves para que la economía española coja ritmo, se consolide la recuperación y se realice la transformación. Ahora hay que hacer un esfuerzo muy importante. Hay que ser especialmente cuidadoso con poner palos en las ruedas.

–La subida de las cotizaciones, que incrementa el coste laboral, se acordó sin los empresarios.

–Es muy mala cosa que no se negocien las cosas. Hay dos posturas: el ordeno y mando y el hablemos, a ver si llegamos a un consenso. Desde luego prefiero la segunda.

–El enrarecido clima político y la colaboración con las empresas parecen otras dos asignaturas pendientes en la actualidad.

–El clima político es el que es, dentro de un orden constitucional que es innegable. Salvo el problema importante que hemos tenido en Cataluña, que yo creo que ya ha pasado, lo demás funciona de un modo bastante razonable. Lo que tiene ahora España son daños coyunturales: gente que está desanimada. Lo que tienen que hacer es animarse y esforzarse. No es tiempo de desanimarse.

– ¿Qué opina de los fondos europeos?

–Creo que están bien planteados. A los propósitos que tienen, España debe añadirle un impulso a la internacionalización y el emprendimiento. El Plan Nacional de Recuperación, Resiliencia y Transformación está bien, y lo que hay que hacer ahora es aplicarlo bien. Existe un gran desconocimiento. Muchos todavía no saben qué va a pasar con los fondos europeos, y esto lleva a cierta confusión y escepticismo. No hay que tener en cuenta más que están pensados para seis años y que Europa hace bien al plantear una serie de hitos que hay que cumplir; si no, frenan los fondos. Es un buen sistema porque obliga a que se cumpla, y en ese sentido veremos cómo se llega a ese cumplimiento. No tengo ninguna duda sobre los PERTE y los proyectos tractores empresariales. Estarán dirigidos por compañías que saben lo que hacen y creo que irán bien, pero no hay que olvidar que el 99,8 % de las empresas en España son pymes. Tenemos que echar el resto en ayudarlas, porque aquí nadie va a salir de esta sin esfuerzo.

–Entre las dificultades que han surgido con la pandemia están los cuellos de botella aparecidos en las cadenas de suministro y los problemas de desabastecimiento. ¿Cómo cree que van a afectar a la economía?

–No está claro que vaya a ser un problema estructural. Pienso que puede ser más bien coyuntural, aunque puedo equivocarme. No creo que nadie sepa si va a ser estructural. Si es coyuntural, las aguas volverán a su cauce, y ahí nos lleva al terreno de la inflación. Hay que ser prudentes en esto y no alimentar el fuego que se ha producido. Algo de inflación va a haber, y puede no ser absolutamente nociva. En cuanto al debate sobre la autonomía estratégica debido a los problemas con las cadenas de suministro, es razonable. Los países han de ver que sus cadenas de valor no estén absolutamente en manos ajenas porque se pueden romper. Es una cuestión que se va a considerar y en la que va a haber un cierto cambio, pero sin que dañe realmente al juego de la economía mundial. 

–¿Qué problemas ve con la internacionalización que tanto demanda para las empresas españolas?

–La cuestión no solo es salir, sino hacerlo de la mejor manera posible. Ahí hay mucho que hacer, porque hay una batalla en el mundo sobre cómo se debe salir: marcas, redes comerciales, posicionamiento en los mercados... Todo eso es muy importante, y ahí España está muy lejos de estar bien situada. El talento es lo más importante. Detrás de cualquier proyecto está el talento, y últimamente se han planteado reformas en la educación. Creo que ahí deberían llegar a un pacto de Estado. Ya va siendo hora de que pongan uno encima de la mesa y se avance en terrenos como la educación en valores, que es fundamental y que de alguna manera se está debilitando. También hay que avanzar en educación de la ciudadanía, porque vamos retrasados: que la gente tenga criterio, discernimiento, y no se pierda en superficialidades. Y en competencia digital, para la que hay que aprovechar los fondos europeos. Otro aspecto en el que seguimos teniendo que mejorar son los idiomas.

José Luis Bonet en el DebatePaula Argüelles