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Lorenzo Amor

Presidente de ATA

Lorenzo Amor: «Las ayudas directas del Gobierno han sido un fracaso»

En plena negociación de la reforma laboral, el líder de los autónomos avisa de que las empresas están heridas y no se pueden poner más obstáculos a su recuperación

Lorenzo Amor (Córdoba, 1966) es el gran representante de los autónomos en España. Tras diecisiete años como presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), se ha convertido en el mejor valedor de este colectivo y en un líder muy querido por sus asociados. En el momento crucial de la negociación de la reforma laboral, responde nuestras preguntas sobre el amplio sector al que defiende y sus retos.

–La negociación de la reforma laboral se ha enquistado. ¿A qué se debe?

–El Gobierno nos ha planteado una propuesta que choca de frente con un aspecto importante: la flexibilidad interna. Con la heterogeneidad que tiene nuestro tejido empresarial, se planteaban mecanismos que establecían muchas rigideces. Evidentemente, así lo hemos manifestado. Con ese documento y esa propuesta, era muy difícil llegar a buen puerto en una negociación. Incluso advertimos al Gobierno de que íbamos a preparar y presentar una serie de propuestas desde el ámbito empresarial, y así lo hicimos el martes pasado. El documento es un reflejo fiel de lo que piensa la Comisión de Diálogo Social, Empleo y Seguridad Social de CEOE, donde hay muchísimos miembros de empresas, colegios profesionales, expertos laborales y personas. En ese documento se recoge lo que pensamos que es bueno para el país: qué necesita nuestro mercado laboral, qué hemos de mejorar de la reforma laboral, o qué está pidiendo Europa para combatir la temporalidad y el desempleo juvenil. Ya está presentada. Ahora el Gobierno  puede retirar la propuesta que hay sobre la mesa en materia de temporalidad y presentar una nueva hoy. No quiere decir que vayamos a estar de acuerdo con ella, pero creo que es un paso adelante el hecho de que se vuelva a presentar una nueva propuesta sobre el tema de temporalidad. Nuestra idiosincrasia es negociar, dialogar y, en la medida de lo posible, encontrar un acuerdo. Esperemos que se den las condiciones para que se produzca. 

–Se han anunciado unos buenos datos de paro.

–Ha habido datos muy positivos: bajada del paro; aumento de la afiliación; crecimiento de los autónomos. El crecimiento se debe a dos comunidades, Andalucía y la Comunidad de Madrid, pero también ha aparecido un dato muy significativo que llevamos más de 15 años sin conocer: el aumento de la contratación indefinida. Ha representado el 14 % del total de contratos. Es algo que no se veía desde el año 2004. Aquí la contratación indefinida estaba en el 8 %, en el 9 %, el 10 %, el 11 %. Creo que esto es importante. Con estos datos de empleo, ¿qué sentido tiene derogar la normativa laboral o establecer más rigideces? Por otro lado, no podemos confundir temporalidad con precariedad porque no es cierto. Donde hay un contrato temporal no tiene por qué haber un contrato precario. Bienvenido sea todo lo que podamos hacer por reducir la temporalidad y el desempleo juvenil, pero no estamos dispuestos a establecer rigideces. Vamos a seguir hablando, dialogando, con voluntad constructiva y a ver hasta dónde llegamos.

-Cualquier avance de diálogo con los empresarios parece un buen paso adelante, tal como estaba de enquistada la negociación. 

–Bueno, ahora hay que ver el documento que presentan, y si este documento recoge una voluntad de acuerdo con la parte empresarial.

–¿Podría el Gobierno haber hecho algo más por los autónomos?

–Las ayudas directas han sido fracaso. Sólo uno de cada cinco autónomos, un 20 %, va a recibirla. Prácticamente el 50 % de lo destinado a las ayudas se va a devolver. En la línea de ayudas del Real Decreto 5/2021 se establecen cosas incomprensibles: por ejemplo, que los autónomos no puedan acceder a la ayuda de 3.000 euros porque no tienen gastos. Para justificar la ayuda es obligatorio presentar un gasto. Que alguien me explique cómo un guía de turismo, un músico, un fisioterapeuta, un traductor o un periodista autónomo pueden acceder a las ayudas si no han tenido gastos. En segundo lugar se establece una discriminación, incluso diría que una competencia desleal. Veo muy bien que se haya establecido una singularidad para las islas de Baleares y Canarias, porque además era necesario. Lo que no veo bien es que un hotelero de Canarias o Baleares haya podido recibir hasta cinco millones de euros y uno de la Costa del Sol sólo 200.000 euros, que era el tope máximo. ¿Y eso por qué? Hay que preguntárselo al Gobierno, pero me parece absolutamente injusto. Por eso Baleares y Canarias van a agotar el presupuesto: porque han ayudado a las grandes empresas con hasta cinco millones de euros. En Andalucía ha habido más de 90.000 solicitudes, pero se va a tener que devolver un 40 %, porque el tope máximo para la gran empresa, como por ejemplo una cadena de hoteles, ha llegado a 200.000 euros. Por lo tanto, las ayudas han sido un fracaso. 

Me preocupa la concepción sobre un empresario que pueda tener un político que no ha visitado una empresa en su puñetera vida

–Hablaba de la diferencia en ayudas directas respecto a otros países. ¿Qué otros modo de tratar a los autónomos echa de menos?

–A mí no me preocupa la legislación. Me preocupa la concepción que se tiene del empresario, del autónomo. Ser autónomo o ser empresario en España sigue siendo, a día de hoy, profesión de riesgo. Si fracasas, lo pierdes todo; si tienes éxito, por poco éxito que tengas, el 50 % como mínimo tienes que compartirlo con Hacienda y Seguridad Social. Aún con eso, tenemos 3,3 millones de autónomos. Pero esa concepción no es la que más me preocupa. Me preocupa la concepción de ese legislador, de ese político, que no ha visitado una empresa en su puñetera vida, que no sabe lo que es una empresa. Que no lo sabe porque no ha trabajado en una empresa. Me preocupa cuando se legisla. Ya decía Churchill que algunos ven al empresario como la vaca que hay que ordeñar o el toro que hay que abatir, pero pocos lo ven como el caballo que tira del carro. Y esa es la puñetera realidad. Lo hemos visto en estos últimos días. Se desconoce cómo funciona una empresa familiar. Algunos se quejan porque hay una sucesión empresarial, pero no se quejan cuando los cargos son nombrados a dedo en una empresa pública.

–En unos años se ha pasado de considerar atractivo ser autónomo a que parezca estar perseguido.

–Nos quejamos de las trabas que tenemos y de ser una profesión de riesgo, pero indudablemente también tenemos nuestras compensaciones. En los 37 años que llevo de autónomo me he encontrado con muchas zancadillas. He vivido cuatro crisis diferentes y he visto caer alguna de mis empresas. He vivido momentos delicados, pero también tiene sus compensaciones. Evidentemente existe el problema de que cada vez los jóvenes emprenden menos. No puede ser que llegues a casa al mediodía, enchufes la tele y haya unos dibujos animados donde el malo de la serie es el empresario. En este país se demoniza la figura del empresario. El 80 % de nuestros empresarios tienen a lo sumo dos trabajadores trabajando codo con codo en la cadena productiva de la empresa: uno con mono en un taller mecánico, otro con una bata en una clínica, otro detrás de un mostrador al lado de sus camareros, otro en el comercio al lado de sus dependientes... Esos son los empresarios que tenemos en España. Esos son los malos, los bichos, los demonios que nos quieren hacer vender determinadas ideologías políticas. Y esto es un problema. Es un problema demonizar, estigmatizar la figura del empresario, porque al final el empleo no lo crean los políticos ni lo crea el BOE. Lo crean los autónomos y los empresarios a través de su empresa y su actividad económica.

Es un problema demonizar al empresario, porque al final quien crea empleo es el empresario, no el BOE

–La empresa ha sufrido claramente más que la Administración.

–En España no se ha compensado al tejido empresarial por el cierre decretado por la propia Administración. En todo este tiempo de pandemia el tejido empresarial ha dejado de facturar 350.000 millones de euros y se le ha compensado en ayudas, ERTE, cese de actividad, ayuda de comunidades, por valor de 70.000 millones. De cada cien euros que ha perdido, que ha dejado de facturar un autónomo a una empresa, se le ayuda con 20 euros. En Alemania ha sido a la inversa. En España, el empresario, el autónomo, ha asumido 80 euros y el Estado 20 euros; en Alemania, de cada cien euros que ha perdido un autónomo o un empresario alemán, el Estado le ayuda con 75 y al autónomo le ha costado 25. Ha sido a la inversa. Esto es de lo que nos quejamos. El Gobierno dice que ya ha ayudado bastante. Nosotros agradecemos que hayan ayudado, porque no solamente han ayudado a las empresas y a los autónomos: han ayudado al país, al empleo, a los trabajadores, porque no se ha despedido. Lo que era ERTE se podía haber convertido en ERE y no se ha hecho. Hemos trabajado conjuntamente para que el daño de esta pandemia hubiera sido menor en el empleo. ¿Y qué es lo que se ha conseguido? A las pruebas y a los datos me remito. Cuidado con el tejido empresarial. En estos momentos está lleno de heridas por la pandemia, y hay que tener mucho cuidado con las medidas que se toman a partir de ahora. Hay un dato muy llamativo que hemos conocido con los datos de ayer. Hay 125.000 trabajadores en ERTE sobre, prácticamente, descontando los autónomos, 13 millones de empleados. No llega al 1 %. En cuanto a los autónomos, hay 134.000 en cese de actividad sobre 3,3 millones de autónomos totales: casi cinco veces más. Eso significa que el tejido empresarial está peor. Cuidado con las medidas que tomamos porque esas heridas, que se van cicatrizando poco a poco, pueden volver a abrirse. Lo que estamos viendo de subir cotizaciones, pretender subir impuestos, pretender poner trabas y rigideces en el ámbito laboral, unido a los costes de la luz, de los componentes, de los carburantes, de las materias primas... Todo eso está generando una bomba que no son cinco, seis o 20 euros al mes. Además de eso son 250 euros de la luz, 40 ó 50 de los carburantes... Al final te das cuenta de que hay muchos autónomos que en estos momentos llevan a su casa la mitad de lo que se llevan sus empleados. Y eso lo estamos viendo. Esa es la realidad que vivimos hoy.

Lorenzo Amor, presidente de ATA, en la redacción de El Debate

Lorenzo Amor, presidente de ATA, en la redacción de El DebatePaula Argüelles

-Nos vendría bien que hubiera más grandes empresarios que crearan empleo en estos momentos.

–Ojalá en España hubiera 500 Amancio Ortega, Juan Roig, Florentino Pérez, y tantos grandes empresarios. Detrás de ellos hay decenas de miles de autónomos, pequeñas empresas, que trabajan para ellos. Necesitamos grandes tractores de nuestra economía, grandes portaaviones. Luego los autónomos somos la infantería que les acompaña.

-En la hostelería los autónomos de Madrid han tenido durante la pandemia una apertura que no han visto en otras ciudades.

–Comparto la estrategia de Madrid y Andalucía: cómo han afrontado la pandemia combinando salud y economía. Los datos están ahí: en las dos comunidades hemos visto que su crecimiento en empleo y autónomos es inmensamente mayor que el de la media. Además, la política fiscal que están llevando a cabo y la eliminación de trabas, de trámites, está generando inversión, creación de empleo, recaudación fiscal... Me gustaría que estos modelos se transportarán a otras comunidades autónomas que tienen también las mismas herramientas que Madrid y Andalucía. Lo que hay que hacer es ponerlas en práctica. Y que se traslade al ámbito nacional. Que no se siga ordeñando la vaca con más impuestos, porque a la vaca ya le queda poca leche, por no decir ninguna. A un país con una tasa de paro del 15 %, uno de los tres países con las cotizaciones sociales más elevadas de toda la OCDE, ¿alguien cree que se le puede volver a dar una vuelta de tuerca y subir las cotizaciones? Lo que puede generar es que tengamos menos cotizantes. Voy a darle otro dato de Madrid. La tasa de economía sumergida sobre el PIB en Europa es del 13 %. La tasa de economía sumergida sobre PIB en España es del 24 %. En Madrid la tasa de economía sumergida sobre PIB es del 13 %. ¿Qué significa eso? Ya lo decía Laffer: cuando los impuestos están en una media que el ciudadano puede pagar, hay más recaudación y menos economía sumergida.

–Entonces concluye que los autónomos en Madrid deben de estar especialmente contentos.

–Madrid ha puesto en marcha una política de combinar salud y economía que no se ha llevado en otras comunidades. Lo que ha ocurrido en Madrid no ha ocurrido en otros sitios. Indudablemente. La respuesta la ha tenido la presidenta de la Comunidad de Madrid cuando se ha presentado a las elecciones y ha obtenido un respaldo mayoritario porque se ha gestionado mejor la pandemia.

–¿Empieza la hostelería a salir del pozo?

–Me gustaría aclararlo, porque luego hablas con los hosteleros, y te dicen: a ver, nosotros caímos a plomo en el mes de marzo. Desde la planta 11 al sótano. Lo que ha ocurrido en el mes de julio, agosto e incluso septiembre nos ha permitido subir dos plantas porque durante los quince meses anteriores hemos tenido que pedir créditos, que hay que devolverlos; hemos tenido que aplazar alquileres, que hay que pagarlos; hemos tenido que pedir dinero a la familia, que hay que devolverlo. Lo que estamos vendiendo ahora nos ha permitido subir dos plantas, pero tenemos que seguir subiendo escaleras. Nos queda camino hasta llegar a la planta 11 en la que estábamos: no nos pongan la zancadilla para volver a bajar plantas. Esa es la realidad de la hostelería. En el amplio espectro de los más de 400.000 bares, restaurantes que hay en nuestro país, no todos han podido superar esa pandemia. Muchos, desgraciadamente, se han quedado el camino.

–Otro gran grupo de autónomos que ha sufrido y está sufriendo es el de los transportistas. 

–Cómo tienen que estar los transportistas... Cómo tienen que estar las empresas de transportes para convocar una huelga patronal... Y además en un momento donde tienen actividad. El problema es el mismo: ya no queda más leche; ya no se puede ordeñar más. Y ahora nos desayunamos con que se quiere suprimir el gasóleo profesional. El problema es que en los precios que tienen los carburantes, los que se pagan cuando uno echa gasoil a un camión o a un tractor, más de la mitad son impuestos. Y ahora se quiere quitar el gasóleo profesional, se quiere establecer la viñeta (peaje por las autovías), se quiere cobrar no solo por circular, que ya pagamos el impuesto matriculación, sino por aparcar. Son trabas a la actividad económica. Zancadillas. España ha sido el único país que en la pandemia ha subido la presión fiscal. Que empiecen a recortar el gasto. Tenemos veintitrés carteras ministeriales. Se da muy poco ejemplo a los ciudadanos. 

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