Autonomías
Así cambiaría España si todos pagáramos lo mismo
El cupo vasco y navarro y los privilegios catalanes introducen grandes injusticias que se evitarían con este ejercicio
El asalto de la Bastilla terminó con el Antiguo Régimen. Se abrió la posibilidad de un nuevo mundo donde todos los hombres eran iguales ante la ley, con los mismo derechos y deberes. Con la llegada de Napoleón al poder se construyeron las bases del estado centralizado: un modelo más inteligente, justo y barato que los ahora tan de moda en España, estadillos autonómicos y federales. En resumidas cuentas, académicamente hablando, parece mejor la España de las 50 provincias, modelo nacido en 1833, frente al actual sistema de 17 autonomías de 1978.
Los cupos vasco, navarro y privilegios económicos a Cataluña, a cambio de sus insignificantes votos en el Parlamento español, hacen que los ciudadanos de estas tres comunidades sean unos privilegiados.
Como ha escrito Luis Ventoso, vascos y navarros –y también catalanes– son los únicos ciudadanos que viajan en primera en España. Esto se terminaría si fuésemos a un modelo federal: que cada autonomía gestione la totalidad de sus recursos en lugar de hacerlo como en la actualidad, parte el Estado y parte la autonomía. Considerado que los ingresos para las tres administraciones privilegiadas y del resto de España fuesen los mismos, 5.960 € por habitante, y que de estos ingresos se transfiriesen en un Cupo Nacional Español el 25 % al Estado, resulta que Moncloa tendría 70.000 millones de euros para pagar los gastos comunes de todos los españoles, con lo cual podríamos permitirnos:
–Una Casa Real con los 8 millones de € que cuesta ahora.
–Un presidente del Gobierno al que le daríamos una dotación del doble que la Casa Real y no los 50 millones de € de ahora.
–Podíamos unir Interior y Defensa en un macroministerio que tuviese el Ejército, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Guardia Civil y el CNI con 20.000 millones de €.
–Podríamos pagar por el Ministerio de Exteriores 2.500 millones.
–El Ministerio de Hacienda quedaría reducido a su mínima expresión porque la recaudación la realizarían las comunidades autónomas y uniríamos Hacienda con Economía.
–Aprovecharíamos para unir Trabajo y Seguridad Social en un solo Ministerio.
–Justicia debería seguir teniendo vida propia.
–Se podría además unir Transportes con Industria, Comercio y Turismo.
–Educación con Universidades y Ciencia e Innovación.
–Sanidad podríamos unirlo con Consumo y Transición Ecológica
–Presidencia volvería a llevar Igualdad y desaparecería Agenda 2030.
Con esta hipotética reforma federal, necesitaríamos solo nueve Ministerios mantenidos con 70.000 millones de euros, que ahora fluirían de las haciendas de las comunidades autónomas hacia Moncloa para el desarrollo de las auténticas funciones de un Estado descentralizado o Federal a imagen y semejanza de los Estados Unidos.
¿Qué le pasaría a los privilegiados en esta nueva situación frente a un Madrid o una Galicia tremendamente bien gestionados?
Los actuales impuestos no se modificarían. Cada español, resida donde resida, pagaría teóricamente 5.960€ al año y de esta cantidad se traspasarían 1.490 € a Moncloa, para conseguir esos 70.000 millones de € que servirían para sostener al Estado español. Si esto fuese así, resulta que la Comunidad de Madrid podría devolver a cada uno de sus ciudadanos 1.028€ al año, mientras que Cataluña se vería obligada a exigir a todos sus habitantes pagar 970€ más al año, el País Vasco tendría que crear un nuevo impuesto para quitarles a sus ciudadano 870€ al año y Navarra tendría que sangrar a los navarros con la nada despreciable cifra de 2.447€, y todo para llevar el mismo tren de vida que llevan en la actualidad. Galicia tendría un remanente positivo de 95€ por habitante.
Este análisis podría continuar con modelos más sofisticados, porque podríamos saber exactamente cuánto pagan los ciudadanos que cotizan en Madrid y cuánto pagan en el resto de las comunidades. Seguro que la foto saldría con una imagen de enorme injusticia para la mayor parte de los españoles, ya que el actual sistema solo reparte dinero a manos llenas en las comunidades privilegiadas. Con estos sencillos cálculos hemos querido demostrar que lo escrito por Luis Ventoso es cierto. Las comunidades privilegiadas, gracias a sus cupos a cambio de sus votos, viven por encima de sus posibilidades a costa de otros españoles. El CUPO vasco y navarro y la capacidad de chantaje del Gobierno de Cataluña les sirve para despilfarrar el dinero público, que no es otro que el dinero que pagamos los españoles de a pie con nuestros impuestos. Es una injusticia manifiesta.
El actual sistema es manifiestamente injusto, insolidario y antipatriota, pues sólo beneficia a estas tres autonomías.
Si el viejo sistema centralista volviese, o se aplicase el federalista arriba expuesto, Madrid devolvería dinero a sus ciudadanos. Las comunidades dilapidadoras y despilfarradoras se verían abocadas a subir sus impuestos y las más pobres se las tendrían que apañar como pudiesen. El federalismo tendría la enorme ventaja de que el inquilino de la Moncloa tendría relativamente poco dinero para malgastar y por tanto su poder estaría muy limitado, que visto lo visto estaría muy bien.
La primera república federal fue un desastre. En aquellos días España libró tres guerras civiles distintas y simultáneas. Ante la ruina que se avecina vamos a tener que elegir entre centralismo o federalismo. ¿Usted por qué votaría?