Fundado en 1910

Edificio de Nissan

Nissan deja Barcelona sin despejarse el futuro de miles de empleos

La alternativa más viable parece ser el hub de electromovilidad que lidera QEV

Tras 42 años fabricando vehículos en Barcelona, Nissan dice adiós a sus centros de Zona Franca, Sant Andreu y Montcada, herederos, a su vez, de una planta que se trasladó desde Cádiz en 1919, un punto y final que deja en el aire el futuro de 1.400 trabajadores directos y miles más indirectos.

A la espera de conocer la alternativa en la que llevan meses trabajando las Administraciones públicas, los operarios de Nissan que han acudido este jueves por última vez a sus puestos en la fábrica de Zona Franca mostraban su tristeza por el cierre definitivo y su intranquilidad por la incertidumbre que reina.

«Hoy es un día de despedidas, lágrimas y abrazos, a pesar de la pandemia, pero es que no lo puedes evitar. Hay gente con la que has convivido toda la vida, son trocitos nuestros», afirmaban este mediodía Pedro, uno de estos trabajadores, con los ojos vidriosos.

Los que hoy se despedían así en la principal planta de Nissan en Cataluña forman parte del grupo que todavía conservaban carga de trabajo, después de que en los últimos días se hayan ido los destinados en la línea que ensamblaba la furgoneta eléctrica e-NV200.

La última línea en activo ha sido la dos, que ha producido este jueves las últimas unidades de la pick up Navara. El centro de Montcada i Reixac cerró ya el pasado viernes, y el de Sant Andreu de la Barca dio salida ayer a sus últimos bastidores.

Entre la plantilla, las culpas a la dirección son unánimes: «Lo hemos dado todo y hemos hecho todos los sacrificios posibles, pero las multinacionales son así. Cuando les interesa, cuando deciden poner la chincheta en otro punto del mapa, se marchan y punto. La han dejado caer», ha dicho Fernando, con 32 años en Nissan a su espalda.

Los trabajadores se van a sus casas con un permiso retribuido hasta el 31 de diciembre, fecha en que se hará efectiva su baja de la compañía porque es el día fijado para el cese definitivo de la actividad de Nissan en Barcelona.

Para el recuerdo quedarán los 42 años de vinculación de Nissan con Barcelona, donde empezó a fabricar vehículos en 1979 tras hacerse con una participación minoritaria en Motor Ibérica. En 1982, tomó ya el control y cambió su nombre por el de Nissan Motor Ibérica, dedicándose a los camiones, las furgonetas y los coches.

Cuando Nissan anunció en mayo de 2020 que cerraba sus plantas en Cataluña, la plantilla, que había llegado a sumar 5.000 efectivos en sus tres centros, era ya sólo de unos 2.500, una cifra que a día de hoy se ha reducido a 1.700, tras producirse las últimas prejubilaciones y salidas voluntarias con indemnizaciones.

A partir de mañana, sólo quedarán en Nissan unos 300 trabajadores del área de continuidad (compras e ingeniería), que no están despedidos, y otro grupo de 200 que se encargarán de la limpieza y el desmontaje y a los que se aplicará más tarde el ERE.

El impacto del cierre de la compañía es aún mayor si se tiene en cuenta los empleos que genera entre proveedores y subcontratas, unos 20.000 que están ahora en peligro si no se concreta una alternativa industrial viable, según advierten los sindicatos.

En los últimos meses, el sector auxiliar de la automoción vinculado a Nissan ha ido perdiendo empleo, sin la visibilidad pública que tiene la multinacional nipona, y en las próximas semanas se espera que se intensifique esta sangría, sobre todo si no se encuentra una alternativa asentada en la automoción.

Entre las empresas que han recortado empleos o que están en negociaciones con los sindicatos para ello destaca Gestamp, Marelli, Magna o Tachi-S, mientras que ya lo han hecho Acciona Facilities Services, que destruyó medio millar de empleos.

Así las cosas, los 1.400 trabajadores directos y los miles indirectos de Nissan tendrán que esperar en sus casas la concreción de los planes de futuro, algo que los sindicatos esperan que ocurra en la reunión oficial de la mesa de reindustrialización que tendrá lugar mañana, 17 de diciembre.

Tras la renuncia de la china Great Wall Motors (GWM) a quedarse con Zona Franca, la consultora KPMG está elaborando una propuesta alternativa con las propuestas que están sobre la mesa, entre las que destaca el hub de electromovilidad que lidera QEV.

Éste, un compendio de proyectos diversos, estaba pensado para la planta de Sant Andreu, pero se espera que crezca y pueda instalarse también en parte de Zona Franca, mientras que el centro de Montcada sería para el fabricante de motocicletas eléctricas Silence.

Una de las incógnitas es ver qué espacio se le da en Zona Franca a las propuestas logísticas que han llegado y si se acepta la del fabricante de tanques Tess Defence, que rechaza la Generalitat, pero que los sindicatos reclaman que se estudie.