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Incertidumbre política

La batalla entre PNV y EH Bildu mantiene en vilo el futuro de la reforma laboral

El afán de los partidos vascos por ser los «conseguidores» en Madrid centra su estrategia y puede llevar al traste el acuerdo conseguido

La guerra entre PNV y EH Bildu por ser en Madrid los grandes conseguidores de privilegios para los vascos está condicionando ahora la reforma laboral. Desde el PNV comentan a El Debate que ahora mismo están en el no: «Pedimos unas cuestiones concretas, mantuvimos reuniones y en el acuerdo no se han recogido, de modo que ahora mismo estamos en el no», confirman. Y en cuanto a EH Bildu, no hay más que ver la reacción de su sindicato más próximo, LAB, tras el anuncio del acuerdo: dijeron que la prioridad del Gobierno había sido atraer a la CEOE, que no había habido derogación de la reforma laboral, que les parecía muy grave que se mantuvieran los despidos introducidos en la reforma de 2012, que la prevalencia de los convenios estatales sobre los regionales daría paso a la precarización y que iba a haber movilizaciones.

Como EH Bildu saltó en contra de la reforma laboral, el PNV le siguió, y ahora hay que ver cómo queda la jugada. Tras la previsible validación hoy del acuerdo sobre la reforma laboral en el Consejo de Ministros, la convalidación del decreto en el Congreso tendrá que hacerse en un pleno extraordinario antes del 27 de enero. La incógnita está en cómo quedará el texto entonces. Los conseguidores tratarán de introducir enmiendas y la CEOE ha dicho que no volverá a sentarse con los agentes sociales si se mueve una coma. Las espadas están en todo lo alto.

¿Quién ganará? La realidad es que la misma mañana del 24 de diciembre la patronal de los empresarios vascos, Confebask, muy próxima al PNV, manifestaba estar de acuerdo con la reforma laboral. Por eso lo más probable es que el PNV se abstenga, aunque tratará de defender los intereses de ELA-STV, su sindicato más próximo. LAB puede optar por quemar las calles para defender a sus trabajadores, pero también el PNV puede acercarse al PP para volver a ser el único conseguidor en Madrid. El PP nunca se aliaría con EH Bildu como ha hecho el PSOE. 

La solución podría parecer fácil, pero no lo es. «El PNV quiere tener un perfil propio de cara a los vascos. Está viendo que EH Bildu le está adelantando demasiado y tiene miedo a que le sustituya», sostiene Luis Gordillo, portavoz del PP en el Parlamento Vasco. Como bien explica este político, en el País Vasco se está pergeñando un acuerdo de izquierdas a largo plazo entre PSOE, Podemos y Bildu, el PNV está perdiendo hegemonía en Guipúzcoa en favor de su rival y además Bildu está moviéndose con habilidad política, como demostró en su última abstención en positivo en los Presupuestos vascos. Esta moderación se une al interés del actual Gobierno español por promocionar una apariencia de normalidad a esta formación política.

El PNV mira con desconfianza estos movimientos, al tiempo que se da cuenta de que ha hecho demasiado seguidismo de Sánchez, que el actual presidente está cada vez más debilitado y que ha ido demasiado lejos en algunas cuestiones que no le han gustado. Por eso ahora saca su perfil para contentar a sus votantes y muestra sus discrepancias.

Todo el mundo sabe que el PNV hace lo que le conviene y es capaz de cualquier cosa, pero su papel en el País Vasco se está complicando. Los directivos de las empresas públicas, por ejemplo de la ETB, son del PNV, «pero los empleados, salvo los de informativos, son de Bildu, y eso se nota», sostiene Gordillo. Bildu les está comiendo el terreno, también en otras empresas públicas y otros ámbitos de la sociedad vasca, y el PNV no lo va a tener fácil para que su ascenso no les haga más daño.