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Una mujer paga en efectivo en una pescaderíaEFE

Reestructuración bancaria

El éxodo de la banca condena a la España Vaciada a vivir sin efectivo

Dos de cada diez ciudadanos de la España Vaciada no tienen manera de acceder a un cajero y ya hay menos oficinas bancarias que en 1977

«¿Esto no era antes un banco?», le pregunta a su hija una mujer en un céntrico barrio de Madrid. La frase –lapidaria– está cargada de simbolismo. Los bancos han dejado de existir para una buena parte de la población española. Aquella que –cada día– acudía al cajero a sacar dinero o a actualizar la cartilla, o a la oficina para resolver dudas con el director. 

Esa esquina en la que antes había colas para retirar efectivo o hacer «gestiones» en la caja de la sucursal, se presenta ahora vacía, cubierta de carteles de propaganda o con la identidad de un nuevo negocio impresa en el cartel que antes presidía la marca de un gran banco.

Esas visitas de rigor a la sucursal en las que los empleados de la banca nos guiaban y ayudaban con nuestras finanzas se han ido sustituyendo por la frialdad de una app que en tiempo real te informa de los movimientos en tu cuenta, de tus ingresos y gastos mensuales, y te bombardea con publicidad de los productos financieros que ofrece la entidad.

La reestructuración de la banca se ha llevado por delante casi 2.500 sucursales en 2021, y con ellas esos trabajadores que dulcificaban la imagen de los bancos, ofreciendo un trato cercano a los clientes. Una extinción progresiva que ha dejado a las oficinas bancarias en su número más bajo desde junio de 1977, y que continuará a lo largo de los próximos meses.

Cuando el cajero más cercano está a 9,4 kilómetros

En grandes ciudades como Madrid o Barcelona, los paseos para sacar efectivo serán cada vez más largos, pero en otros municipios retirar dinero de un cajero lleva tiempo siendo totalmente imposible. 

En España, más de un millón de personas no contaban –ya a finales de 2020 –con un punto de acceso a efectivo en su localidad. De ellas, 340.000 tienen el cajero más cercano a 9,4 kilómetros. Se trata de municipios en los que la población mayor de 60 años supera el 40 %. «Llevamos años sin poder sacar dinero en el pueblo», asegura Mercedes, de 58 años, que regenta un humilde bar en un pequeño pueblo de menos de 200 habitantes en la provincia de Guadalajara.

Para poder sacar efectivo tiene que recorrer más de 25 kilómetros en coche hasta un municipio más grande. «Voy una vez a la semana y aprovecho para hacer gestiones. Antes teníamos la oficina en la plaza del pueblo», lamenta.

Las diputaciones toman la iniciativa

Durante los últimos meses, los grandes de la banca española han ido acometiendo el cierre de sus sucursales. El Banco Santander ha clausurado más de un 33 % de sus oficinas en un año. Lo mismo ha ocurrido con BBVA y CaixaBank. Las cifras que ofrece el Banco de España confirman que los lugares más perjudicados por este proceso de reestructuración son las comunidades autónomas de la España Vaciada. Castilla y León lidera los cierres de oficinas. Durante los últimos doce meses sus ciudadanos han visto desaparecer un 16 % de ellas.

Como alternativas, varias diputaciones han puesto en marcha planes de recuperación de cajeros, asumiendo los costes de la instalación y mantenimiento. La Diputación de Guadalajara tiene previsto comenzar a reabrir cajeros a los municipios de la provincia abandonados por la banca. La administración destinará 458.814 euros a esta medida. Una iniciativa a la que se han sumado otras diputaciones, como la de Segovia o Cáceres, que lucharán de la misma manera contra la «exclusión financiera» que sufren muchos de los pueblos de España.

Una diferencia más que confirma las dos velocidades a las que avanza España, en un momento en el que esa parte olvidada de nuestro país prepara su salto a las Instituciones.