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Así demuestran los datos que Madrid aporta más que nadie a la solidaridad interregional

La realidad demuestra que son infundadas las quejas de que el resto de España paga a Madrid sus bajadas de impuestos

Una de las reformas que están pendientes es la del Sistema de Financiación Autonómica. En este contexto, al inicio de este verano, el Gobierno de Sánchez, apoyado en ERC, Podemos, el PNV y todos sus socios de la moción de censura, acordaron iniciar los procedimientos para impedir que Madrid baje impuestos, cosa en la que reinciden ahora, al tratar de imponerle a Madrid un recargo estatal de dudosa constitucionalidad en el impuesto de Patrimonio, y al acusarla falsamente de dumping fiscal. Se quejan de que el resto de españoles está pagando a Madrid dichas bajadas de impuestos y que compite deslealmente. Nada más lejos de la realidad. Como los madrileños no votan las políticas confiscatorias impulsadas por Sánchez y sus aliados, como ha quedado de manifiesto en las últimas elecciones regionales del 4 de mayo, intenta imponer sus normas en forma de trágala, con ese comité de expertos sesgado hacia sus ideas que ha organizado, cuyas conclusiones –las del comité– tendrá el Gobierno en febrero.

Con la opinión de dicho comité, donde varios de sus miembros ya dejaron clara su posición en el pasado en línea con los postulados del Gobierno, tendrán la excusa para tratar de obligar a Madrid a que elimine las deducciones en Sucesiones y Donaciones y para que reponga Patrimonio. Es cierto que ahora, en actitud de contraataque, Madrid, especialmente, con la importante rebaja de IRPF aprobada y la eliminación de los dos tributos propios que tenía, y también Andalucía y Castilla y León, han impulsado iniciativas para reducir los impuestos dentro de las competencias regionales, pero el riesgo de que Sánchez obligue a las regiones a subirlos, es alto.

Esa subida de impuestos la promociona el Gobierno para combatir lo que, falsamente, llama insolidaridad de Madrid, paraíso fiscal y, en palabras de sus amigos de Más Madrid, «guarida de millonarios». Todo es falso: Madrid es la región más próspera, la que más aporta al resto y donde más se recauda, como veremos a continuación a través de los datos del sistema.

¿Y qué se desprende de los datos? En primer lugar, la Comunidad de Madrid es la región que más aporta al Sistema de Financiación Autonómica para, vía solidaridad, hacer posible que las regiones menos prósperas puedan tener una sanidad, educación y servicios sociales dignos, que no podrían sostener si no fuese por la solidaridad de Madrid, ejercida con agrado, a diferencia de lo que suele pasar con los nacionalistas.

Madrid es, de largo, la que más aporta al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Esenciales, para que esas regiones con menor capacidad económica puedan prestar los servicios, sanitarios, educativos o sociales. De esa manera, sólo en el último año liquidado de manera definitiva, Madrid ha aportado al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales (FGSPF) 4.343,8 millones de euros, frente a los 1.468,3 de Cataluña o los 364,3 millones de Baleares. El resto, de manera neta, recibe fondos.

Aportación al fondo de garantía

Pero es que si analizamos la aportación neta de Madrid al FGSPF desde el comienzo del SFA (2009) hasta el último año liquidado definitivamente (2019), comprobamos cómo Madrid ha aportado al fondo para que otras regiones puedan prestar la sanidad, educación y servicios sociales de otras regiones una cantidad que asciende a 36.015,6 millones de euros, frente a los 12.637,6 millones aportados por Cataluña. Es decir, Madrid aporta casi el triple que Cataluña a la solidaridad con el resto de regiones.

Aportación al fondo de garantía

Y, para finalizar, esa aportación de Madrid ha sido creciente en el tiempo: ha pasado de aportar a la solidaridad 3.180 millones en 2009 a aportar 4.343 millones en 2019. Esto no sólo demuestra que Madrid aporta más, sino que cuanto más crece Madrid, más aporta, de manera que si se le impidiese seguir con la política de bajada de impuestos que ha impulsado más su crecimiento, perderían también el resto de regiones, al poder aportar menos por crecer menos.

Aportación neta de la capital

Es más, esa mayor aportación de Madrid de 4.343,8 millones de euros asciende a 5.999,8 millones de euros si atendemos al resultado tras las transferencias de nivelación. De ese modo, sólo tres regiones aportan en neto:

• Madrid, con 5.999,8 millones de euros.

• Cataluña, con 2.258,6 millones de euros.

• Baleares, con 522,5 millones de euros.

Es más, esto hace que Madrid aporte el 31 % de la financiación que recibe, por el 16 % de Baleares y por el 9 % de Cataluña. Es decir, Madrid aporta, sobre los recursos que recibe, el triple de lo que aporta Cataluña.

Pueden querer frenar las bajadas de impuestos de Madrid, que tanto les molestan al Gobierno y a sus socios, pero deberán buscarse otra excusa y no la de la solidaridad, porque la realidad es tozuda y muestra, con datos, cómo Madrid es la que realmente aporta más fondos, con diferencia, a la solidaridad regional. Si el Gobierno quiere mejorar la solidaridad, debería decírselo al PNV, por ejemplo. Una cosa es que los regímenes forales del País Vasco y Navarra deban ser respetados, porque son constitucionales, al quedar así reflejados en la DA 1ª de la Constitución, y otra muy distinta es que el erróneo cálculo del cupo vasco y de la aportación navarra deberían ser corregidos, además de que debería articularse un mecanismo para que, manteniendo los regímenes forales, estas dos regiones cumpliesen con otro precepto constitucional –recogido en los artículos 2, 138, 156 y 158 de la Constitución–, como es la solidaridad entre regiones, solidaridad que, a día de hoy, no cumplen.

Los datos son claros: las dos regiones forales ni aportan a la solidaridad interterritorial, al no participar del Sistema de Financiación, ni las aportaciones estatales a dicha solidaridad se incluyen a la hora de establecer el cupo vasco o la aportación navarra, cupo y aportación que no hay que confundir con una aportación a la solidaridad del resto de españoles, pues sólo reflejan una compensación por los servicios que el Estado presta en dichas regiones. Cupo y aportación, que, por cierto, no se actualizan adecuadamente, de manera que supone una merma para el Estado y, por tanto, un drenaje de recursos que el propio Estado podría destinar a la solidaridad para las regiones de régimen común.

Esa es la realidad. Mejor les iría a todos copiando las políticas de la Comunidad de Madrid, ya que la experiencia muestra que generan prosperidad, pero si no quieren imitarla, al menos que respeten su corresponsabilidad fiscal al igual que Madrid respeta la del resto. Nadie está obligado a bajar impuestos, pero tampoco debe obligarse a nadie a subirlos. Que cada cual haga lo que estime y luego que responda ante sus ciudadanos.

José María Rotellar es profesor de la Universidad Francisco de Vitoria