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Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos EconómicosEFE

La no recuperación

La creación de empresas se frena mientras los fondos europeos no llegan

Desde el segundo semestre se constituyen menos compañías y siguen extinguiéndose más que en 2020

Se han publicado últimamente en este diario varios artículos sobre la situación de los fondos Next Generation: el mío, sobre El demoledor informe de la CEOE sobre la ejecución de los fondos europeos, donde se ve que según la CEOE solo ha llegado a las pymes el 2 % de los fondos, y el de Jordi Benítez, El reparto de los fondos europeos no funciona y el Gobierno no reacciona, donde explica que además de ir muy por detrás de Francia y Portugal, no existe un portal de transparencia para saber el «status» de los fondos.

El motivo de hacer esta introducción es que la compañía de informes comerciales Borme On Line me acaba de hacer llegar, y recién terminado, su informe sobre los resultados de la creación y extinción de empresas del año 2021 comparado con el año 2020 (año que el PIB descendió un 10,8 %).

Antes de escribir este artículo he hablado personalmente con José Vicente de Lucas, su presidente y fundador, para pedirle confirmación de que los datos son correctos y que no hay errores. Me ha asegurado que ellos sacan directamente los datos del Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME) y que su empresa se llama Borme On Line porque cuando nacieron toda su información la sacaban del BORME. Hoy tienen otras fuentes y robots especializados en recoger datos de todas las fuentes oficiales posibles.

Para mí es importante explicarlo, porque los datos que voy a facilitar ahora son muy negativos, y me he quedado muy preocupado al verlos.

En el primer semestre de 2021 parecía que la creación de empresas había tomado fuerza a pesar de que el PIB en ese semestre soló creció un 0,5 % y que las expectativas que tenía la economía española no eran las previstas de crecer un 9 %, sino simplemente un 6 %. Decían que eran razonables porque estaban a punto de llegar 9.000 millones de euros en subvenciones de Europa, como así sucedió en agosto, que entraron por fin esos primeros fondos.

Las empresas en el primer semestre

Había un dato que fallaba en este primer semestre: la extinción de empresas. Mientras que en creación subíamos un 50 %, también subíamos en extinción: casi un 38 %, lo cual nos daba más de 37.000 empresas de crecimiento neto en 2021, frente a las más de 23.000 del 2020.

Con estos datos y las expectativas creadas de crecimiento de la economía, de la llegada de fondos europeos, y que parecía que la vacunación iba a dar mucha tranquilidad, se nos ponía delante un segundo semestre que debía de ser el de la consolidación.

Pero no ha sido así, sino todo lo contrario:

Las empresas en el segundo semestre

El segundo semestre ha sido muy inesperado, sobre todo en la creación de empresas. Se han constituido casi 37.000 frente a las más de 43.000 del 2020. Es decir: ha caído la creación de empresas en un 16 % sobre el segundo semestre del peor año de la historia de la economía española.

Si además le añadimos que se han extinguido 15.000 empresas, un 6 % más que el año anterior, tenemos que, en el segundo semestre del año, hemos tenido simplemente un crecimiento neto de 21.488 empresas frente a las más de 29.328 empresas.

Por lo tanto, el resultado del año está siendo mucho peor, y mucho más doloroso de lo esperado:

El resultado

La constitución de empresas en todo el año ha crecido un 15 %, y la extinción ha subido un 22 %. El crecimiento neto es de 58.500 empresas frente a las casi 53.000 que se constituyeron en nuestro annus horribilis. Lo peor es que la tendencia es de retroceso cuando debería de ser de aceleración.

¿Qué ha pasado en este segundo semestre para que estemos a final de año en una situación tan particularmente desfavorable para afrontar el 2022?:

1) Las expectativas de crecimiento de la economía española se han ido deteriorando mes a mes. Todos los indicadores que daban los organismos internacionales (FMI, OCDE, Banco Mundial) y los españoles (Banco de España, FUNCAS, FEDEA) eran cada vez peores a pesar de la negación permanente del Gobierno hasta casi el día de Los Santos Inocentes.

2) El precio y, por lo tanto, el coste de la electricidad y del resto de los productos energéticos (gas, petróleo), subía como la espuma. Y ha llevado la inflación a un 6,5 %. Todo a pesar de que el Gobierno sigue diciendo que es coyuntural, cuando ya hasta el Washington Post dice que es estructural.

3) Se presentaban unos Presupuestos Generales para 2022 donde los gastos se decía que tenían que crecer para hacer una sociedad «más social» a costa de la subida de impuestos dirigidos claramente a dificultar la creación de empresas y de nuevos proyectos empresariales.

4) No se saca ni una sola ley que haya intentado favorecer la creación de pequeñas empresas que puedan ser constituidas en menos de una semana y con menos capital desembolsado del que hoy toca desembolsar para favorecer el nacimiento de nuevas empresas (las más que manidas start up). Todo lo contrario: a los autónomos se les castiga con nuevos impuestos.

5) Los fondos Next Generation no han llegado, como muy bien explica la CEOE, a las pymes: solo 104 millones de los 9.000 primeros; pero lo peor no es que no hayan llegado, es que no van a llegar. Y se dejan vacantes 90 millones de un proyecto Industria 4.0 porque se saca una licitación en agosto y se dan ocho días naturales para rellenar los pliegos, en unos días en los que muchos españoles y todo el Gobierno están de vacaciones.

6) A esto añadimos que muchos de los ICO que fueron dados para financiar circulante a las empresas, casi todas con dificultades, hoy están venciendo y hay que empezar a devolverlos.

No sé a qué se dedica el Gobierno, pero sí sé a lo que no está:

1) No está a que los 19.000 millones lleguen cuanto antes a las empresas.

2) No está a que todos los empresarios sepan, en función de sus sectores, qué van a poder pedir, y basen parte de sus expectativas en esos fondos, pero sabiendo que realmente pueden llegar.

3) No está a bajar como sea el coste energético que está haciendo insoportable el pago para muchas empresas, o teniendo que repercutir el precio en la producción con la consiguiente subida estructural de los precios.

4) No se hace nada para el desarrollo de la economía real. Solo se piensa en contratar gente para las Administraciones Públicas que no se pagan más que con impuestos.

No sé si estas son todas las causas, pero sí muchas de las que hacen que la creación de empresas tenga puesta la marcha atrás.