Fundado en 1910

Juan Manuel Serrano, presidente de CorreosCorreos

Crisis empresarial

El amigo de Sánchez, en apuros por la presión de los sindicatos de Correos

UGT y CCOO estiman que Juan Manuel Serrano está llevando a la compañía a la quiebra

Los responsables del Sector Postal de UGT y CCOO, José Sayagués y Regino Martín, publicaban hace cuatro días una columna demoledora contra Juan Manuel Serrano, el amigo al que Pedro Sánchez situó al frente de Correos el 19 de julio de 2018, y lo hacían en El País, un medio cercano al PSOE. Entre otras cuestiones criticaban la subida de tarifas en la compañía a inicios de 2022, reflejo en su opinión de una estrategia fracasada que afirman se traducirá en unas pérdidas de 150 millones de euros para la empresa en 2021.

La relación de Serrano con los sindicatos no es buena desde hace tiempo. Aunque al principio manifestó su intención de resolver los problemas relacionados con los trabajadores, pronto entró en conflicto con UGT y CCOO. Le acusaron por la venta y cesión de un patrimonio histórico de la compañía valorado en 3.000 millones de euros. En su opinión ponía sobre la mesa una posible privatización, sembraba dudas sobre el futuro de la empresa a medio y largo plazo e incluso les hacía dudar sobre la licitud de las intenciones de Serrano.

Ahora el análisis económico de estos sindicatos les lleva a afirmar que Serrano está conduciendo a Correos a la quiebra, aunque los datos mostrados por la compañía no son tan malos como dicen ellos. Las últimas cifras publicadas reflejan un aumento del 20,6 % de los ingresos en los seis primeros meses de 2021, hasta alcanzar los 1.163 millones de euros. El beneficio de explotación es de 30,6 millones de euros, frente a las pérdidas de 149,6 millones de euros del mismo periodo del año anterior. En la misma nota la compañía reconoce que lo previsto en 2021 es perder 70 millones de euros, una cifra elevada, pero muy inferior a los 150 millones de los que hablan los sindicatos. 

Una batalla encubierta

UGT y CCOO inciden en que aún no se han publicado los resultados del tercer trimestre, y en que hasta junio no se conocerán los resultados agregados del Grupo Correos. Además, apuntan algunos datos económicos muy preocupantes; por ejemplo, que la compañía ha tenido que pedir créditos por valor de 433 millones de euros para pagar las nóminas de los empleados, algo que nunca había pasado en la historia de la compañía, o que ha debido solicitar una línea de crédito por valor de 600 millones porque las deudas del grupo se han multiplicado por 90. 

Los sindicatos airean muchos datos económicos que a la compañía no le viene bien que se sepan para dañar a Serrano, pero en la columna queda clara la razón que más les escuece: los 8.000 empleados menos que dicen que tiene la empresa, y que las subidas de salarios en ningún caso han alcanzado los límites de la subida de tarifas. Desde Correos afirman que «los datos recogidos en el artículo de opinión -es decir, todos los datos atribuidos a los sindicatos en este texto- son falsos y no se ajustan a la realidad».

Quizá la disminución de personal o la congelación de los sueldos sea un hecho inevitable para una empresa ubicada en un sector postal obligado a reinventarse; o quizá Serrano no sea el timonel adecuado para el barco. Algunos lo pensaron cuando le vieron aterrizar de la mano de Pedro Sánchez, de quien había sido Jefe de Gabinete antes de la llegada de Iván Redondo. Tras el disgusto de verse desplazado, le llegó el premio de la presidencia de Correos, dotado con un sueldo de 200.000 euros. Su preparación no parecía la apropiada: ingeniero técnico en Informática, licenciado en Derecho, la mayor parte de la vida laboral en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) –director de Sistemas, gerente y director de gestión de convenios–, y finalmente Jefe de Gabinete de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. Con esos mimbres le toca ahora dar la vuelta a Correos, y en los próximos resultados, que están tardando en aparecer, habrá que ver si lo va consiguiendo.