Análisis
¿Por qué el Gobierno no destina 15.000 millones de los fondos a subvencionar coches eléctricos fabricados en España?
Había que convencer a Stellantis, líder de fabricación en nuestro país, para que produjera aquí estos vehículos y nos convirtiera en un referente mundial
El Gobierno reconoce que la fabricación de coches en España es la mayor industria de nuestro país; es más: el Ministerio, en una de sus presentaciones Perte para el vehículo eléctrico y conectado, reconoce que España es el segundo productor europeo de coches, el noveno mundial y que representa el 11 % del total de la industria de coches.
Ha preparado un plan para los dos próximos años (aunque el plan era para tres, se ha comido el primer año sin hacer nada). El objetivo es invertir 24.000M€ (millones) para convertir a España en el hub de la electromovilidad. De esos 24.000M€, el Estado prevé aportar 4.300M€ de los fondos europeos Next Generation y que el sector privado aporte 19.700€.
En su informe de avance del uso de los fondos Next Generation, la CEOE cargaba contra el Gobierno por su ineficacia al poner en marcha el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) del sector automovilístico. Avisaba del riesgo de deslocalización de parte de la fabricación de vehículos híbridos y eléctricos hacia otros países donde se usen los fondos Next Generation.
Wayne Griffiths, presidente de SEAT, «indicaba que España necesita crear una masa crítica mínima de clientes para recibir inversiones para la producción de coches eléctricos o baterías». Carlos Tavares, presidente de Stellantis, critica al Gobierno español por su mala gestión de cara a convertir a España en una referencia. Afirma que corremos el riesgo de perder grandes inversiones y subraya que en España la proporción de venta de vehículos eléctricos y conectados es menor que en otros países.
En España, en la actualidad, producimos coches eléctricos e híbridos enchufables en todas las plantas que fabrican automóviles. El Gobierno debería preocuparse sobre todo por las declaraciones del presidente de Stellantis, porque es el mayor fabricante de coches en España.
Ante este tipo de amenaza corresponde actuar inmediatamente, e instar al Gobierno a que ponga rápidamente en marcha el PERTE del sector del automóvil junto con los planes MOVE para instalar el mayor número posible de lugares de carga de estos vehículos a excepción del MOVEIII, que está dotado de 400 M€ a distribuir entre todas las CC. AA. para incentivar la compra de coches de este tipo, pero con 400 M€ no vamos a ninguna parte.
Inmediatamente, tomaría la iniciativa de proponer un plan nacional de venta de vehículos híbridos y enchufables que nos permitiese ponernos a la cabeza de la venta de esos vehículos; convencer a Stellantis para que escoja España para la planta de fabricación de nuevos vehículos en la que está dudando entre España e Italia, y se decante por España para convertirnos en un referente mundial en la fabricación y venta de este tipo de vehículos. Eso sí: le diría a los técnicos que redacten este Plan que la subvención esté exenta de impuestos sobre la renta de las personas físicas para evitar que la Hacienda depredadora quiera considerar esta subvención como un ingreso y hacer pagar a los españoles a posteriori por haber usado esta subvención.
Este plan podría consistir en dotar de un fondo de 15.000 M€ para subvencionar la venta de estos vehículos en el período 2022-2024. El fondo se dotaría de la siguiente manera:
1) En 2022 se asignarían 3.000 M€ de euros para subvencionar con 10.000 € cada coche comprado y fabricado en España, lo cual permitía fabricar y vender 300.000 coches de esta tipología.
2) En 2023, y agotados los 3.000 M€, se asignarían otros 6.000 M€ para subvencionar con 7.500 € la compra de coches fabricados en España, lo cual permitiría alcanzar la cifra de 800.000 vehículos vendidos de estas características.
3) En 2024, y agotados los 6.000 M€, asignaría otros 6.000 millones para subvencionar en este período con 5.000 € la compra de coches españoles, que nos permitiría alcanzar la cifra récord de ventas de 1.200.000 vehículos eléctricos y enchufables que sin duda colocaría a España posiblemente en cabeza de usos de estos vehículos.
Con esta medida demostraríamos a los fabricantes mundiales que España se coloca a la cabeza de nuevo de este sector y daría confianza suficiente a los fabricantes mundiales de que somos el país en donde invertir.
Pero no debemos olvidar que estas medidas que aquí se proponen no son a fondo perdido, ya que el Gobierno va a tener sus ingresos. No vendrían por impuesto de matriculación, porque consideramos que la emisión de CO₂ de estos coches vendidos en este período es inferior a 120 g/Km, pero si mantendría su IVA correspondiente.
Con este cuadro podemos ver que, si estimamos un precio medio de venta de cada vehículo de 40.000 € y cada año le aplicamos la subvención correspondiente, resulta que al final del primer año el Estado Español por esta campaña habrá recaudado 1.561 M€ por el IVA, el segundo año 4.512 M€ y el tercer año 13.363 M€.
Estamos viendo que si dotamos de un fondo de 15.000 M€ para ayudar y promocionar la venta de vehículos de los que queremos para convertirnos en el hub europeo de electromovilidad, podemos vender 2,3 millones de vehículos y que este plan le cueste realmente al Estado 1.636 millones de euros.
Obviamente, no hemos calculado los ingresos que estos vehículos generarían al sector de seguros, ni los ingresos del Estado por ese IVA, ni el impacto en las pequeñas y medianas empresas que trabajan para los fabricantes produciendo componentes, ni tampoco hemos calculado el valor de la Marca España que tendría por ser el hub de verdad y no de palabra de la electromovilidad en Europa.
Tengo que reconocer que la idea del HUB y la del PERTE me han gustado. Por una vez el marketing de Moncloa ha sido bueno. Lo peor es que hasta ahora es solo eso: marketing.
Desde este artículo pretendo despertar el interés de los políticos gobernantes o no para que se pongan manos a la obra, y que no perdamos otra oportunidad como la que nos dan los fondos europeos. Si por casualidad Europa no nos dejase hacerlo con las subvenciones que nos van a mandar, empecemos a pedir esos 15.000 millones de los 70.000 M€ que hay en préstamos disponibles, que el proyecto se paga al 90% en 3 años. Pocas veces un préstamo de esta categoría se ha devuelto al 90 % en tres años. No hay excusas para no poner proyectos como este en marcha.