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La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto a los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe ÁlvarezAlejandro Martínez Vélez-Europa Press

Mercado laboral

Así empieza hoy la inoportuna subida del salario mínimo interprofesional

Los expertos recomiendan no incrementar los salarios cuando la inflación está alta, pero el Gobierno y los sindicatos ignoran el consejo. Hoy inician la negociación para aumentar el SMI y en marzo lo intentarán con los sueldos de los convenios

El Ministerio de Trabajo se reúne hoy con las organizaciones empresariales (CEOE y Cepyme) y los sindicatos para abordar la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). En la actualidad se sitúa en 965 euros al mes en catorce pagas. El incremento podría ser de entre 24 y 40 euros al mes para ubicarse entre los 989 y los 1.005 euros mensuales.

La patronal ya ha dicho que no es el momento. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, afirmaba hace unos días que subir a 1.000 euros «lo veo complicado. Hay un problema de solvencia en las empresas. Las más pequeñitas están bastante ahogadas. Llevamos dos años muy complicados». De hecho, la CEOE no firmó el acuerdo anterior, que fija el SMI actual. El objetivo es que el SMI quede establecido en el año 2023 en unos 1.060 euros, el 60 % del salario medio.

El SMI ha subido un 30 % en los tres últimos años. Ocho comunidades autónomas poseen ya un SMI superior al 60 % del salario medio. Aunque los expertos recomiendan no subir los salarios cuando la inflación está alta para que no se haga más permanente, Gobierno y sindicatos hacen oídos sordos; los primeros, para que sigan aumentando las bases mínimas de cotización y continuar así su subida de impuestos encubierta, y los segundos, para justificar su defensa de los trabajadores. El problema es si se traduce en más paro, como ha dicho el Banco de España. Según la entidad, la subida del SMI ha provocado la pérdida de 180.000 empleos. Sea o no la causa, la realidad es que se han perdido 95.000 empleos privados desde que empezó la pandemia, y que el PIB sube por encima del aumento en la creación de empleo. Ante la posibilidad de que el SMI sea la causa o una de las causas, no parece oportuno subirlo. Tampoco parece tener mucho sentido un SMI nacional cuando los costes de la vida difieren entre un 30 % y un 50 % según donde se viva. El volumen del mercado, las necesidades del empleado o el esfuerzo que tiene que hacer el empresario para pagar ese salario son muy distintos según la zona.

Tras el SMI, los convenios salariales

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ya decía el pasado 12 de enero que «los salarios tienen que subir en nuestro país». Ante el aumento de la inflación de más del 6 %, advierte de que los sueldos no pueden incrementarse solo un 1,47 %. La idea de subir los sueldos al ritmo de la inflación existe en los sindicatos desde al menos los Pactos de La Moncloa de finales de los años 70. No parece que vayan a cambiar ni a disminuir la intensidad de sus peticiones. «La renovación de los convenios se va a convertir en un foco constante de conflicto social», comentaba Pepe Álvarez.

El próximo 3 de marzo está previsto que patronal y sindicatos inicien las reuniones para negociar el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva. Es el que que marca las recomendaciones que arrojan al resto de mesas de negociación en materia salarial y de organización del trabajo. UGT aún no ha pactado un criterio de unidad de acción con CCOO, pero en principio apuesta por plantear un incremento del 5 % en los salarios del convenio colectivo y recuperar la cláusula de garantía en los convenios, que permite compensar los sueldos ante una mayor inflación. Como ocurre con el SMI, habrá que ver si consiguen llegar a un acuerdo con los empresarios, y si lo logran, faltará comprobar qué ocurre con la creación de empleo.