Cerró enero en el 2,4 %
La inflación subyacente anticipa un IPC por las nubes durante los próximos meses
El IPC da una tregua en enero, pero seguirá subiendo durante los próximos meses. Una subida de los tipos por parte del BCE pondría en riesgo la solvencia de España
El IPC cerró enero en el 6,1 %. El INE eleva así una décima el dato adelantado hace unas semanas. Un alza de los precios que -según la mayoría de expertos- continuará durante los próximos meses, condenando a España a una espiral de inflación particularmente alta, empujada por los precios de la energía.
El dato confirma una caída con respecto al registrado el pasado mes de diciembre, pero no indica -según el consenso- que la inflación haya tocado techo. De hecho, para el próximo mes de febrero se espera que el indicador vuelva a repuntar y se mantenga elevado hasta la segunda mitad del año.
Este martes, el precio de la luz vuelve a situarse por encima de los 200 euros/KWh. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera confirmó el lunes que habrá «turbulencias de precios», fruto del inminente choque de Rusia con Ucrania.
El incremento de las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) estadounidense a España a través del Atlántico y el sobre coste de su traslado, podrían dilatar la escalada de los precios del gas durante los próximos meses.
A la crisis por la que atraviesa la energía se suma el repunte del precio del petróleo -en máximos desde 2014- el barril de Brent (de referencia en Europa) llegaba el lunes a superar los 96 dólares, empujado por la tensión en Ucrania.
La inflación subyacente, que descuenta los productos más volátiles, se sitúa en el 2,4 %. Este indicador confirma que el IPC seguirá en tasas elevadas de manera prolongada, y su ascenso se está produciendo más rápido de lo esperado. El traslado de los mayores costes de producción que están experimentando las empresas hacia los precios finales al consumo, se encuentran detrás de esta subida.
Una posible subida de tipos afectaría a la economía
La subida de tipos supondrá un encarecimiento del crédito para hogares y especialmente tendrán un fuerte impacto sobre las empresas, que parten con una carga de endeudamiento elevado. Esta medida podría afectar especialmente a algunos sectores más afectados por las consecuencias de la pandemia.
Con respecto a la deuda pública, una maniobra del BCE pondría en riesgo a la economía española, empujándola a una senda de insostenibilidad y de dudas con respecto a la solvencia de España que podría ver dispararse su prima de riesgo.