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La ministra de Asuntos Económicos, Nadia CalviñoJesús Hellín - Europa Press

Análisis

España pasa de ser de las mejores en inflación en veinte años a estar entre las peores en un año

Nuestro país ocupaba la tercera mejor posición entre los quince más importantes del mundo, pero en 2021 se ha situado como la quinta peor

Hace unos días se publicaba en El Debate que la inflación anual de Francia se había quedado en el 2,8 % anual en 2021 y en enero se situaba en el 2,9 %. Este artículo hizo que en ese momento decidiese que tenía que analizar la inflación de los principales países y ver cuáles de los 15 fantásticos tiene mayores tensiones inflacionarias desde el año 2000 hasta el 2020, y asimismo ver la foto de lo que ha acaecido en el 2021.

A través de la base de datos del Banco Mundial descargué un fichero Excel con la historia desde 1960 que trabajé para sacar los siguientes datos:

El ranking de 2001 a 2020.

En este período podemos ver que Rusia es con diferencia el peor país de los 15 con una inflación del 191 %, seguido de la India (+127 %) y Brasil (+123 %). Alemania (+28 %), Francia(+27 %) y Japón(+3 %) son las economías menos inflacionarias. España se queda en una cómoda décima posición entre estas 15 economías. Además, tiene por delante países como China y Corea (+47 %), Estados Unidos (+41 %) y Reino Unido (+40 %).

Sorprende mucho ver a Rusia como la campeona de la inflación, y no tanto a Japón como la de menor inflación. Japón ha tenido inflación negativa durante muchos años (11 de esta serie de 20 años). Lo que personalmente desconocía era que Francia maneja mejor la inflación incluso que los alemanes, cuya obsesión permanente por controlar las tensiones en esta línea les ha hecho famosos en el mundo.

Si este análisis lo trasladamos a las medias mundiales de los miembros de la OCDE, la Unión Europea y la zona euro, nos encontramos con que la media de inflación mundial ha sido del 67 %, la de los países miembros de la OCDE baja al 40 %, la de la UE se queda en el 37 % y la zona euro es la menos inflacionaria de las 4, quedándose en un 35 % para este período.

Esto nos indica que en el caso de España y en este período hemos estado por debajo de la media de los países miembros de la OCDE y ligeramente por encima de la media de la Unión Europea y de la zona euro, pero en general España lo ha hecho bien en el cuidado de la inflación.

Comparativa.

Si ahora en lugar de tomar la serie de 20 años escogemos los últimos 10 años, veremos que hay bastantes cambios.

Ranking de los nueve últimos años.

Las tres primeras posiciones se mantienen en los mismos países (Rusia, India y Brasil), pero en la parte de abajo los tres mejores han pasado a ser Francia, Italia y Japón. La muy buena noticia es que España gana dos posiciones y mejora en el cuidado de la inflación a la gran Alemania.

¿Qué ha pasado entonces para que España, que había conseguido colocarse en la posición 12 de países inflacionarios de las 15 economías más importantes del mundo, haya conseguido que en el 2021 todo se haya ido al traste?

La situación en 2021.

¿Cómo es posible que China se haya convertido en 2021 en el paradigma del control de la inflación?

¿Qué ha hecho Francia para conseguir siendo el tercer mejor país manteniendo la inflación a raya?

¿Qué se le ha ido de las manos a España para subir 7 puestos en el ranking de los peores y colocarse a menos de 1 punto de inflación del tercer país entre los malos, que es México?

Está claro que uno de los factores claves de la inflación ha sido la crisis energética. Cuando vio la que se nos venía encima, China decidió ponerse a comprar carbón a Rusia, Indonesia y restauró sus relaciones con Australia para el suministro de este mineral a las fábricas chinas. Se ha saltado todos los protocolos y acuerdos para la emisión de gases invernadero, mientras que el resto sigue mirando los acuerdos como si fuesen la Santa Biblia, y allí vamos a encontrar el camino de la salvación.

Francia es una de las mayores potencias de energía nuclear. Aunque se ha visto, como todos, afectados por la crisis energética, lo ha sido en mucho menor medida que lo han sido España y Alemania. Francia tiene una estrategia muy clara, y además ha conseguido que se considere verde la energía nuclear, cómo tenía que haber sido desde hace muchos años.

España ha decidido políticamente el sostenella y no enmendalla. Incluso cuando la Unión Europea ha decidido declarar energía verde a la energía nuclear, nosotros hemos decidido que esa posibilidad no nos interesa, y que seguimos apostando por energías renovables como la solar y la eólica, que todavía no son capaces de producir lo suficiente para el abastecimiento nacional, que tienen un precio mucho mayor, que seguimos importando energía nuclear de Francia y que encima nos cargamos con los residuos nucleares para almacenarlos en nuestro país.

¿Ha sido esta la única razón de nuestra inflación? No, pero ha sido la de mayor importancia, junto con la subida de los precios de las materias primas para la fabricación. Pero sin duda la mala gestión y las decisiones de no cambiar nuestra estrategia van a colocarnos delante de un futuro incierto en el control de esta variable tan importante para nuestra economía.

Tenemos encima una fuerte sequía. Suele aparecer cíclicamente en nuestro país; pantanos ya por debajo del 50 %, y estamos a finales del invierno. Quedan pocos meses de lluvia y nuestras centrales eléctricas pueden verse colapsadas. Los precios del petróleo rondan los 100 dólares el barril; llenar los depósitos de particulares y transportistas cuesta mucho más de lo que costaba en los 9 primeros meses del año y van a tirar hacia arriba los precios. Europa y sus dirigentes ya aceptan que la inflación no bajará hasta el segundo semestre, y ya veremos. En esas fechas nuestros pantanos pueden estar casi vacíos y tener un grave problema de abastecimiento eléctrico.

Cuando todo parecía que en una variable macroeconómica estábamos entre los mejores, llega la crisis energética y nos explota en la cara a todos los españoles. Obviamente, podemos hacer poco por resolver el problema, salvo dejar de consumir, porque de nuestros gobernantes debemos de esperar poco o nada demostrada ya su nula capacidad para gestionar problemas.

Si el enfrentamiento de Casado y Egea contra Ayuso produjese energía eléctrica tendríamos ya resuelto nuestro problema, pero por desgracia sólo está sirviendo para que desde Moncloa se froten las manos, y no precisamente porque estén pasando frío.