Perfil
Mijaíl Fridman, el oligarca dueño de DIA que se hizo rico gracias a la perestroika
Nació bajo el telón de la URSS en Lviv, hoy Ucrania. Es el dueño del banco privado más grande de Rusia y su fondo de inversión -LetterOne- domina DIA
Durante el verano de 2017, Mijaíl Fridman (Lviv, antigua URSS, 1964) aterrizó en España. Lo hizo a través de LetterOne, un fondo de inversión creado años antes por el oligarca ‘soviético’, que en poco más de cuatro años consiguió hacerse con el 77,704 % del accionariado de la cadena de supermercados DIA.
Su historia es muy similar a la de buena parte de los multimillonarios rusos que hoy encabezan la lista de sancionados por su papel en la invasión y guerra de Ucrania. Durante sus primeros años buscó en Moscú su futuro. Estudió una ingeniería en el Instituto del Acero de la capital rusa y comenzó a trabajar en una fábrica. Su momento llegó años después. En 1985 Mijaíl Gorbachov proclamó la perestroika, y Fridman -junto a muchos otros jóvenes rusos- aprovecharon la apertura para arrojarse al mundo de los negocios.
Fridman -de origen judío- es uno de los hombres más ricos de Rusia
Tras la caída del Muro, Rusia descubrió a Occidente y Occidente a Rusia, así empezó Fridman a forjar su fortuna. Se lanzó al comercio; primero de azúcar y tabaco, después llegó el petróleo. Así nació Alfa-Eco, el germen del -hoy- banco privado más grande del país y sobre el que pesan las sanciones europeas, AlfaBank.
Mijaíl Fridman -de origen judío- es uno de los hombres más ricos de Rusia, acumula un patrimonio de 12.000 millones de dólares, según Forbes. Sobre él pesa el castigo de la comunidad internacional: todos sus bienes han sido congelados y tiene prohibido pisar suelo comunitario. El documento de sanciones europeas le acusa de cultivar «fuertes lazos con la Administración de Vladímir Putin», y de haber sido «uno de los financieros de referencia en el círculo estrecho de Putin». Junto a él, su socio, Pyotr Aven, presidente de la entidad y asiduo del despacho del presidente ruso.
Ambos -Fridman y Aven- son señalados por haber «apoyado material y financieramente y se ha beneficiado de las decisiones sobre la anexión de Crimea o la desestabilización del este de Ucrania. También ha apoyado políticas que minan o amenazan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania», según el documento de sanciones emitido por Bruselas.
Los oligarcas se defienden y aseguran que las sanciones están basadas en «cotilleos maliciosos, sin pruebas», y que no tendrán impacto en las acciones de Rusia en Ucrania.
No obstante, la feroz acción defensiva iniciada por Fridman tras conocer la sentencia dictada por los países de la Unión Europea, ayuda a medir el impacto real que la guerra financiera iniciada contra Moscú está tenido sobre el núcleo económico que rodea al Kremlin.