Guerra en Ucrania
¿Cómo afecta el veto de Biden a la energía rusa?
Estados Unidos lleva tiempo limitando las compras de petróleo ruso. El peso de las importaciones ya era muy limitado antes del veto. España también reduce al mínimo su exposición a la energía del Kremlin
La Unión Europea se desmarcó el pasado martes del veto al petróleo y el gas ruso levantado por Estados Unidos y Londres. La fuerte dependencia de países como Alemania o Austria, y la pobre infraestructura desarrollada durante los últimos años, han llevado al Viejo Continente -principal cliente de la energía rusa- a dar un paso al lado.
En contra, Washington anunció su ruptura total con Moscú. Sin embargo, la dependencia estadounidense sobre la energía controlada por el Kremlin, es muy limitada.
¿Es efectivo el veto de Estados Unidos a Rusia?
Las importaciones de crudo ruso son prácticamente irrelevantes para Estados Unidos. Durante 2021, apenas el 3 % del petróleo que llegaba a los puertos norteamericanos procedía de Rusia, una cantidad que la administración Biden ha ido recortando con el inicio de 2022. Desde el estallido de las hostilidades entre Vladimir Putin y la comunidad internacional por el asedio a Ucrania, la Casa Blanca ha reducido las compras de petróleo, desde el máximo registrado en el verano de 2021 -cuando se importaron 362.000 barriles- a los 5.000 recibidos durante la primera semana del año.
Según datos de la Administración de Información Energética estadounidense, el país recibe una media de cinco millones y medio de barriles semanales, la gran mayoría desde Canadá (el 61 %), y en menor medida de México, Arabia Saudí y Colombia.
Para reemplazar la pequeña cantidad que EE.UU. dejará de importar de Rusia, el presidente Joe Biden ha firmado un acuerdo con la Venezuela de Nicolás Maduro, a través del cual Washington levantará las históricas sanciones contra el crudo producido por el régimen bolivariano.
¿España compra petróleo a Putin?
No todos los países comunitarios mantienen su exposición a la energía rusa. España ha reducido prácticamente al mínimo sus compras de crudo a Rusia. El Gobierno ha recortado un 67 % sus importaciones en enero, con respecto al mismo mes del año anterior, y -durante los primeros 31 días de 2022- tan solo recibió un 2 % del total, según la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Lo mismo ocurre con el poco gas ruso que España suele comprar a Vladimir Putin. Durante el pasado mes de enero la dependencia se ha reducido en un 17,5 %.
En su lugar, se han disparado las importaciones del petróleo estadounidense (más de un 200 %). Aunque los principales proveedores de crudo siguen siendo Nigeria y México. Lo mismo ocurre con las importaciones de gas norteamericano, Estado Unidos ha disparado los envíos de GNL a España un 568 %, al igual que Nigeria. El tránsito de gas por Medgaz cayó un 22,8 % en enero, un mes en el que ningún buque metanero argelino atracó en puertos españoles.
¿Cómo está afectando la guerra a los consumidores españoles?
A pesar de que España no consume apenas petróleo y gas ruso, los hogares pagarán el mismo precio que los ciudadanos de aquellos países más expuestos a Moscú. El sistema por el que se calcula el precio de cotización de la electricidad es común para todos los países de la UE, y las familias españolas seguirán pagando un precio récord durante los próximos meses, si el Ejecutivo comunitario no pone remedio. Es por ello, por lo que la Unión Europea ha recuperado una propuesta española desechada inicialmente en Bruselas: desconectar el precio del gas del de la electricidad. Esta medida -según Tempos Energía- hundiría el precio del MWh hasta los 70-80 euros, muy lejos del máximo alcanzado el pasado martes, cuando se pagaron una media de 545 euros.
El Ejecutivo europeo sigue estudiando la iniciativa, mientras varios miembros de la UE han exigido medidas urgentes. Francia, Grecia o España han solicitado poner topes a los precios del mercado mayorista. La vicepresidenta, Yolanda Díaz, reconoció -este martes- que el Gobierno se está planteando adelantarse a futuras medidas europeas, «es imprescindible tomar decisiones muy rápidamente para prevenir males mayores», declaró a los periodistas en los pasillos del Congreso de los Diputados.
¿Cuál es la actitud de Vladimir Putin?
Lejos de sentirse intimidado por el veto estadounidense y británico, el presidente ruso ha lanzado todo un desafío a Europa a través de sus medios de comunicación. Gazprom, el gigante energético ruso, aseguró -en declaraciones a Sputnik- que el pasado lunes alcanzó un beneficio récord por el gas vendido a Europa.
«En cuanto al sector de gas, Rusia seguirá manteniendo su posición de fiable suministradora de gas al mercado europeo. Las compañías rusas siguen cumpliendo los compromisos contractuales relativos tanto a los suministros como al tránsito», dijo el director del departamento de cooperación económica del Kremlin, Dmitri Birichevski.
Europa sigue sin hallar una alternativa sólida a la energía rusa. La enorme exposición de los países del centro y del norte del continente, y la ausencia de planes de contención llevados a cabo por sus gobiernos, garantizan la compra de energía a Putin -al menos- durante los próximos meses.