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El trampantojo económico de Sánchez

La economía se está resquebrajando y de manera mucho más rápida de lo que incluso preveían quienes no sostenían las tesis del Ejecutivo

El presidente Sánchez ha tratado de hacernos creer que vivíamos en jauja, con una economía más rica, más potente, más próspera, que iba a cambiar la estructura económica nacional, llenando de tecnologías, renovables y economía verde toda nuestra economía para, con sólo decirlo y desearlo, pasar, de la noche a la mañana, a ser la economía puntera de Europa.

Amparado por los datos de empleo y de crecimiento económico, engañosos, al venir de una situación extraordinaria, por las duras restricciones impuestas durante la pandemia, Sánchez y sus ministros repetían, una y otra vez, que esa realidad de abundancia se estaba dando. Tapaban, así, la desesperación de muchas empresas e industrias que tenían que parar su actividad porque no podían soportar el coste energético; o el horror de las familias que ven cómo no llegan ya a fin de mes porque la cesta de la compra, el recibo de la luz o el depósito del coche lo hacen imposible. Ante este riesgo cotidiano, trataban de anestesiarlo con la especialidad socialista, especialmente de este socialismo: dinero público a espuertas, pagado por todos los contribuyentes, aunque venga de Europa, porque todo sale de los bolsillos de los ciudadanos vía impuestos, mientras no tomaba ninguna decisión para que la situación mejorase.

Su «Pacto Ibérico» para limitar el precio de la energía será a costa del bolsillo de una gran parte de los consumidores, mientras se interviene el mercado y la libre fijación de precios en el mismo. Hay que atajar el problema, que es el de que no haya suficientes fuentes de energía porque la UE y, en especial, España, se han lanzado a una carrera suicida, acabando con unas energías sin haber encontrado sustituto viable. Y cuando en la UE ya parece que han entrado en razón, en España se niegan a apostar por la energía nuclear y por el gas, manteniendo la prohibición del fracking, mientras aumentamos las compras de gas a Estados Unidos, que lo obtiene mayoritariamente mediante esta técnica.

Pues bien, pese a las turbulencias existentes, el Gobierno lograba hacer ver otra realidad, achacando los males a la guerra de Ucrania y afirmando que la inflación es cosa pasajera, cosa, que, por cierto, siguen diciendo, mientras la subyacente muestra la gravedad del problema hasta llegar al 4,4 % interanual, creciendo un punto en el último mes. Sin embargo, todas esas coartadas se han venido abajo.

En sólo dos días, el castillo de naipes sobre el que el Gobierno sustentaba su trampantojo económico se ha desmoronado. La EPA, primero, el avance de la contabilidad nacional trimestral, después, junto con todos los indicadores que van apareciendo, como el indicador adelantado del IPC o el índice de comercio minorista, reflejan que la economía se está resquebrajando y de manera mucho más rápida de lo que incluso preveían quienes no sostenían las tesis del Ejecutivo.

La destrucción de más de 100.000 puestos de trabajo en el primer trimestre, siendo, como es, el empleo un indicador retrasado, señala el fuerte deterioro de la economía, que se ha confirmado con lo que motiva esa disminución de puestos de trabajo, que es la marcha de la actividad económica. Mientras que en el IVTR-2021 se creaban 153.900 empleos, en este ITR-2022 se destruían 100.200. Pese a que estacionalmente el ITR suele ser malo para el empleo, habría sido lógico un mejor comportamiento al tener que recuperar todavía el nivel de actividad económico anterior a la pandemia.

Destrucción de empleo

El avance de los datos de la contabilidad nacional trimestral registra un crecimiento del 0,3 % en el trimestre, que supone un crecimiento 1,9 puntos menor que el del trimestre precedente, con lo que la ralentización de la economía se deja notar, que es lo que origina el mayor descenso en el mercado laboral que muestra la EPA, tal y como hemos visto antes. El consumo de los hogares cae un 3,7 % intertrimestral, con los dos principales sectores de la economía española frenándose: la industria no sólo se para, sino que cae un 1,4 %, y los servicios se ralentizan 1,7 puntos, creciendo sólo un 0,4 %, al tiempo que la construcción deja casi plano su crecimiento trimestral, un 0,3 %, una décima parte de lo que se incrementaba el trimestre precedente.

Variación del PIB

Pese a la rebaja del IPC debido a las subvenciones a productos energéticos, la inflación se está apoderando con fuerza de la economía española, con la subyacente creciendo un punto más, hasta el 4,4 %, la más elevada desde hace más de veinticinco años.

La inflación subyacente

Mientras, el índice de comercio minorista desciende un 5,5 % interanual en marzo, cuando el mes anterior crecía un 1,7 %.

Comercio al por menor

Estos indicadores, publicados entre el jueves y el viernes de la semana final de abril, muestran la intensidad del ajuste.

Con ello, el Gobierno se ha visto en la obligación de revisar a la baja la previsión de crecimiento de su cuadro macroeconómico, finalizando, así, su trampantojo económico, aunque quiera seguir manteniéndolo en lucha contra la realidad, que derriba la ficción en la que el Gobierno nos quiere mantener.

  • José María Rotellar es profesor de la Universidad Francisco de Vitoria