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Los primeros ministros de Portugal e Italia, Antonio Costa y Mario Draghi, junto al presidente español, Pedro Sánchez.Roberto Monaldo/LaPresse via ZUM / DPA

Plan de recuperación

Italia, Portugal y Francia nos barren en la gestión de los fondos europeos

La transparencia y eficiencia en la distribución de las ayudas es mayor en nuestros países vecinos

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, dice desde hace tiempo que la ejecución de los fondos europeos cogería velocidad de crucero este año. La realidad es que estamos en mayo y en muchos frentes no se percibe que se haya conseguido.

Según los datos del Gobierno español, el año pasado se desembolsaron 11.000,56 millones de euros (45,5 % de lo previsto) de fondos europeos, y en este curso van 1.187 millones (4,2 %), pero eso no quiere decir que hayan llegado a las empresas. Según la CEOE, hasta agosto de 2021, último dato conocido, el sector privado solo había recibido 104 millones de euros.

La falta de transparencia sobre la distribución de los fondos crea oscuridad sobre lo que está pasando. Parece que otros países están haciendo las cosas mejor que nosotros.

Portugal ha acelerado el ritmo de ejecución de fondos en el primer trimestre. De diciembre a marzo, la distribución de recursos ha pasado de 3.438 millones asignados a 12.237 proyectos a 7.104 millones concedidos a 21.639 candidaturas aprobadas. En España, como comentábamos, el último dato sobre gasto finalista para el sector privado es de 104 millones de euros en agosto de 2021.

En nuestro país vecino, también gobernado por socialistas, el Comité Nacional de Seguimiento valora positivamente la agilidad en la implementación y la transparencia del plan. El Gobierno luso publica un informe semanal que actualiza el nivel de ejecución con un cuadro de mando que detalla la llegada de fondos a las entidades beneficiarias finales. En España, la CEOE lamenta que buena parte de los grandes proyectos tractores (PERTE, Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) no se hayan materializado aún en convocatorias y proyectos concretos.

En cuanto a Italia, parece haberse preocupado más que nosotros por intentar orquestar un sistema para que los fondos lleguen a los destinatarios finales. Han creado una plataforma de apoyo a las autoridades locales con más de 600 profesionales a su disposición para acelerar la ejecución del plan de inversiones. Se ha puesto en marcha de la mano de instituciones financieras, que apoyan a regiones, provincias y municipios en la gestión de los fondos europeos Next Generation. En España, la CEOE denuncia que hay desconocimiento sobre la gestión en las comunidades autónomas y las entidades locales; que aún no está operativa la plataforma creada por Hacienda para el soporte y centralización de la información de las convocatorias y subvenciones, y que España no ha incorporado al sector financiero al núcleo de ejecución del plan.

Italia va cumpliendo los hitos y reformas previstos como hace España, pero en su caso la mayoría de los objetivos en los próximos meses serán inversiones, más que reformas. En España las inversiones han ganado peso en el primer trimestre, pero el dinero destinado a reformas sigue predominando (61 %), y así se dificulta el impacto en la economía real.

Por su parte, Francia ha reforzado la transparencia sobre el destino de los fondos. El Ministerio de Economía actualiza mensualmente un cuadro de mando en el que se describen las cantidades asignadas a los veinticinco programas de ayudas más relevantes. Por ejemplo, ya se han designado 925 beneficiarios para el programa de modernización de la industria automovilística y aeronáutica, con una inversión acumulada de casi 2.000 millones de euros, y se han movilizado más de 5.700 millones de euros para el programa de apoyo a proyectos industriales en los territorios. Frente a ello, la CEOE sostiene que en España es preciso reforzar la comunicación sobre el grado de ejecución general y de las convocatorias concretas.

La patronal de las empresas destaca que en España apenas se han publicado ayudas para empresas industriales aparte de los PERTE. Estiman que la industria española reclama nuevas convocatorias de estos programas, esta vez con plazos y condiciones más flexibles.

Como se ve, Portugal, Francia e Italia se han puesto las pilas y empiezan a ver los frutos, mientras que en España el sistema no acaba de funcionar. Esperemos que en algún momento lo haga y coja la velocidad de crucero de la que habla Nadia Calviño.