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El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, en la presentación de REPowerEU

El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, en la presentación de REPowerEUEFE

Dependencia del gas ruso

El plan de Bruselas no evitará problemas de suministro en invierno: «Habrá situaciones duras»

La CE propone acudir a la nuclear y a la térmica para sustituir la dependencia del gas ruso. Los productores de uranio y carbón sufren problemas de producción

Bruselas despliega el plan con el que independizarse de la energía rusa. La Comisión Europea presentó este miércoles un catálogo de medidas que proyectan el fin total de las compras al Kremlin en 2030. A corto plazo, el Ejecutivo comunitario propone elevar la producción de electricidad a partir de carbón y de centrales nucleares. De esta manera, el departamento que dirige Ursula von der Leyen busca minimizar las compras del gas con las que Putin financia su guerra en Ucrania.

Para ello, el texto resucita las centrales térmicas -las más contaminantes- y plantea un profundo paso atrás en los planes de transición ecológica durante un tiempo limitado. «Puede que utilices carbón durante un poco más de tiempo», dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans. El documento europeo propone que durante el tiempo en el que se queme más carbón, los países aceleren el despliegue de las energías renovables.

El problema del gas es irresolubleAntonio Turiel, científico del CSIC

Sin embargo, la receta de Bruselas plantea varios problemas. «Esto se hace por pura necesidad, el problema es que todas las alternativas son malas», dice el científico del CSIC, Antonio Turiel en declaraciones a El Debate. La medida plantea un daño ambiental y de seguridad de suministro. Los países comunitarios con gran dependencia del carbón ruso deberán buscar fuentes alternativas en otros países, que ya cuentan con problemas de producción. «Europa cuenta con dos proveedores fiables a los que acudir, Australia y Sudáfrica», dice Turiel que recuerda que este último ya sufre dificultades para autoabastecerse.

Aun así, el gran reto de la Unión Europea se encuentra en la otra alternativa planteada por la Comisión Europea, la energía nuclear. La gran apuesta de Francia por los reactores nucleares no está resultado. Durante los últimos meses, el país vecino se ha visto obligado a paralizar la actividad de la mitad de sus centrales, provocando un encarecimiento de la electricidad que ha llegado a alcanzar los 3.000 euros/MWh en algunos tramos horarios. «La producción mundial de uranio ha caído un 20 %, porque las minas cada vez son menos rentables», apunta el divulgador científico.

El futuro de la nuclear pasa por la 'estabilidad' de Kazajistán

La clave está en Kazajistán, el mayor de uranio del mundo. El país lleva meses envuelto en una inestabilidad política que desató a inicios del año una oleada de disturbios en los que murieron 164 personas. Un negocio -el del uranio- en el que Vladimir Putin tiene un papel protagonista. Rusia es una potencia de enriquecimiento de uranio. El Kremlin comercia con un tercio del elemento químico. «El problema del gas es irresoluble», reconoce Turiel que adelanta problemas de suministro este año, «se van a presentar situaciones duras».

Topar el gas en toda Europa

El documento europeo propone atajar la dependencia desde otros ángulos. Von der Leyen no descarta un corte abrupto del gas ruso. En este escenario, la Comisión contempla la posibilidad de topar el precio del gas a nivel europeo. La medida -similar a la aprobada por España y Portugal- tendría una duración limitada y sólo se activaría en caso de «emergencia».

Lo que si gana enteros es la compra conjunta de gas, Bruselas sugiere la medida para evitar una guerra de pujas que encarezca aun más su precio. También formula a los Veintisiete la posibilidad de aprobar un gravamen sobre los llamados «beneficios caídos del cielo», aquellos amasados por las energéticas que han vendido energía renovable a precio de gas.

210.000 millones, el coste de la desconexión

Por último, el Ejecutivo comunitario lanza una batería de recomendaciones de racionamiento a la población con el objetivo de reducir un 5 % el consumo de gas y petróleo. El plan ‘REPower EU’ plantea a los europeos medidas como rebajar la temperatura de la calefacción, hacer un menor uso del aire acondicionado o utilizar el transporte público. Recomendaciones que amplía a los Estados europeos, a los que pide rebajar impuestos a los electrodomésticos eficientes y promocionar las bombas de calor.

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