Consecuencias económicas
Los sectores que peor (y mejor) están resistiendo la guerra en Ucrania
El transporte, la industria del automóvil o la textil encaran las consecuencias de un conflicto sin trazas de finalizar
Tres meses después del inicio de la guerra en Ucrania, sus consecuencias económicas siguen azotando en varias de las aristas clave de la economía española. Un conflicto que amenaza con dilatarse mientras el ruso, Vladimir Putin, siga contando con la financiación necesaria como para hacer frente a su ofensiva.
El encarecimiento de la energía, el alza de los precios de las materias primas y los problemas de suministro, llevan semanas causando estragos en varios sectores. Antes del estallido de la guerra, la economía global contaba con serios retos. La crisis de abastecimiento, la resaca provocada por la COVID o la rápida digitalización social, desafiaban al transporte, a la automoción, o al sector textil. Sectores –todos ellos– que no han hecho más que empeorar durante los últimos meses.
El transporte, la primera víctima
«El sector del transporte hace un uso intensivo de la energía y es susceptible de verse afectado por los elevados precios del petróleo», afirman desde Coface. Desde la aseguradora señalan que áreas como el transporte marítimo o aéreo ya han empezado a sufrir importantes caídas de facturación durante el primer trimestre de 2022.
La presión que los carburantes está ejerciendo sobre el trasporte ya se ha dejado notar en España. El pasado mes de marzo se produjo una huelga capaz de paralizar buena parte de la cadena comercial española. Las protestas de los transportistas por el encarecimiento de la gasolina y el gasóleo provocaron que otras compañías de distribución, construcción o alimentación sufrieran problemas de suministro y –en algunos casos– un parón de actividad.
Tras ello, el Gobierno aprobó la bonificación de 20 céntimos por litro de carburante todavía vigente.
Una crisis agroalimentaria podría ser letal
Sin embargo, y de cara al futuro, los expertos temen por el sector agroalimentario. El encarecimiento de los alimentos y de otros productos como los fertilizantes, podrían ser letales. La situación «podría amenazar la seguridad alimentaria mundial, además de desencadenar inestabilidad política» en algunos países, dicen.
Un problema en la cadena, en el que el alza de la energía es un eslabón más. Su alza contribuye a encarecer los costes de las materias primas. Un sector con una herida estructural causada por la climatología. «La fuerte ola de calor que afecta desde principios de año a diferentes partes del mundo, provocando sequías e incendios a gran escala» en buena parte de los países productores.
¿Quién podrá resistir?
Desde Coface apuntan a todos aquellos sectores desligados de los ciclos económicos, poco dependientes de los problemas de suministro que la guerra pudiera agravar en el futuro. Desde la aseguradora se centran en tres: medios de comunicación, especialidades químicas y productos farmacéuticos.
«Son sectores anticíclicos, cuyos productos y posiciones de mercado dominantes se concentran en lugares específicos del mundo», apuntan. Estos tres –dicen desde la aseguradora– «son actividades industriales innovadoras y de alta tecnología, con fuertes barreras de entrada para nuevos actores».