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El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEFE/ Fernando Alvarado

Malas perspectivas

España se dirige a un escenario económico peor que el de la crisis del 73

La pésima situación de nuestras finanzas públicas y las políticas erróneas nos ubican en un lugar complicado

Empieza a ser verosímil que nos estanquemos en un escenario de bajo crecimiento económico, elevado desempleo y alta inflación (estanflación) como el registrado por la subida de los precios del petróleo en los años 1973 y 1979, aunque probablemente será peor por dos motivos. En primer lugar, porque entonces se venía de un periodo de crecimiento largo y prolongado y ahora venimos de dos recesiones. En segundo lugar, porque antes los niveles de deuda pública eran muy bajos y ahora son muy elevados.

Así lo ve el economista Lorenzo Bernaldo de Quirós. Su consultora, Freemarket Corporate Intelligence, ha elaborado un exhaustivo informe que plantea un panorama preocupante para España.

La situación actual afecta a cualquier país, y todos están tomando sus medidas, pero está claro que a unos les coge mejor preparados que a otros. La economía española será la que más tarde de la UE en volver a su nivel prepandemia. Se recupera a un nivel muy inferior al previsto por el Gobierno y los analistas y pierde PIB per cápita en relación con los países más ricos de nuestro entorno.

El propio crecimiento del PIB español se ha rebajado, y ni siquiera parece que pueda alcanzarse el 4,3 % que ahora prevé el Gobierno. Quirós cree que cerrará 2022 entre el 2,5 % y el 3,5 %: «Si el encarecimiento del gas en el periodo anterior a la guerra ruso-ucraniana se había materializado en un fuerte aumento de los costes energéticos para las empresas y en un sensible crecimiento de la inflación que había golpeado de modo negativo a la renta de las familias, el conflicto ha acelerado e intensificado esas dinámicas adversas», señala el informe. «Ello conduce de manera inexorable a una considerable desaceleración de la inversión y del consumo privado a lo largo de este año y, por tanto, hace muy complicado lograr el crecimiento del PIB previsto por el Gobierno pese a su reciente revisión a la baja», añade.

La subida de tipos de interés de julio nos traerá dificultades serias

España llega en una situación muy vulnerable al abandono de compra de deuda y la subida de tipos de interés que el Banco Central Europeo planea para el final de este segundo trimestre. Su deuda de alrededor del 118 % y un déficit estructural de 50.000 millones anuales nos dejan en una posición muy débil ante unos inversores que nos pedirán mayores tipos de interés por nuestro mayor riesgo.

Más allá del coste que suponga en nuestras finanzas públicas, los españoles notaremos la subida de tipos por diversas razones: «Las hipotecas se encarecerán, y más de la mitad las familias las tienen a tipos variables; la financiación disponible para las compañías será más cara, y los bancos serán más restrictivos en su oferta de crédito; los hogares y las empresas tienen un endeudamiento elevado; las expectativas económicas han empeorado de manera sustancial y no presentarán signo alguno de mejoría en el corto-medio plazo», indica el informe.

Quirós y su equipo ven que, «con una economía en franca desaceleración, con un mercado al que la contrarreforma laboral ha hecho aún más rígido, con una indexación total o parcial de los salarios al IPC y con la persistencia de unos elevados costes energéticos es impensable que no se produzca un alza del desempleo o una disminución de la contratación», indican.

Cabe esperar que el Gobierno mantenga los ERTE y los ceses de actividad de los autónomos para sostener el paro estadístico en niveles inferiores al real, pero «esa situación no podrá perpetuarse, y su coste presupuestario resultará cada vez más oneroso».

Quirós y su equipo consideran los nuevos contratos fijos-discontinuos un «artificio legal»: quienes los tienen dejar de ir al trabajo, pero no constan como parados. Estiman que las empresas ajustarán plantillas cuando se acabe el periodo de los ERTE: «El Gobierno está usando la ingeniería estadística para ofrecer unas cifras de paro-empleo que no se corresponden con la realidad. De igual modo que hace abstracción de la evolución del número de horas trabajadas, que se sitúa en niveles inferiores a los previos a la pandemia».

Medidas erróneas del Gobierno

La consultora estima que no son adecuadas las medidas del Gobierno para paliar los efectos del encarecimiento de la energía sobre la actividad económica: «No se amortigua para nada el impacto sobre el tejido empresarial y se destinan, como todas las iniciativas realizadas por el Ejecutivo, a incrementar el gasto público».

Tampoco ven oportuna la intervención en los precios: «(...) el pretendido impacto bajista sobre el IPC y sobre el presupuesto de los hogares derivado del tope a los precios energéticos planteado por el Gobierno es improbable que se produzca dado el calendario necesario para su aprobación por parte de las instancias europeas».

En cuanto a los fondos europeos, lamentan su estancamiento: «El sector privado no parece estar participando en ese proceso. La opacidad es muy elevada, y es muy alto el riesgo real de que las ayudas sean en parte no gastadas y en parte destinadas a financiar proyectos ineficientes».