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Las ministras Nadia Calviño y María Jesús Montero lo tienen difícil con la inflación. En la imagen, con Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno.

Las ministras Nadia Calviño y María Jesús Montero flanqueando a la portavoz del Gobierno, Isabel RodríguezPool Moncloa/César P Sendra

Subida de precios

La inflación costará este año 2.650 euros de media por hogar

La renta disponible caerá entre un 12 % y un 16 % en el salario medio y en el más frecuente

Si la inflación sube de media este año un 7,5 %, como prevé el Banco de España, el coste medio por hogar será de alrededor de 2.650 euros: unos 220 euros al mes. Así se afirma en el estudio Camino a la estanflación, de la consultora Freemarket Corporate Intelligence, dirigida por Lorenzo Bernaldo de Quirós.

El coste de la inflación supondrá un impacto importante para el bolsillo de los españoles. Según la última Encuesta de Estructura Salarial realizada por el INE, el salario medio español se sitúa en 24.395,98 euros. Su caída de renta disponible derivada de la inflación superaría el 12 %. Si en lugar de tomar el salario medio se calcula con el salario más frecuente (18.506,79 euros), la disminución sería de un 16 %.

La consultora también estima que la elevada inflación afectará de manera importante al empleo. El incremento de los precios lleva a trabajadores y sindicatos a pedir aumentos de sueldo para reducir la pérdida en el poder adquisitivo. Esta subida del coste del factor trabajo puede llevar a disminuir el número de contrataciones o a que haya empresas que no puedan llevarlas a cabo, ya que aún no han recuperado su facturación y beneficios previos a la pandemia. La Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE refleja que en los últimos años ha habido un incremento importante de los salarios. Esta circunstancia ralentiza la recuperación de la situación precovid en las empresas. «Con estos antecedentes, con una inflación que cerrará el año con cifras cercanas al 7,5 %, unos sindicatos fuertes y un mercado laboral rígido, la destrucción de puestos de trabajo o, en el mejor de los supuestos, la ralentización de la creación de empleo es algo totalmente esperable. Esta presunción se ve reforzada por la mala evolución de la productividad del factor trabajo», se indica en el informe. En su opinión, subir los salarios por el IPC afectaría a los costes laborales de las empresas y, por tanto, a su competitividad, y con ello descendería la demanda de mano de obra.

El aumento de la inflación también supone un golpe a las finanzas públicas. El Gobierno aumenta de manera intensa su recaudación, pero el gasto público se dispara por la relación de partidas importantes con el IPC. Por un lado, los Presupuestos de este año prevén incrementar en un 2 % los salarios públicos. Es un porcentaje inferior a la subida de la inflación, pero es una de las partidas presupuestarias más importantes y la subida se notará en nuestro ya elevado déficit estructural. El problema más grave sería, sin embargo, el de las pensiones. Su revalorización equivalente a la media de la inflación para este ejercicio supondría un aumento adicional de 10.700 millones de euros en el gasto público respecto al presupuestado. Haría imposible reducir el déficit público en la cuantía anunciada por el Gobierno, menos aún teniendo en cuenta que el crecimiento del PIB será menor del que se esperaba.

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